* Asegúrese de que los calzados le quedan bien. Compre zapatos por la tarde, cuando los pies tienden a estar más grandes. Una vez gastados, reemplácelos tan pronto como sea posible.
* Elija y lleve el calzado apropiado para la actividad que haga.
* Alterne los zapatos, no lleve el mismo todos los días. Es importante seleccionar las medias (en el caso de los calzados cerrados) que absorban la transpiración y eviten los hongos en los pies.
* El zapato protege el pie, pero también lo puede dañar si no es el apropiado. Debe estar hecho de buen material, como cuero u otro que le permita al pie respirar; que esté acolchonado. Evite el plástico.
* Es conveniente que la suela sea gruesa para proteger los huesos y las coyunturas del pie, y que se pueda doblar justo a la altura donde se doblan los dedos, no en el medio.
* Evite los zapatos que hagan sudar los pies porque las bacterias y hongos crecen y comienza el problema de pie de atleta, con hongos en las uñas, y esto cuesta curarse.
* Los tacones no deben pasar las dos pulgadas de alto para no causar daño; aunque esto depende de la persona, ya que hay algunas que tienen los pies con muy buena estructura y no tienen problema con esto.