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“El duque y la duquesa de La Malmaison... ¡Bienvenidos a Versalles!”, dicen pregoneros reales vestidos para la ocasión al recibir en la escalera Gabriel a cada uno de los 680 apasionados de este tipo de ceremonias, quienes se acercaron a revivir el espíritu de las vistosas fiestas para celebrar el poderío y hacer admirar su residencia real.
Bajo el tema María Antonieta y la moda, las damas y sus galanes se vistieron con sus trajes más bellos alquilados por varios cientos de euros o, para los más rigurosos, confeccionados a mano para respetar el código de vestimenta. Daniel, un hombre de unos 50 años, confeccionó él mismo su hábito de cardenal en faya de seda roja muaré. Necesitó más de 500 h de trabajo para este traje escarlata y su cola de varios metros, que atrajo las miradas y los lentes de los fotógrafos.
Daniela y su marido, Bruno, en traje real, rostros maquillados de blanco, son fanáticos de estos eventos y frecuentan también el carnaval de Venecia. Desde las 19:00 hasta la medianoche, los participantes, quienes pagaron varios cientos de euros, según su categoría para esta velada única en el año, pudieron pasearse por los pomposos salones del castillo.
Desde el salón de Hércules, en el que la compañía de danza del abanico hizo una demostración de danza barroca, hasta la imperdible galería de los Espejos. “Es la única oportunidad en el año de entrar a Versalles vestido de época”, dijo Laurent Brunner, director de espectáculos del castillo, agregando que ha sumado un punto más al programa de esta 5.ª edición: una foto de más de 600 personas disfrazadas en el salón de la Ópera Real.
En el 2020, el castillo de Versalles festejará los 250 años de la ópera real y el aniversario del casamiento de la archiduquesa de Austria, María Antonieta, con el sucesor y futuro rey Luis XVI, quienes inauguraron juntos esa sala en aquella ocasión. AFP