Un regalo de los DIOSES

El proceso de fabricación de la cerveza es tan complejo, que resulta sorprendente que se le ocurriera a alguien. Por eso, se cree que fueron los dioses egipcios quienes revelaron al hombre el secreto de una bebida para ser feliz.

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Siete mil años antes de Cristo, en la antigua Mesopotamia del Oriente Medio, entre los ríos Tigris y Eufrates, surgieron por vez primera la agricultura y el cultivo de cereales. Las mujeres sumerias ponían a remojar en agua los granos de cebada y vieron cómo la harina (la fécula) se volvía líquida.

Esta papilla espesa fermentaba de manera espontánea, y el líquido resultante lo consumían con deleite para relajarse. La mención más antigua de la cerveza, "una bebida obtenida por fermentación de granos que denominan siraku", se encontró en 1981 en unas tablas de arcilla escritas en lenguaje sumerio y cuya antigüedad se remonta a 6.000 años a.C.

En ellas se revela una fórmula de elaboración casera de la cerveza: "se cuece pan, se deshace en migas, se prepara una mezcla en agua y se consigue una bebida que transforma a la gente en alegre, extrovertida y feliz".

La historia dice que los babilonios heredaron de los sumerios el arte del cultivo de la tierra y la elaboración de la cerveza. Uno de los decretos más conocidos de la época, emitido por el Rey Hammurabi, dispuso normas sobre la fabricación de esta bebida, en las cuales se incluían el precio del producto, la concentración adecuada y se establecían sanciones para quienes la adulteraran. La elaboración tenía carácter religioso y era realizada por las sacerdotisas. Cuatro mil años antes de nuestra era, los babilonios ya habían desarrollado veinte clases distintas de cerveza.

Néctar divino

Los egipcios, recogiendo los métodos sumerios, elaboraban un vino de cebada llamado "zythum", que fue considerado como un regalo de los dioses, y era ofrecido por los sumos sacerdotes. Según la mitología egipcia, fue Osiris, dios de la agricultura, quien enseñó a la humanidad el arte de fabricar esta bebida. La cerveza egipcia se producía enterrando cebada en recipientes de germinación; luego la papilla de malta fermentaba por la acción de levaduras salvajes.

En sus comienzos, los egipcios obtenían la cerveza fermentando el trigo, pero más tarde este fue sustituido por otros cereales más idóneos, especialmente la cebada. La bebida se mezclaba con frutos, preferiblemente dátiles, se endulzaba con miel y se perfumaba con canela. También le añadían azafrán, jengibre y comino, a fin de proporcionarle más aroma y color.

Los fabricantes egipcios de cerveza eran exceptuados de prestar el servicio militar y, tanto los soldados como las autoridades, recibían cerveza como parte de su paga. También existen pruebas de que los chinos producían una clase de cerveza llamada "kiu" hace más de 4.000 años, la cual se fabricaba a base de cebada, trigo, mijo o arroz.

Del mismo modo, las civilizaciones precolombinas de América conocían una bebida fermentada a base de maíz en lugar de cebada, y en la antigua Britania se elaboraba cerveza a base de trigo malteado antes de que los romanos introdujeran la cebada.

A diferencia de los egipcios, que montaron verdaderas fábricas para elaborar la cerveza, los celtas, germanos y galos hicieron de la cerveza una actividad doméstica, casera. La popularidad de la cerveza entre los galos se debía en parte a la falta de agua potable, ya que esta, tras pasar por una fase de cocción, estaba libre de bacterias. La cerveza formaba parte de la dieta diaria en aquel entonces y fue considerada como el "pan líquido".

Según consta en una enciclopedia germana de 1645, la bebida típica de las tribus de ese país era el "mer", tradicional brebaje fermentado, néctar divino. Los europeos del norte utilizaban hierbas aromáticas y plantas silvestres, logrando una cerveza más ligera y de poca duración, no apta para el almacenamiento ni el transporte.

Cerveza monacal

Durante los siglos VI y VII aparecieron los monasterios de las primeras órdenes cristianas y tenían la obligación de autoabastecerse, por ende se esforzaron en lograr una cerveza de alta calidad.

Esta bebida era lo único que podían ingerir, ya que, al estar prohibido el vino en la Cuaresma, bebían cerveza. Sin duda el agregado más importante de los monjes a la cerveza fue el lúpulo, hacia mediados del siglo XII. Con la incorporación del lúpulo, la cerveza adquirió más sabor, fue más sana y permitió una mayor conservación, lo que posibilitó a su vez su transporte y comercialización.

En la Edad Media nacería la "cerevisa monacorum", cerveza de los monjes con denominación de origen, cuyo secreto guardaba celosamente cada fraile boticario.

Las tierras alemanas poseían cerca de 500 claustros en los cuales se elaboraba y comercializaba cerveza. Incluso las monjas de los Prados de Santa Clara recibieron de parte de los duques de Baviera el derecho de elaborar también su propia cerveza.

Entre los siglos XIV y XVI surgieron las primeras grandes factorías cerveceras, entre las que destacaban las de Hamburgo y Zirtau. A partir de 1516 se homologó el proceso de fabricación y composición de la cerveza, cuando el duque bávaro Guillermo IV dictó la Ley de la Pureza de la Cerveza Alemana.

Desde ese entonces, la cerveza alemana sólo puede ser elaborada con cuatro materias primas: agua, cebada malteada, lúpulo y levadura. La auténtica época dorada comienza a finales del siglo XVIII con la incorporación de la máquina de vapor a la industria cervecera y el descubrimiento de una nueva fórmula de producción en frío. Culmina en el último tercio del siglo XIX, con los hallazgos de Luis Pasteur relativos al proceso de fermentación.

Hoy sólo existen 100 empresas fabricantes en el mundo de las 3.200 que había a principios del siglo XX. El país con mayor número de marcas es Bélgica, con 400. La cervecería Weihensthephan, en la ciudad alemana de Freising, es la fábrica en funcionamiento más antigua del mundo.

Curiosidades

• El emperador Carlos V fue el primer importador de cerveza y uno de sus más ilustres bebedores y aficionados. Se dice que hasta en su retiro de Yuste contó con un cervecero flamenco en su reducido séquito.

• El método para comprobar su calidad es la forma en que la espuma se adhiere al lado del vaso después de cada trago. A esta silueta de espuma se le denomina "encaje de Bruselas".

• La cerveza debe ser servida siempre con dos dedos de espuma y a una temperatura de 5°C, pero nunca en vaso congelado. La espuma deberá ser fina y persistente para que se adhiera al vaso. Debe tener un color brillante y un aspecto espumoso.

• La más cara del mundo se llama "Tutankamon" y se elabora en Londres según la receta recuperada por unos arqueólogos de la Universidad de Cambridge en el Templo del Sol de la reina Nefertiti, en Egipto. Su precio es de 52 dólares la botella y se fabrica en edición limitada y numerada.

• La cerveza Pilsen, fabricada por Cervepar, obtuvo este año la Medalla de Plata del Instituto Monde Selection, organismo internacional con sede en Bruselas, Bélgica, que premia la calidad de numerosos productos. De esta forma, Pilsen se convirtió en el primer producto paraguayo que logra tan importante reconocimiento internacional.
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