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El viaducto de Millau parece como colgado del cielo e invita a una experiencia etérea."He atravesado este puente en cuatro o cinco ocasiones y cada una de ellas es especial", asegura el periodista catalán Alejandro López Rivera, cuya pasión es hacer de guía turístico e historiador. Con él atravesamos en auto todo el territorio francés por la carretera que cruza a través del Viaducto de Millau.
Luego de sortear una serpenteante autopista atestada de puentes y túneles en la ruta de Barcelona a París se presenta ante los ojos el viaducto cuya altura de 343 metros equivale a la de un edificio de cien pisos. Es más alta que la Torre Eiffel que llega a 325 metros, pero el acero empleado para la obra pesa cinco veces más que el símbolo parisino. Solo le faltaron cuarenta metros para equipararse con el Empire State Building de Nueva York que tiene 381 metros y 102 pisos.
Desde allí se aprecia un paisaje impresionante en belleza hacia los cuatro puntos cardinales. Se ven valles abiertos, mesetas, montañas y la ciudad de Millau hecha una miniatura a sus pies.
Los carteles de señalización informatizados indican las condiciones climáticas y advierten con las precauciones que se deben tener al atravesarlo a lo largo de sus 2.460 metros de longitud. "Precaución: Ráfagas de viento" decía el día en que lo atravesamos en medio de lluvias intermitentes a mediados del mes de junio, a finales de la primavera boreal, aunque el invierno este año tardó en retirarse del hemisferio norte.
El corazón late más fuerte entre la emoción de experimentar algo nuevo. Los oídos se van tapando por las diferencias de presión a medida que la carretera va cobrando altura entre los Pirineos.
Al estar situado en un valle y casi en el centro de Francia, las condiciones meteorológicas siempre son muy variables en la zona donde se encuentra el Viaducto de Millau. Esta es una ciudad tres veces milenaria, cuya población orilla los 22.000 habitantes y que ha sido estratégica por su ubicación donde confluían las rutas de la Galia, la Hispania y la Península itálica en tiempos del Imperio romano.
"La he atravesado con sol, con viento, con lluvia y entre nubes blancas", comenta Alex al describir que cada paso a través del puente es diferente y único. El hecho de que el puente prácticamente "toque las nubes" da una perspectiva un tanto más realista de su altura, pues la vista puede resultar engañosa, prosigue.
Se podría definir su construcción como etérea, pues parece que está suspendido en el cielo por las inmensas columnas de las que penden los suspensores de la carretera. Esa sensación también se la otorga todos los tipos de materiales empleados en su construcción, especialmente el acero. Está constituido por ocho tramos de tablero de acero que se apoyan sobre siete gigantescos pilares de hormigón.
La calzada de la autovía tiene 32 metros de ancho y 4,3 metros de espesor que dan albergue a dos carriles de autos en cada dirección y un cómodo desplazamiento. Por la experiencia que tienen los europeos con las alturas y alguien que quiera arrojarse de ella no se puede parar sobre el puente y todo el perímetro está blindado por un tupido y macizo vallado de protección.
Su construcción comenzó el 10 de octubre de 2001 y se lo inauguró el 14 de diciembre de 2004 en un acto al que asistió el entonces presidente francés Jacques Chirac. Incluso se le han hecho fotografías conmemorativas con el imponente vuelo del avión más grande del mundo, el Airbus A380 pasando encima.
El diseño conceptual y estructural original del puente es obra del francés Michel Virlogeux, y los arquitectos responsables de la estética y los aspectos formales pertenecían a la empresa británica Foster and Partners, liderados por Lord Norman Foster. La firma de ingeniería holandesa Arcadis estuvo a cargo del diseño técnico. El conjunto presenta una visión minimalista y ligera acorde a los tiempos que vivimos.
Desde su cruce se divisa una perspectiva increíble del valle y el río Tarm que atraviesa la región francesa de Aveyron. "En mi segunda visita nos equivocamos y acabamos en el mismo pueblo de Millau, a los pies del puente, desde donde realmente pudimos comprobar la grandiosidad y majestuosidad de la construcción", dice Alex López Rivera.
