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Para hombres y mujeres, es imprescindible lucir siempre bien y brindar una imagen pulcra. En este sentido, el sudor y los malos olores en las axilas son archienemigos y, desde hace siglos, las personas recurren a diversos métodos para eliminarlos. Los egipcios, por ejemplo, tomaban baños con aceites de canela y limón para mantenerse “a salvo”, mientras que los griegos recurrían a unas almohadillas aromatizadas bajo los brazos y, en el Paraguay, el secreto de las abuelas era la ceniza y el limón que frotaban levemente en las axilas.
Afortunadamente, este problema milenario es tomado muy en serio por los científicos que han logrado determinar a las bacterias como principal causa del mal olor. Es así que laboratorios especializados en la belleza y cuidado corporal han invertido millones de dólares en estudios para crear una fórmula capaz de brindar una solución definitiva al problema. En la actualidad, ya se cuenta con opciones válidas y al alcance de todos.
Los científicos explican que en la piel habitan millones de microorganismos que crecen y se reproducen alimentándose de los nutrientes del sudor, lo que produce compuestos que despiden un olor desagradable. Desde hace décadas, las personas utilizan diversos métodos para frenar el sudor, especialmente en los días de intenso calor, que se dan casi todo el año en nuestro país, pero difícilmente se puede evitar por completo, ya que los productos comunes no están preparados para atacar a las bacterias.
La principal función de la transpiración es ayudar a reducir la temperatura del cuerpo mediante la evaporación del sudor en la piel. Es por ello que cuando se siente mucho calor, por ejemplo al realizar ejercicios físicos, se empieza a sudar en todas las partes del cuerpo. Como no es una zona expuesta, la axila es la que menor evaporación experimenta; al contrario de otras zonas, como brazos y piernas. Los productos desodorantes pueden evitar el mal olor, pero no impiden el proceso de regulación de la temperatura corporal.
Esto puede suponer todo un problema para quienes deban combinar el trabajo con las actividades físicas o quienes simplemente, por diversos factores, produzcan más sudor que otras. En nuestro país fue recientemente presentado el producto Rexona Antibacterial Professional, para hombres y mujeres, que –según pruebas científicas– elimina el 99,9 % de las bacterias que causan el mal olor.
Cuando el problema de sudoración es mucho más intenso y se puede observar un sudor excesivo, incluso sin haber realizado un considerable esfuerzo físico, se debe consultar al médico, ya que podría tratarse de bromhidrosis, una enfermedad de las glándulas aprocrinas que causa un olor muy desagradable e imposible de disimular.
Cáncer de seno
Desde hace unos años, han surgido numerosos debates sobre la relación entre el uso de desodorantes y antitranspirantes con el cáncer de seno. Actualmente, diversos científicos están enfocados en determinar esto. Los antitranspirantes utilizan compuestos de aluminio como ingrediente activo, creando una cubierta temporal que cubre los conductos del sudor y, según algunos estudios, sería la aplicación frecuente de este compuesto en áreas muy cercanas al pecho, la que puede ir creando efectos parecidos a los del estrógeno, hormona que fomenta el crecimiento de las células de cáncer de mama. Sin embargo, hasta ahora, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de los Estados Unidos no cuenta con un estudio determinante sobre la relación del desodorante corporal con el cáncer.
mbareiro@abc.com.py