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Hace un par de semanas, el papa Francisco se pronunció a favor de la mujer paraguaya, de un modo que ciertamente despertó agrado por parte de muchos, así como planteamientos sobre la situación de las mujeres en nuestro país.
Esto ha puesto como tema de conversación en la gente, la gran fuerza, el temple y la ternura de las mujeres que habitan esta “isla rodeada de tierra”, como decía Augusto Roa Bastos. Sin desmeritar las intenciones del papa, y a sabiendas de que vivimos una realidad social cercana en la que muchas de ellas siguen siendo tratadas por debajo de sus derechos más básicos, la mujer paraguaya, –el genuino valor que esa idea representa –, es un concepto que nos dignifica, nos hace mejores personas y lo sabemos, y aquellos que no lo sepan, lo deberían de saber.
Es en homenaje a esa idea, a esa mujer de por acá, con algo de romance y existencialismo, que hace tiempo dos artistas, dos precursores del género musical y literario popular, le han hecho honor con una de las canciones folclóricas más conocidas en el país: la polca Mujer Paraguaya, de la zarzuela María Pacurí, con letra de Manuel Frutos Pane y música de Juan Carlos Moreno González.
La composición y posterior estreno de esta obra ha significado un acontecimiento artístico que ha aportado brillo al folclore nacional. Con sus más de 20 canciones y una historia que nos habla de nuestra idiosincrasia, de la gente del campo, de sus labores, la picardía y el encanto, la “letradez y galantería” del paraguayo, y en casi todo momento rinde homenaje a las mujeres de este país.
La historia de Frutos, conjuntamente con la composición musical de Moreno Gonzáles, surge con la idea de repetir la racha exitosa que consiguieron con La tejedora de ñandutí; la primera zarzuela que compusieron juntos en 1956 y que creó nuevos parámetros para el teatro nacional. Es de corte moralista y está llena de simples y bellas ideas figuradas en el encanto de una joven chipera llamada María Pacurí. Es rica, elocuente y divertida; una conjunción armoniosa entre la poesía y la música.
Dedicando a la mujer paraguaya todos estos aspectos de la obra, el elenco Lírica Ñanduti, bajo la dirección artística del maestro Miguel Coronel, encara la puesta en escena de esta zarzuela, en el Teatro Municipal de Asunción, los días 16 y 17 de marzo, con Rosa Orué en el papel principal de “la chiperita”.
“Es un verdadero privilegio poder interpretar este rol; sin duda, es un honor para mí, ya que se trata de uno de los papeles para soprano más reconocidos en el país y, sin lugar a dudas, toda cantante paraguaya haría lo que fuese por ser María Pacurí”, nos dice Rosa Orué. “La mezcla de lirismo, propio de la zarzuela, con ese toque único que le da la cultura, la forma de ser que tenemos nosotros, hacen que la obra sea simplemente bella por donde se la mire y escuche”, agrega.
Los preparativos para la puesta empezaron hace meses, nos cuenta Miguel Coronel: “Este es un proyecto que hace tiempo queremos hacer. La obra es muy linda y, por sobre todo, significativa. Nuestra intención es rendir un homenaje verdadero y sensato a nuestras mujeres; no es una idea machista. Es una idea que nace del fondo mismo del espíritu lleno de arte que tenemos todos los que formamos parte de esto, y queremos hacerlo bien. Queremos que la gente disfrute, se divierta y valore lo nuestro”.
Así como dice la letra de la polca de esta obra —de la cual surge este homenaje—: “Rubias, morenas o trigueñas, mujeres hay para el querer de toda laya, mas si en lograr amor te empeñas, debe ser ella una bella paraguaya”. Debe ser ese sentido de belleza, el de nuestras madres, hermanas, amigas o compañeras, lo que nos haga valorar lo nuestro, no solo ahora, sino siempre.
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Teatro Municipal: Presidente Franco y Chile
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