Su finalización ha permitido principalmente reducir en dos horas el viaje del sur de Francia hacia el norte, especialmente a la capital, París. Antiguamente la ruta obligatoria llevaba por Lyon y se tardaba entre 11 a 12 horas para llegar desde Barcelona hasta París. Actualmente el puente permite reducir la distancia en 200 kilómetros y llegar entre 9 a 10 horas.
A un lado del puente existe una oficina museo y una tienda de souvenirs donde se puede seguir el proceso de construcción y todos los datos relevantes de la obra de ingeniería moderna. El puente de Millau se constituye hoy en una de las maravillas de la ingeniería moderna, una megaestructura, que ya está expuesta en importantes museos de capitales europeas junto a los puentes más famosos del mundo.
El paisaje que se observa es impresionante y los turistas no paran de llegar para tomarse fotografías con el puente de fondo, aunque para ello haya que caminar un trecho no muy corto, cuesta arriba.
Incluso, los europeos, tan amantes de sus mascotas, las llevan y las hacen posar con el viaducto de fondo. Ah, un detalle importante: el peaje cuesta entre 5 y 7 euros.
FICHA TECNICA
NOMBRE OFICIAL: Le Viaduc de Millau / The Millau Viaduct / Viaducto de Millau
DETALLES: Altura total de la construcción: 343 metros. Altura sobre el río Tarm: 270 metros. La base de cada pilar de hormigón ocupa 200 metros cuadrados. Tablero de acero: 36.000 toneladas de armazón metálico. Equivale al peso de la Torre Eiffel multiplicado por cinco. El puente pesa en total 350.000 toneladas. El costo global de la construcción fue de 394 millones de euros con 20 millones adicionales que costaron las cabinas de peaje. La obra duró 36 meses; trabajaron unas 3.000 personas. En el proyecto se utilizaron 127.000 m3 de hormigón, 19.000 toneladas métricas de acero para las armaduras de hormigón y 5.000 toneladas de hormigón pretensado. La vida útil del viaducto rondará los 120 años. La empresa constructora Eiffage financió la obra a cambio de la concesión del peaje hasta el año 2080. Si resulta muy rentable, el Gobierno francés puede retomar el control de la concesión en el 2044.
Texto y fotos: Pedro Gómez Silgueira - pgomez@abc.com.py
Luego de sortear una serpenteante autopista atestada de puentes y túneles en la ruta de Barcelona a París se presenta ante los ojos el viaducto cuya altura de 343 metros equivale a la de un edificio de cien pisos. Es más alta que la Torre Eiffel que llega a 325 metros, pero el acero empleado para la obra pesa cinco veces más que el símbolo parisino. Solo le faltaron cuarenta metros para equipararse con el Empire State Building de Nueva York que tiene 381 metros y 102 pisos.
Desde allí se aprecia un paisaje impresionante en belleza hacia los cuatro puntos cardinales. Se ven valles abiertos, mesetas, montañas y la ciudad de Millau hecha una miniatura a sus pies.
Los carteles de señalización informatizados indican las condiciones climáticas y advierten con las precauciones que se deben tener al atravesarlo a lo largo de sus 2.460 metros de longitud. "Precaución: Ráfagas de viento" decía el día en que lo atravesamos en medio de lluvias intermitentes a mediados del mes de junio, a finales de la primavera boreal, aunque el invierno este año tardó en retirarse del hemisferio norte.
El corazón late más fuerte entre la emoción de experimentar algo nuevo. Los oídos se van tapando por las diferencias de presión a medida que la carretera va cobrando altura entre los Pirineos.
Al estar situado en un valle y casi en el centro de Francia, las condiciones meteorológicas siempre son muy variables en la zona donde se encuentra el Viaducto de Millau. Esta es una ciudad tres veces milenaria, cuya población orilla los 22.000 habitantes y que ha sido estratégica por su ubicación donde confluían las rutas de la Galia, la Hispania y la Península itálica en tiempos del Imperio romano.
"La he atravesado con sol, con viento, con lluvia y entre nubes blancas", comenta Alex al describir que cada paso a través del puente es diferente y único. El hecho de que el puente prácticamente "toque las nubes" da una perspectiva un tanto más realista de su altura, pues la vista puede resultar engañosa, prosigue.
