¡¡¡Una explosión de sabor!!!

Desde hace 131 años, los helados están presentes en la vida de los paraguayos, cuando se puso a funcionar la primera máquina elaboradora de hielo. Desde entonces, la canícula tiene una forma más de ser soportada de manera sabrosa y refrescante. La iniciativa de los alumnos de un colegio capitalino, de fabricar helados artesanales es plausible, más todavía cuando se encara como actividad productiva y como alternativa laboral.

Este artículo tiene 21 años de antigüedad
Durante mucho tiempo, la única opción de escaparse de los rigores del calor era dándose un chapuzón en los cristalinos y frescos arroyuelos o por medio del ya tradicional tereré.
En 1872, se puso en funcionamiento la primera máquina de fabricar hielo con que contó nuestro país. Desde entonces pudimos disfrutar de aquella delicia que es el helado, ese fresco postre cuya invención es atribuida a los chinos, y cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos.
Cuenta la historia, que los chinos descubrieron el helado, mezclando con miel algunos zumos de frutas silvestres, añadiéndoles nieve que conservaban en cavas orientadas hacia el norte. De los chinos esta técnica pasó a los árabes, que la denominaron "sharberts" , de donde proviene la palabra sorbete.
Posteriormente, el conocimiento y las diversas técnicas fueron transmitidos a otras culturas y civilizaciones, como la griega o la romana, y fue el emperador Nerón quien habría ofrecido en una comida, un brebaje consistente en frutas machacadas, miel y nieve traída de los Alpes... Este habría sido el primer sorbete de frutas de la historia. Por otra parte, hasta en la Biblia se mencionan bocados helados, como el que ofreció el patriarca Abraham: leche de cabra mezclada con nieve.

Luego de algún período de olvido, el helado habría sido reintroducido desde el Oriente por Marco Polo, quien trajo recetas de helados preparados mediante congelación artificial. El sistema chino de enfriamiento no utilizaba nieve, sino agua mezclada con salitre, la cual se hacía circular por toda la superficie exterior de los recipientes que contenían mezclas para helados.
De Venecia, la costumbre de hacer helados recorrió toda Europa, siendo Francia el país donde se enriquecieron las fórmulas y donde apareció el primer establecimiento dedicado a la venta de helados: el Café Procope. Fue allí también donde aparecieron los primeros vendedores ambulantes de helados.
De Francia, el helado cruzó a América a principios del siglo XVIII, a los Estados Unidos, donde luego de un período en el que sólo era degustado en las casas aristocráticas, pasó a ser disfrutado por el gran público. Fue en los Estados Unidos donde se introdujo el azúcar como ingrediente, así como también la sal, para bajar el punto de congelación del agua.
¿Por qué toda esta perorata? El inicio, hoy, de la estación primaveral, es buena ocasión para hablar de esta delicia gastronómica. Y más aun cuando se trata de helados fabricados por un bullicioso grupo de jóvenes, alumnos de un conocido colegio capitalino.
Efectivamente, unos 25 alumnos de la Escuela de Comercio N° 1, impulsados y apoyados por la fundación Junior Achievement, como parte de sus estudios están involucrados en el programa La Compañía, por medio del cual aprenden a crear y desarrollar una empresa comercial que, a su vez, busca ofrecer a los estudiantes una alternativa laboral para el futuro.

La Junior Achievement -una fundación sin fines de lucro, que surgió en los Estados Unidos y apoya a los jóvenes emprendedores- asesora a alumnos de secundaria en la creación de miniempresas, en los procesos de producción, marketing, administración y clausura de empresas comerciales, especialmente en rubros gastronómicos.
Según Adriana Franco, una de las alumnas involucradas en la empresa estudiantil de la Escuela de Comercio N° 1 Alfonso Campos, representantes de la Junior Achievement vinieron al colegio y les hicieron la propuesta de dirigirles para la creación de una empresa; una empresa real de producción y comercialización.
"Como nuestro colegio -dice-, desde hace unos tres años está vinculado a esta organización, por medio del Programa de La Compañía, se realizó una selección de alumnos de cada curso, y así se conformó la empresa".
Este grupo de 25 estudiantes empezó con el programa, el pasado 27 de junio. "Somos alumnos de segundo año, pero de diferentes secciones, los que conformamos una sola empresa".
Una vez conformada la empresa, ¿cómo fue que surgió la idea de fabricar helados? Según Gloria Benítez -otra componente del grupo-, se hizo una reunión en la que surgieron varias propuestas, pero la más llamativa fue la fabricación de helados de mandioca, así como también de mburukuja.
"En la siguiente reunión -recuerda- ya hicimos una prueba, acompañada de una degustación, y se decidió sobre los gustos a elaborar. Así fue como decidimos, por ahora, hacer tres tipos de helados: mandioca, mburukuja y manzana".

