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-¿Cuál es el pensamiento que acompaña a esta obra?
-Este libro es un hito importante para mi vida, han pasado tantos años, desde la primera edición –que fue hace 24 años– porque es difícil compaginar lo que uno desea con los hallazgos a través del microscopio. Luego clasifica, y saca fotos de lo seleccionado, la transcripción nuevamente a la computadora, ver cómo quedan las imágenes, la corrección de los colores, porque un atlas debe ilustrar datos mínimos bien visibles de lo que uno explica. Tiene que presentar y demostrar evidencia, sobre todo para un diagnóstico de cáncer en la parte nuclear de la célula. El libro no solamente abarca la parte de células normales, sino también aquellas que pueden ir al cáncer, las llamadas precancerosas, preneoplásicas y, por supuesto, ya del cáncer. Diferenciar eso es lo más importante.
-¿El trabajo científico abarca los hallazgos más pequeños?
-Los hallazgos diminutos de diferenciar los detalles mínimos en el citoplasma, y sobre todo el núcleo, dan una certeza o no de una célula del cáncer. Pero lo que más vale es el tipo de la conformación interna del núcleo.
-Tantos años en este tema, les ha dado conocimiento a los médicos sobre esta enfermedad.
-Se ha asentado el conocimiento y el valor real del papanicolaou, eso es evidente, nosotros tenemos un estudio de la Sala III del Hospital de Clínicas del año 1956 al año 2000. Un estudio con otros colegas de Patología Cervical y comparamos los hallazgos entre la cantidad de cáncer invasor con las lesiones precursoras, si en realidad ha mejorado el porcentaje de las lesiones que se llaman precursoras versus cáncer. Con esta recopilación hemos llegado a una relación 1 a 1 en el año 2000, cuando se insistió en realizar el control en todas las pacientes e internadas o de consultas y consultorios externos de la cátedra de Ginecología (Sala III, Hospital de Clínicas, UNA). Hay que recordar que dicha sala era la receptora de todos los cánceres de cuello uterino del país.
Los comienzos
-Yo me recibí el 15 de diciembre de 1955, el 3 de enero de 1956 me presenté al Prof. Dr. Julio Manuel Morales, en compañía de un tío muy amigo suyo, el Dr. Víctor Zenón Romero. Con gran satisfacción recibí la admisión en su propio consultorio, fue mi gran alegría, ya que nuestra intención era conseguir la residencia en la Sala III. El Prof. Morales me encomendó hacer un método auxiliar de diagnóstico, que no había en Paraguay, el papanicolaou, para diagnosticar el cáncer de cuello uterino. En esa oportunidad me dijo: “Usted se va a encargar de eso”. Acepté sin retaceo y creo que lo cumplí como él deseaba. Nueve años hice ginecología con todas las variantes; me dijo que solamente iba a hacer patología cervical, cuando eso ya se hacía también la colposcopia. El estudio de cuello uterino comprende papanicolaou y colposcopia, que es el estudio de cuello uterino.
-¿Qué es lo que se busca con este estudio?
-Lo que vale es ubicar una célula alterada, que proviene de alguna zona del cuello uterino y la ubicación se logra con la colposcopia, para realizar el estudio de anatomía patológica mediante la biopsia. Este procedimiento es lo que cuenta para el diagnóstico final, pues mediante la biopsia sabemos que es la corroboración del origen de las células descamadas atípicas. La anatomía patológica nos dirá qué tipo de lesión es, para decidir el tratamiento. Estos estudios son fáciles de realizar, inclusive en mujeres jóvenes, en que hay que mantener la maternidad. El cuello debe permanecer en buenas condiciones, para un posible embarazo debemos cuidar ese cuello uterino.
-¿Qué ocurre si se encuentran lesiones?
