Mandarina

En la producción de mandarinas uno de los puntos críticos es el momento de la cosecha, debido a que si no se realiza adecuadamente puede dañar el fruto y desmerecer su presencia en los mercados.

El cultivo de mandarina es una interesante alternativa para la diversificación productiva.
El cultivo de mandarina es una interesante alternativa para la diversificación productiva.ABC Rural

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Tenemos que tener en cuenta que la fruta no debe presentar averías, ya que por las mismas penetran agentes contaminantes que comprometen la duración y la calidad de la fruta.

Sobre este punto hemos trabajado mucho en la finca experimental Valepai de Caacupé, donde realice varias experiencias sobre el tema y pudimos comprobar el uso adecuado de las tijeras, que deben ser desinfectadas frecuentemente, aunque más no sea con hipoclorito de sodio diluido conocidos como lavandina o lejía.

Una vez recolectada, la fruta se conserva perfectamente a temperaturas de refrigeración, entre 3º C y 7º C, en la parte menos fría de la heladera. El mandarino es un árbol de unos tres a cuatro metros de altura. Es originario de China y tiene muchas variedades. Algunas son naturales y otras creadas por los fruticultores mediante técnicas de hibridación. La planta tiene hojas alternadas, simples, verdes brillantes y flores blancas, aromáticas, pequeñas dispuestas en ramos axilares o en la extremidad de los tallos. Los frutos son redondeados y achatados en las puntas, con una cáscara de un color naranja claro, que varía de acuerdo a la maduración de las frutas. Las hojas, la cáscara y la corteza de la planta tienen un aceite esencial aromático, fácil de obtener por destilación, que es utilizado en la fabricación de licores y perfumes.

La cosecha debe realizarse en forma adecuada, de tal forma que el producto no pierda calidad y valor. Se deben arrancar los frutos con el pedúnculo que debe estar cortado a unos centímetros de la fruta. El mejor indicativo de su calidad no es solamente el color de la cáscara, sino también su olor, que debe ser dulce e intenso cuanto más madura está la fruta.

CONSIDERACIONES

Para elegir las frutas a cosechar, se debe tener en cuenta la cantidad de jugo que tienen: si son jugosas, las frutas deben ser pesadas, por lo que se elegirán las mandarinas que tengan mayor peso respecto a su tamaño, lo cual nos indica que están llenas de jugo. Otro aspecto a tener en cuenta es la cáscara: las que presentan mejor calidad de acuerdo a la variedad son aquellas que tienen la piel blanda, pero no arrugada, y bien adherida a los gajos. Hay variedades que se comercializan últimamente que tienen la cáscara separada del fruto y no por eso son de menor calidad. Sin embargo, las más cultivadas en nuestro medio son las que tienen la piel bien adherida a la pulpa.

Cuando se cosecha, se debe disponer de escalera para no dañar la planta ni las frutas. Hay que realizar el corte, como mencioné anteriormente, con una tijera de podar desinfectada entre planta y planta. Después se juntan las frutas en cajones, no en bolsas, de tal forma que el peso no sea mayor de 3 hileras, a fin de no dañarlas. Esta técnica es recomendable para las que van a ser comercializadas en los mercados para el consumo. Para la industria se puede usar el sistema a granel.

Cuando se realiza la recolección para el mercado, se pueden almacenar en lugares frescos por uno o dos días; luego, si es más prolongado el almacenamiento, se deben conservar a temperatura de refrigeración, es decir, entre 3 y 7º C.

Si se desea conservar por un mes o más tiempo, no es recomendable bajar de 5º C; en estos casos, se debe tener en cuenta la humedad relativa del lugar de almacenamiento.

BENEFICIOS

Hay que considerar que el componente mayor de las mandarinas es el agua y, comparada a otras frutas cítricas, aportan menos cantidad de azúcares y, por tanto, menos calorías. La cantidad de fibra es apreciable y esta se encuentra sobre todo en la parte blanca entre la pulpa y la corteza. Por ello, es recomendable no eliminar esta parte, ya que su consumo favorece el tránsito intestinal.

Como en todos los cítricos, en el contenido vitamínico sobresale la vitamina C, pero en menor cantidad que en la naranja. También contiene ácido fólico y la provitamina A, que en la mandarina es más abundante que en cualquier otro cítrico. Además, contiene apreciables cantidades de ácido cítrico, potasio y magnesio. En menor proporción se encuentran otras vitaminas del grupo B, que son también útiles para el organismo, y minerales como el calcio, de menor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral.

Es recomendable comer todo su contenido para aprovechan todos los compuestos beneficiosos; no dejar que se pierdan el zumo, las fibras y la hesperidina, que se concentra en las membranas e hilos blancos de los gajos.

La pulpa contiene ácido cítrico que posee una acción desinfectante y potencia la acción de la vitamina C. Contiene ácido fólico, que interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico; también potasio, que es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal.

El jugo se puede conservar congelado o llevarlo a una temperatura de 60º C, lo cual es válido para eliminar microorganismos. Una vez que se apaga el fuego, se le agrega al jugo ácido cítrico 1 gr por litro o benzoato de sodio en la misma dosis como conservante; después se enfría. Para mantener el sabor, se puede obtener un saborizante, ya que muchas veces se pierde el sabor al llevar al fuego.

Otra buena alternativa es usar la cáscara de mandarina tiene muchos beneficios. Para problemas de indigestión, estrés, úlceras gástricas, ayuda a disminuye el colesterol y la glucosa en sangre. Además de desintoxicar el hígado, fortalece el sistema inmunitario y combatir el insomnio. Se deja secar, y luego usar como té o poner en el mate.

“La educación es la base del desarrollo de las comunidades. p.m.g.”

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