Cargando...
Una vez en el interior, además de las gestiones que normalmente se hacen en una entidad bancaria, si el tiempo le permite, la visita al banco puede posibilitar otras oportunidades, como por ejemplo, la de conocer la historia monetaria del país, desde los primeros años de la conformación de la nación, hace centenares de años.
Y eso es posible visitando el interesante museo de la moneda que tiene el Banco Central del Paraguay, y que está ubicado en una de las alas de su imponente edificio del barrio Villa Guaraní, entre las 8:30 y 11:30, de lunes a viernes.
En sus vitrinas están apropiadamente dispuestas todas las piezas que sirvieron de moneda de cambio desde la época prehispánica, colonial e independiente hasta la creación del sistema monetario actual, hace poco más de sesenta años; productos de la tierra, lienzos, yerba mate, etc., eran las mercancías utilizadas en el sistema de trueques hasta la implementación del primer régimen monetario establecido poco después de la fundación de la ciudad de Asunción: anzuelos, escoplos, cuchillos y cuñas que, según sus características, tuvieron su relación de equivalencia con el maravedí español del siglo XVI.
Efectivamente, en la ordenanza del 3 de octubre de 1541, se establecía que un anzuelo equivalía a un maravedí; un anzuelo de rescate a cinco maravedíes; un escoplo a 16 maravedíes, un cuchillo de rescate a 25 maravedíes; una cuña de marca a 50 maravedíes y una cuña de ayunque a 100 maravedíes. La conversión de estas antiguas medidas monetarias en la moneda española se hacía por medio de la siguiente relación de valor: 480 maravedíes equivalían a una peseta; una peseta a 12 reales, y un real a 40 maravedíes.
En este sentido, conviene recordar que no fueron pocas las ocasiones en que los gobiernos coloniales intentaron establecer moneda propia en el país, pero cuya efectivización nunca fue autorizada por la Corona española.
La primera unidad monetaria adoptada en el país fue decretada por el gobierno del presidente Carlos A. López: el peso fuerte y peso corriente, basada su equivalencia en la onza de oro española, subdividida en reales y centavos.
El 27 de noviembre de 1842 se dictó la primera ley monetaria paraguaya: "queda autorizado el Supremo Gobierno para mandar acuñar monedas de plata con el escudo y armas nacionales de la República observando el monetario antiguo como más usual y conocido". Con esta autorización, el gobierno contrató la acuñación de las primeras monedas paraguayas. El 1 de marzo de 1847 fue decretada la emisión de los primeros billetes nacionales. El Tesoro nacional se encargó de crear el modelo de los billetes y de ir lanzándolos a la circulación, de tal manera a no dañar la circulación de monedas metálicas existentes en plaza.
Pero así como el gobierno se preocupaba de poner a disposición del público los instrumentos de cambio monetario, no faltaron inescrupulosos dispuestos a hacer de las suyas, y ya también en los primeros años se registraron las primeras falsificaciones de monedas en el país: el 24 de febrero de 1854 se descubrió en Itauguá que el ciudadano Francisco Mendieta había falsificado seis billetes de un real cada uno, y seis de dos reales. Su condición de "amonedero falso" casi le costó la vida. La pena capital fue conmutada por 100 azotes, amarrado a un poste en la vía pública, y prisión.
La guerra contra la Triple Alianza tuvo serias y graves consecuencias en el sistema monetario paraguayo, ocasionando la ruina del régimen monetario nacional. Una de las preocupaciones del gobierno del mariscal Francisco Solano López fue dotar al país de un banco, pero las contingencias de la guerra imposibilitaron dicho propósito. Aun así, fueron tomadas medidas monetarias como el ensayo de acuñación de la primera moneda de oro, decretada el 11 de septiembre de 1867.
Finalizada la contienda, los gobiernos de posguerra intentaron restaurar la economía nacional. Las primeras emisiones monetarias de posguerra se ordenaron a finales de 1870. En esa época circularon en el país monedas paraguayas, y de los países aliados de ocupación.
Un primer proyecto de banco nacional surgió allá por 1872, pero no llegó a concretarse. Aun así, el gobierno, por medio de la Tesorería del Estado, seguía emitiendo billetes hasta la instalación de la Caja de Conversión, el 4 de marzo de 1874.
Ley de régimen monetario
El 14 de julio de 1885, una nueva ley estableció la base del sistema monetario paraguayo, adoptando el sistema monetario. El sistema monetario adoptado era bimetálico (oro y plata) limitado o de patrón oro, adoptándose el kilogramo como "peso monetario fundamental". De esta ley derivaron dos unidades monetarias distintas: el peso oro sellado y el peso fuerte o peso de curso legal.
El peso oro sellado era una moneda de contabilidad, nacida de la circulación de la moneda argentina en el Paraguay, y el deseo de los acreedores de protegerse contra la depreciación progresiva del peso papel paraguayo.
El peso oro sellado paraguayo no era un "peso" argentino, ni paraguayo, sino un simple múltiplo de la moneda argentina. Tampoco era sellado (acuñado) en el Paraguay y no se acuñaba ya en la Argentina en el tiempo en que fue adoptado por nuestro país.
La puesta en vigencia de la Carta Política de 1940, significó el final del liberalismo económico financiero propiciado por la vieja Constitución de 1870, que fue sustituido por la economía dirigida. Uno de los aspectos de esta nueva modalidad era la dotación al Estado paraguayo de la facultad exclusiva "de hacer acuñaciones o emisiones de monedas". Hasta entonces, como ya mencionamos, en nuestro país existían dos unidades monetarias -dentro del régimen del patrón oro automático o de cambio oro-: el peso fuerte y el peso oro sellado. Nunca se acuñaron monedas de oro en nuestro país y solo se emitieron billetes y monedas divisionarias.
Resultado del decreto-ley del 5 de octubre de 1943 fue la puesta en circulación de los primeros billetes emitidos por el Banco del Paraguay, que en un principio fueron los entonces circulantes billetes de pesos legal resellados en guaraníes, cuyos valores eran 5, 10 y 1 guaraní; y 50 céntimos.
Posteriormente estos billetes fueron sacados de circulación y sustituidos por billetes de guaraníes, cuyos valores eran: 1, 5, 10, 50, 500 y 1.000 guaraníes.
Esto y mucho más puede uno aprender visitando el Museo Numismático del Banco Central del Paraguay. Un plantel de amables funcionarios encabezados por la señora Carmen Weber, diligentemente hacen de guía para una mayor comprensión del acervo museario, abierto para todo tipo de público: desde colegiales de diversos niveles hasta estudiantes universitarios y público en general.
Inclusive, llevan implementando un programa de asesoramiento y valorización de todo lo relacionado con el dinero y dirigido a niños escolares, a quienes se les invita a reconocer y valorar las monedas y billetes de tal manera a evitar despilfarros y dar al dinero el justo valor que debe tener en la economía familiar.
En otras palabras, una visita al Museo Numismático del Banco Central del Paraguay no solo brinda la oportunidad de conocer las muestras de billetes y monedas de la historia paraguaya, sino aprender a valorarlos y, sobre todo, a apreciarlos.