-Es importante diagnosticar el tipo de lesión en las etapas iniciales, entre las cuales se incluye el VPH, una lesión que debe ser tratada y cuyo tratamiento es inocuo. El diagnóstico de VPH tiene que estar acompañado de la captura híbrida, que es el estudio del ADN del virus. El estudio del ADN define el tipo de virus, si es o no oncogénico o estimulante para el cáncer. En este tipo de lesión lo que se teme es la persistencia, lesiones mínimas sin diagnóstico ni tratamiento. La evolución puede ser estable o ir hacia un cáncer, depende mucho del huésped, o de la paciente. Cuando la anatomía patológica nos brinda una lesión importante, hay que proceder a desaparecer la zona afectada, con cualquier tipo de tratamiento. El diagnóstico se hace con papanicolaou, colposcopia, biopsia dirigida y captura híbrida para decidir el primer paso del tratamiento.
-¿Cómo se hace el tratamiento?
-Si la lesión es diagnosticada como de “bajo grado”, la evolución hacia un cáncer invasor es menos probable. Inclusive, puede involucionar o curarse en dos años, toda vez que el virus del papiloma humano no esté entre los llamados oncogénicos o cancerígenos, y además la paciente tiene condiciones de defensa de su organismo. Si la lesión se diagnóstica de “alto grado”, el tratamiento cambia si es a nivel del ectocervix o del canal endocervical. En esos casos ya se requiere tratamientos scicionales o quirúrgicos.
-¿El cáncer del cuello uterino tiene relación siempre con el virus del papiloma humano?
-Sí, al no tratarse la lesión terminará en un cáncer invasor en un 99,7%. Siempre toda infección por VPH debe ser tratada. Este estudio se corroboró aquí en el Paraguay, pues el Prof. Pedro Aníbal Rolón, el Prof. Antonio Cubilla, el Prof. Fernando Llamosas y la Dra. María Elena Kasamatsu enviaron piezas operatorias de cáncer, de tipo escamoso o epidermoide, a Francia, Japón y Estados Unidos. Se comprobó que tenían el ADN de VPH. Llegaron a la conclusión similar de otros grandes especialistas, que el cáncer uterino tipo epidermoide o pavimentoso de cuello uterino invasor es causado por el VPH. Debemos insistir que todas las infecciones del VPH, nunca el inicio es sintomático, no produce ni flujo ni dolor, ninguna molestia. Lo que va a descubrirlo es el control con la citología y la colposcopia.
Identikit
El Prof. Dr. Zenón González Romero es profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, año 1975. Felow de la Academia Internacional de Citología, 1975. Miembro académico de número 1990 de la Academia de Medicina del Paraguay, y expresidente de la Sociedad Paraguaya de Citología, entre otros numerosos logros.
Inicio precoz
El Dr. González Romero apunta algunos conceptos.
El inicio precoz de las relaciones sexuales y cambio de pareja facilitan el inicio del cáncer. El factor oncogénico del virus necesita los llamados cofactores de la paciente para la evolución de la enfermedad, como cambio de pareja sexual, promiscuidad, bajo nivel de inmunidad, como por ejemplo HIV, fumadoras crónicas, y actualmente algunos autores añaden a las mujeres que han tomado más de cinco años los anticonceptivos.
Muy personal
El Prof. Dr. Zenón González Romero está casado con Dioni Bado de González, sus hijos son Marta, los mellizos Julio y David, las mellizas Cristina y Eugenia, Graciela y Verónica. Tienen 7 hijos, 21 nietos, 3 bisnietos, y uno en formación.
-¿Cuál es el soporte de su vida?
-Yo soy muy creyente, sin la ayuda de alguien esto no se puede hacer. No se puede llevar una vida como la mía, de 81 años, y hacer todo lo que hice. Los primeros años son muy costosos en medicina, el aprendizaje, formar una familia, mantenerla, nosotros somos muchos. Es importante que la familia y especialmente la señora viva lo que uno vive. Tenemos siete hijos que nacieron en cinco años, de los cuales dos son médicas, que me ayudaron a elaborar este Atlas: la Dra. Marta y la Dra. Cristina. Aparte, los mellizos se encargaron de las copias y el personal de secretaría realizó otras tareas. Enseñé hasta hace un año, ya cumplí 50 años de docencia, pero me piden siempre que dé clases.
Estoy contento, este libro me costó dos años, pero aparte de lo que me dio la ciencia, mucha gente se ha salvado gracias al papanicolaou. El libro se lanzó en la Academia de Medicina del Paraguay hace unos días.
mirtha@abc.com.py