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- Perderíamos como la guerra, porque ahí sí hay actores que no necesitan de máscaras.
- ¿Hay un personaje difícil de interpretar?
- Todos son difíciles. Tenés que sacar algo tuyo y siempre uno tiene miedo de mostrarse tal cual es.
- ¿Gana plata con su oficio?
- Sí. Vivo de esto. Y no sólo de las actuaciones en sala de teatro, también en la calle, en los shoppings, en un estadio, donde sea.
- ¿Sobrará como para pagar desde el año que viene impuestos?
- Y sí, los actores tendremos que pagar. Pero todavía no sabemos cómo va a ser eso.
- Habrá que pasar el sombrero más veces...
- Y sí, claro. No creo que de los actores el Gobierno vaya a recaudar
mucho, pero bueno...
- ¿De qué hablaría con un extraterrestre?
- Y le preguntaría qué obras puedo hacer allá. Es lo que se me ocurre.
- ¿Y qué le parece podría gustarle al público marciano?
- Los dramas, eso creo.
- Los que odian el teatro, ¿tienen alma?
- Yo no sé si hay gente que odia el teatro. No se acerca nada más. Pienso que les cuesta llegar hasta el teatro, pero hasta el momento no encuentro gente que odia el teatro.
- ¿En qué grado la corrupción alcanza a los actores?
- Hay, claro que sí. Por ejemplo en preparar proyectos que se presentan a fondos donde se inflan los presupuestos. O que se presentan proyectos que ya fueron presentados, nada más que le cambian el nombre. Y salen adjudicados.
- ¿La actuación en Paraguay es arte, coraje, pasión, pecado... o qué?
- Para algunos es un pecado, porque no se gana nada y siempre se trabaja mucho. Pero es una pasión. Y muy fuerte.