Una historia para ser contada

Testimonios, imágenes, recuerdos... Siete décadas atrás, paraguayos y bolivianos terminaban una guerra que duró tres años. Un episodio cruento que generó nuevos vínculos afectivos entre dos pueblos hermanos. En coincidencia con el 71 aniversario de la firma del Protocolo de Paz, que se cumple mañana, el Centro Cultural Mario Z. Meyer, de San Lorenzo, habilita la exposición Todos fueron héroes, un cálido homenaje a los contendientes, a través de fotografías, textos y objetos de la época.

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Durante los enfrentamientos de la Guerra del Chaco, entre 1932 y 1935, militares, soldados y gente común y corriente se involucraron en situaciones extremas, que transcurrían entre alegrías, tristezas e incertidumbres.

La vida y la muerte estaban al límite, con el permanente acecho de las balas. Cañones y ametralladoras regaban de sangre el árido suelo chaqueño. En ese ambiente hostil y despiadado, paraguayos y bolivianos se aferraban a los sueños, día a día. A la fe de seguir vivos para celebrar victorias.

Pero en tres años, las estadísticas arrojaron cifras altamente nefastas, con miles de caídos. Todo terminó cuando Paraguay y Bolivia decidieron firmar un tratado de paz que se celebró en Buenos Aires, el 12 de junio de 1935. De aquella memorable fecha en que los vecilos vecinos volvieron a recuperar la tranquilidad, han transcurrido 71 años. Y para mantener vivo el recuerdo de ese heroico capítulo de la historia nacional, el Centro Cultural Mario Z. Meyer, de San Lorenzo, abre una muestra conmemorativa a la Paz del Chaco. "Es como un reconocimiento a los excombatientes, no solamente de San Lorenzo, sino a todos los que siguen todavía con vida, que ya son pocos. Y a esos que murieron, para no olvidarlos, ellos dieron sus vidas por la patria", resalta María Stella Meyer de González, directora de la entidad cultural sanlorenzana.

La exposición titulada Todos fueron héroes arrancó el viernes 9, bajo curaduría e investigación histórica de la museóloga Alejandra Peña. Presenta una serie de informaciones sobre el significado de la Guerra del Chaco para los pueblos que la encarnizaron, así como explicaciones específicas relacionadas a los sucesos del enfrentamiento bélico. "Esta muestra pretende acercar la historia a la gente.

No es una muestra de héroes de bronce, sino de personas a quienes el heroísmo les sorprendió en el frente de batalla, así como en lugares alejados", consigna Alejandra.

Un despliegue de mapas, textos, fotografías ilustrativas dan el soporte necesario para que los visitantes puedan comprender el significado de los objetos que se exhiben en las vitrinas.

En distintas secciones se ven uniformes de combatientes, utensilios de alimentación, caramañolas, condecoraciones, banderas originales, radioteléfonos y elementos de comunicación, fusiles, granadas, cohetes, una camilla para transportar heridos, un cesto boliviano para acarrear medicinas, máscara de aviador y diarios de la época.

"Me pareció que iba a ser muy fácil, ya que mi papá fue excombatiente, mis tíos fueron todos excombatientes, entonces dije: Bueno, voy a hacer algo por ellos. Pero después me fui encontrando con una cantidad de dificultades que me volvían loca, porque no es fácil recolectar tantas cosas y sobre todo datos, que varían muchísimo de un escritor a otro sobre la Guerra del Chaco", se descarga Stella Meyer, que trabajó meses en armar la colección.

La mayoría de las piezas expuestas pertenecen al acervo del Museo Memorial Raíces, que preside ella misma, y algunas reliquias fueron prestadas por familiares y herederos de excombatientes. "Este es un emprendimiento sin fines de lucro, lo hacemos a pulmón, porque no tenemos apoyo absolutamente de nadie, ni de la Municipalidad, ni de ningún ente cultural o de la Gobernación. Lo hacemos porque queremos que San Lorenzo tenga algo en esta fecha, y por los jóvenes. Vos les preguntás a los chicos y no tienen idea de lo que fue la Guerra del Chaco, ni las causas ni las consecuencias. Menos lo que vivieron aquellos que fueron a pelear, por eso, a veces, el trato que ellos les dan a los viejitos que todavía viven, no es lo que realmente merecen nuestros defensores de la patria".

Criterio didáctico

Stella aclara que el montaje se hizo con criterio didáctico, justamente para que los estudiantes tengan la facilidad de conocer la historia de su nación y, a partir de ahí, empezar a valorar a sus héroes. "Yo creo que viendo estas fotografías que hay, patéticas algunas, ellos se darán cuenta de que realmente fue grande el sacrificio de los soldados. No tenían agua, no tenían qué comer, sufrían calor, frío, todo, en un ambiente muy seco y polvoriento".

Testimonios de primera fuente son las cartas dirigidas por los soldados a sus "madrinas de guerra". De estas amarillentas páginas, ubicadas en una vidriera especial, se desprenden los sentimientos más emotivos de los hombres que fueron a luchar en defensa de la soberanía nacional. Con letras casi borradas por el paso del tiempo, todavía se pueden leer los mensajes cariñosos de ahijados agradecidos por las provisiones de cigarrillos, papel y lápiz para escribir o algunas golosinas. Y muy interesante de observar resultan las balas de cañón de bronce grabadas con diseños alusivos a los símbolos patrios, como el escudo, y dedicatorias que casi siempre se inician con la frase: "A mi madrina, la señorita...".

Todos héroes

"Las circunstancias nos hacen reflexionar que todos fueron héroes. Mientras los soldados sufrían las penurias del duro clima chaqueño, miles de ancianos, mujeres y niños agricultores de la Región Oriental se esforzaban para lograr cosechas tres veces superiores a los récords históricos.

Y cientos de estudiantes cambiaron sus cuadernos por herramientas para construir objetos utilitarios, tales como guampas, que se enviaban a los frentes de batalla. De esta forma, la exposición busca que el visitante comprenda la Guerra del Chaco como un proceso histórico que afectó a varias generaciones de dos países que habían forjado su nacionalidad con un gran vacío por resolver desde tiempos coloniales", concluye Alejandra Peña, a modo de justificar el nombre escogido para la exposición. Título que desde todo punto de vista resulta bien acertado. Las consecuencias del conflicto armado no solo afectó a los guerreros.

Madres, padres, novias, hermanos y sobrinos sufrieron por la pérdida de un ser querido. Y supieron reponerse con heroísmo para seguir la vida y engrandecer a la patria. Por eso hoy, la ocasión es propicia para descubrir la historia y honrar a sus protagonistas.

VISIÓN BOLIVIANA

La exposición rescata además parte de la memoria del escritor boliviano Roberto Prudencio, quien lamentó el conflicto histórico con estas palabras: "...fue una guerra en un suelo desconocido y hostil... una guerra en un paraje despoblado... una guerra en un planeta gris, donde ni la sangre es roja, sino terrosa y sucia... fue una guerra en un lugar sin paisaje y sin tiempo... una guerra sin odio, porque fue una guerra sin amor. Ningún soldado boliviano amaba la tierra por la cual luchaba y por la cual moría.

El Paraguay, la nación adversaria, nos era lejana, no teníamos ningún conocimiento de ella. No había pues, por qué odiarla. Y la guerra misma no nos enseñó a odiar. Hoy mismo, la idea que tenemos del Paraguay es en extremo simple y esquemática. Conocemos algo de su música: las polcas paraguayas que agradan a nuestro pueblo. Y sabemos algo más del Paraguay: que se quedó con el Chaco, es decir con las hormigas, con las arañas y con las serpientes. Eso es todo".
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