Se podría definir su construcción como etérea, pues parece que está suspendido en el cielo por las inmensas columnas de las que penden los suspensores de la carretera. Esa sensación también se la otorga todos los tipos de materiales empleados en su construcción, especialmente el acero. Está constituido por ocho tramos de tablero de acero que se apoyan sobre siete gigantescos pilares de hormigón.
La calzada de la autovía tiene 32 metros de ancho y 4,3 metros de espesor que dan albergue a dos carriles de autos en cada dirección y un cómodo desplazamiento. Por la experiencia que tienen los europeos con las alturas y alguien que quiera arrojarse de ella no se puede parar sobre el puente y todo el perímetro está blindado por un tupido y macizo vallado de protección.
Su construcción comenzó el 10 de octubre de 2001 y se lo inauguró el 14 de diciembre de 2004 en un acto al que asistió el entonces presidente francés Jacques Chirac. Incluso se le han hecho fotografías conmemorativas con el imponente vuelo del avión más grande del mundo, el Airbus A380 pasando encima.
El diseño conceptual y estructural original del puente es obra del francés Michel Virlogeux, y los arquitectos responsables de la estética y los aspectos formales pertenecían a la empresa británica Foster and Partners, liderados por Lord Norman Foster. La firma de ingeniería holandesa Arcadis estuvo a cargo del diseño técnico. El conjunto presenta una visión minimalista y ligera acorde a los tiempos que vivimos.
Desde su cruce se divisa una perspectiva increíble del valle y el río Tarm que atraviesa la región francesa de Aveyron. "En mi segunda visita nos equivocamos y acabamos en el mismo pueblo de Millau, a los pies del puente, desde donde realmente pudimos comprobar la grandiosidad y majestuosidad de la construcción", dice Alex López Rivera.
Su finalización ha permitido principalmente reducir en dos horas el viaje del sur de Francia hacia el norte, especialmente a la capital, París. Antiguamente la ruta obligatoria llevaba por Lyon y se tardaba entre 11 a 12 horas para llegar desde Barcelona hasta París. Actualmente el puente permite reducir la distancia en 200 kilómetros y llegar entre 9 a 10 horas.
A un lado del puente existe una oficina museo y una tienda de souvenirs donde se puede seguir el proceso de construcción y todos los datos relevantes de la obra de ingeniería moderna. El puente de Millau se constituye hoy en una de las maravillas de la ingeniería moderna, una megaestructura, que ya está expuesta en importantes museos de capitales europeas junto a los puentes más famosos del mundo.
El paisaje que se observa es impresionante y los turistas no paran de llegar para tomarse fotografías con el puente de fondo, aunque para ello haya que caminar un trecho no muy corto, cuesta arriba.
Incluso, los europeos, tan amantes de sus mascotas, las llevan y las hacen posar con el viaducto de fondo. Ah, un detalle importante: el peaje cuesta entre 5 y 7 euros.
FICHA TECNICA
NOMBRE OFICIAL: Le Viaduc de Millau / The Millau Viaduct / Viaducto de Millau
DETALLES: Altura total de la construcción: 343 metros. Altura sobre el río Tarm: 270 metros. La base de cada pilar de hormigón ocupa 200 metros cuadrados. Tablero de acero: 36.000 toneladas de armazón metálico. Equivale al peso de la Torre Eiffel multiplicado por cinco. El puente pesa en total 350.000 toneladas. El costo global de la construcción fue de 394 millones de euros con 20 millones adicionales que costaron las cabinas de peaje. La obra duró 36 meses; trabajaron unas 3.000 personas. En el proyecto se utilizaron 127.000 m3 de hormigón, 19.000 toneladas métricas de acero para las armaduras de hormigón y 5.000 toneladas de hormigón pretensado. La vida útil del viaducto rondará los 120 años. La empresa constructora Eiffage financió la obra a cambio de la concesión del peaje hasta el año 2080. Si resulta muy rentable, el Gobierno francés puede retomar el control de la concesión en el 2044.
Texto y fotos: Pedro Gómez Silgueira - pgomez@abc.com.py