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Su inspiración es un meltingpot o crisol de ideas, vivencias, y todo lo que le gusta, le rodea y llama la atención. Es un proceso interno muy personal. Hasta ahora tiene una inclinación hacia las formas casi naturales que le brindan las piedras con las que trabaja y, también, con el cuero, pero con un aire sofisticado.
¿Cuándo empezó? Vania recuerda que en febrero del 2001 comenzó a darles forma a sus primeros diseños, hace exactamente 18 años. “Mi sueño siempre fue tener un negocio propio y trabajé en ello. Siempre, en todo emprendimiento, desde los inicios, una va viendo infinitas posibilidades que va puliendo y mejorando en el camino, renovándose constantemente, aprendiendo siempre, escuchando los consejos y abriendo la mente en todo momento. Esta actitud marca la diferencia hacia el éxito”, expresa durante la entrevista y sesión de fotos, realizadas en el salón Firenze del Hotel Cecilia.
Son años de mucho trabajo, mejoras, invención y perfeccionamiento. En todo ese proceso, la diseñadora mantuvo su preferencia hacia las piedras naturales y el cuero genuino, con 100 % de calidad y ¡del Paraguay! La tendencia más potente que propone es el espíritu del lejano oeste, la moda cowgirl, con botas y sombreros. Para ella, diseñar zapatos representa la libertad. En cambio, con la joyería prima el sentido de la pieza única. Un código muy diferente. Pero todos los modelos reflejan su gran personalidad, sensibilidad y el amor puesto en cada uno. Les transmite su ADN a las obras. Es que ella mira todo con interés. “Me encanta experimentar; no tengo miedo de cambiar todo o dar la vuelta e ir de una cosa a otra. Me siento más atraída por la singularidad de cada pieza. Me encanta crear con total libertad, sin límites”, dice riendo.
Sus diseños fueron elegidos por celebridades como Katie Cassidy, Camilla Belle, Sarah Jessica Parker, Michael Straham, María Menounos, Tara Reid, Mary Alice Stephenson, Ms. Universe Pia Wutrzbac, Nicole Bryl, Gizele Oliveira, Brooke Burns, Peyton Liast, Vivika A. Fox, Margo Martindale; la seis veces nominada al Óscar, Ellen Burstyn; la editora de modas de la revista Vogue, Karla Martínez; Mathew Broderick, Robin Roberts y más. “Me motiva ver que eligen un modelo mío, porque es como una confirmación de que todo el proceso funcionó bien, desde el momento de su concepción hasta su entrada en el mundo real”.
Lo que es mejor: su trabajo se ve en la revista Harper’s Bazaar, en la edición de enero de este año, y en la portada aparece la famosa cantante Jennifer López. “Son logros que inspiran a seguir posicionando la marca. Vamos por buen camino, producto de la dedicación y entrega”, admite.
La joven diseñadora está establecida en Búfalo, la segunda ciudad más grande del estado de Nueva York. “Es el lugar en el que llegué a vivir con mi familia y comencé a construir mi propio mundo, con amigos y mi esposo, David. Búfalo está cerca de Nueva York, así que puedo ir y venir el mismo día si necesito hacerlo por trabajo”.
Recuerda que su primer contacto con una piedra fue siendo niña. “Habíamos ido a Mar del Plata, Argentina, de vacaciones. Me sentí mal y tuve que quedarme en el hotel a reposar. Mi mamá, para que no me sienta muy sola, me trajo una Barbie bronceada y un anillo de plata con lapislázuli. Siempre sentí una atracción especial hacia ellas; me fascinan sus contrastes, la simplicidad y, a la vez, el lujo, la belleza y la audacia. Creo en las energías que transmiten; puede que algunos no, pero hay un dicho que dice: ‘Si no crees en la magia, nunca la vas a poder ver’, y yo creo”, confiesa.
Promueve sus trabajos en internet, Facebook (Vania&David), Instagram (@vaniaanddavid) y, también, mediante la creación de buenas relaciones, pero, sobre todo, creando colecciones únicas, que son su mejor carta de presentación. “Mis diseños son piezas irrepetibles y eternas. No hay un patrón igual a otro, pero todos tienen el sello de la belleza, la felicidad y el amor que pongo en cada uno de ellos”.
Por algo las celebridades solicitan su imaginativa creatividad. Su aptitud innata sumada al talento y capacidad le llevan a la excelencia. “Hay que ser persistente en el proceso de aprender, evolucionar y progresar como persona y profesional. Y estar rodeada de gente positiva. Dios me manda ángeles en forma de personas que me ayudan y aconsejan sin pedir nada a cambio”, expresa y se emociona.
Espera seguir creciendo y agradeciendo las oportunidades, llevando en alto el nombre del país. “Trabajo con artesanos paraguayos increíbles. Hay que apostar por la mano de obra nacional; es mi forma de aportar mi granito de arena por nuestro país, desde la distancia. Con orgullo hablo de lo que las manos paraguayas realizan”.
Piezas de edición limitada, mano de obra paraguaya calificada, amor en los diseños, excelencia, belleza, cuero 100 % nacional, piedras naturales que convierten cada diseño en un homenaje a la esencia de la joyería artesana. Lo necesario para brillar donde sea.
Por ndure@abc.com.py