Un Tsunami en el ring

Es ágil, movediza en el centro del cuadrilátero y contragolpea llevándose todo por delante. Por eso la llaman Daiana “Tsunami” Olmedo. Aunque todavía no ha desarrollado todo su potencial, tiene corazón y alma de boxeadora, y dice que no parará hasta ser campeona mundial.

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Daiana Guadalupe Olmedo Mendoza tiene 17 años y desde hace uno practica boxeo femenino en el gimnasio del Club Coronel Escurra. Con 45 kg de peso, pelea en la categoría minimosca.

Como hija del exboxeador Bernardo Olmedo, quien representó a nuestro país en campeonatos internacionales, Daiana conoce muy bien el arduo camino que ha escogido y que le espera para poder destacarse en este deporte a nivel mundial.

“Desde chiquitita me gusta esta disciplina y desde hace unos años comencé a decirle a mi papá que quería practicarla. Él no me hacía caso, pero tanto le insistí que comenzamos a buscar gimnasios, pero todos eran muy caros y yo no podía pagar. Un día, viendo la tele, nos enteramos que había una velada boxística y fuimos con mi papá. Ahí conocimos al presidente de la Federación Paraguaya de Boxeo, Marcial Páez, a quien le comenté mi sueño”, recuerda.

Daiana le explicó que por una cuestión económica no podría ir a un gimnasio y que tenía el deseo de poder entrenar en su barrio. Fue así que mediante su pedido se reactivaron las clases de boxeo en el Club Coronel Escurra. “Al comienzo me iba yo solita. Primero practicaba los desplazamientos y movimientos que se hacen dentro del cuadrilátero. Muchos que se iban a jugar fútbol me miraban extrañados. Decían ‘mba’e piko koa ojapo?’ (¿qué hace esta?) o se burlaban. A mí eso no me importó y seguí practicando. Un mes después, en una cancha del club, al aire libre, colgamos la bolsa en el arco y comencé a pegar. Ahí ya no solo llamaba la atención lo que hacía, sino que otros chicos se entusiasmaron y quisieron practicar. Primero se sumaron cinco; luego, diez y ahora somos 33”, relata.

Practicar boxeo le regaló a Daiana mucho más que agilidad, destreza y resistencia. Hoy, tiene la alegría y la satisfacción de haber hecho una pequeña contribución a su comunidad. “Yo vivo en el barrio Santa Ana, considerada una zona crítica por la presencia de jóvenes que se drogan. Yo quería que a través de algún deporte los chicos del vecindario salieran de ese hoyo en donde estaban atrapados. Varios amigos que cayeron en adicciones y que comenzaron a practicar boxeo, poco a poco, fueron dejando la droga. Algunos ya están recuperados y otros están en proceso. También hay chicas que habían dejado de estudiar y a partir de que fueron a entrenar, con la disciplina impartida y los consejos del instructor, decidieron seguir estudiando y hoy van a la universidad”, dice con orgullo.

No tiene más que palabras de agradecimiento para el presidente de la federación de boxeo, su entrenador Andrés Ayala y su padre, quien ahora también es su instructor. “A ellos les debo haber cumplido mi sueño de practicar y la posibilidad de que exista un gimnasio en mi barrio”, ratifica.

Para la joven luchadora, el esfuerzo está dando sus frutos. En mayo de este año, se convirtió en la campeona nacional amateur en su categoría y, en junio, se batió en una de sus mejores peleas: la que le permitió estar entre un grupo de pugilistas preseleccionados para participar en competencias a nivel regional.

Para Daiana, la pelea no solo se da en el cuadrilátero, sino todos los días con el objetivo de llegar a la excelencia. “Como entro al colegio a la mañana, me despierto a las 5:00 para trotar hasta las 6:30. Regreso a casa, me baño y voy al colegio. A la tarde empiezo mi práctica de boxeo, desde las 16:30 hasta las 20:00, de lunes a viernes. Sábados y domingos, descanso”, comenta.

Tiene claro su objetivo: “Mi meta es viajar para representar a mi querido país y ser la mejor en mi categoría. Quiero llegar a ser campeona mundial”.

Sus amigos del barrio Santa Ana y compañeros del Colegio Técnico Asunción están contentos con los logros de Daiana. “Siempre que pueden van a ver mis peleas y me dan mucho apoyo al ver que voy haciéndome conocida en el ámbito del boxeo. En el barrio me respetan y me hacen bromas. Me dicen ‘eju jajuga la moquete’ (vení, vamos a jugar moquete). Me divierte cuando me gritan eso, pero para mí esto es un arte, porque te pasás entrenando meses y meses, y solo podés demostrar lo que sabés dentro del ring, afuera no”, asegura.

Su entrenador, el profesor Andrés Ayala, afirma que Daiana tiene mucho potencial. “Cada vez estoy más orgulloso de ella, por su humildad, su disciplina y talento. Estoy convencido de que en tres años más ella será campeona mundial en su categoría. Estoy seguro de que será una nueva figura del boxeo nacional”.

Ayala destacó que el boxeo femenino va ganando adeptas en distintas partes del mundo. Fue vital para su promoción que en el 2012, por primera vez, 36 pugilistas mujeres participaran en los Juegos Olímpicos de Londres, al haberse incluido el boxeo en la modalidad femenina.

En los combates, las atletas tienen prohibido usar maquillaje, deben llevar el cabello atado y someterse a exámenes médicos de rigor al igual que los hombres, solo que a las mujeres se le agrega un test obligatorio de embarazo, según las reglas. Muchos prejuicios pusieron freno a la modalidad femenina en este deporte, pero gracias a la tenacidad de grandes deportistas a nivel mundial, cada vez más mujeres suben al cuadrilátero para no bajarse. Daiana es una de ellas.

Boxeo femenino

El boxeo femenino es muy popular en los Estados Unidos y en varios países latinoamericanos como Venezuela, México y Argentina. También está en auge en Suecia, Alemania y Japón, entre otras naciones europeas y asiáticas.

Los asaltos duran dos minutos, uno menos que en el masculino. El máximo de rounds aceptable es de diez, en disputas por título. En torneos amateur, el número es menor. Las deportistas deben pelear con protectores bucales, pectorales y genitales.

nperez@abc.com.py 

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