Según Adriana Franco, empezaron a trabajar el 27 de junio. "Durante las cuatro siguientes semanas -dice-, nos dedicamos a la organización de la empresa, y a partir de la quinta, empezamos la producción".
La empresa de estos jóvenes se denomina Compañía Mambuma (por manzana, mburucuya, mandioca), la marca del producto es helados artesanales "Boom" y su lema es "Una explosión de sabores".
Para comercializar los productos fabricados por ellos, según Adriana, existen grupos de ventas de cinco personas; y cada vendedor tiene una meta semanal que tiene que cumplir sí o sí. "Vendemos en nuestro vecindario, a nuestros amigos y familiares, compañeros de colegios, y los sábados por la mañana nos vamos a la calle Palma; los domingos, al Botánico.
Lo interesante de esta novedosa actividad es que la novel empresa ya tiene sucursales. Según Fátima Yesa, "varios compañeros vivimos en la zona de Ñemby y hemos habilitado una sucursal de la empresa. Somos de la misma empresa, pero estamos trabajando allá, porque nos resulta difícil desplazarnos hasta Asunción para los trabajos".

Al respecto, Adriana Franco señaló que Mambuma "es una de las pocas compañías que tienen una sucursal habilitada. Hemos establecido que lo producido por esta sucursal debe comercializarse en su zona de influencia, en lo posible, para evitar problemas de transportes. El volumen de producción, actualmente, es de 150 vasitos por día, de 150 gramos cada uno".
Comentaron que la Junior Achievement tiene sus condiciones, a las que deben adecuarse. Así también, la fundación viene acompañando de cerca el funcionamiento de la empresa. "La semana pasada -recuerdan- tuvimos la auditoría, a mitad de programa, que es un control de todos los formularios que vamos llenando. Cada área tiene a su vez, sus formularios que se tienen que presentar a la Junior. Al término del Programa, se le paga a la Junior un impuesto fijo de G. 100.000 y el IVA de los productos".
Tanto el nombre de la empresa, el del producto y todo lo referente a la imagen de empresa, logotipos, etc., al igual que el proceso de elección de los productos, cada uno tenía que traer una idea. Por consenso se eligieron el logo, los colores, el nombre. Así también, los objetivos, la misión, la visión, la filosofía de la empresa.

Según comentaron, la Junior apoya a la compañía durante 18 semanas. En este tiempo, el grupo debe liquidar la empresa. Si hay ganas de seguir, la Junior propone las modalidades de planes de negocios..., pero ya debe abrirse la empresa como algo legal y todo en regla.
Los insumos utilizados en la fabricación de helados artesanales son adquiridos del Mercado de Abasto. Dicha gestión está a cargo de la gerente de relación con proveedores y el gerente de producción. El costo de producción de estos helados es de un promedio de 853 guaraníes por vaso. "Se saca un costo promedio -dijeron- por la diferencia de precios de los insumos. La mandioca, por ejemplo, es muy barata, pero el mburukuja es más caro.
Acerca de la aceptación por el público, dicen que "primero compran por curiosidad, como el caso del helado de mandioca. Después, les gusta y vuelven a comprar. El helado de mburukuja también tiene mucha demanda".

Según David Quiñónez, para fabricar los helados, en el caso del mburukuja, licuan la pulpa, luego la cuelan y después vuelven a licuarla con leche condensada y crema de leche, y se pone a enfriar.
Para el helado de mandioca, primero cocinan los tubérculos a tal punto que "se quede medio derretida la mandioca", aunque a veces se complica, cuando la calidad de la mandioca no es la deseable, lo que obliga a cocinar más, retardando el proceso de producción.
Una vez cocinada se realiza la molienda, y después se licua con leche y con azúcar. Ese preparado se bate con más leche, con leche condensada y con crema de leche, agregándole esencia de vainilla y más azúcar si le hace falta. Después se vuelve a batir todo eso y ya está.
Los jóvenes están muy entusiasmados con la experiencia, inclusive ya están programando seguir a mayor escala.
"Nosotros, la gente de Ñemby, dice Fátima Yesa, estamos pensando seriamente en seguir con esto". Por su parte, David Quiñónez comentó que con "este clima templado tuvimos bastante éxito, supongo que cuando llegue el verano, las cosas van a ir mejor todavía".
"Nuestro colegio, señalaron, el año pasado fabricó hielo medicinal y por esa producción sacó el premio al mejor producto. Este año queremos competir por ese premio". Ojalá que la suerte les acompañe, pues este programa incluye a varios colegios, y hay más de cien compañías en todo el país.
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