Un gol de esperanza

Eduardo Sánchez tuvo la idea de crear el Centro de Ayuda a los Enfermos de Cáncer con el objetivo de asistir a la gente más necesitada de los hospitales. Así, con el apoyo de algunos jugadores de fútbol lleva su aporte de esperanza y alegría a los pacientes.

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Eduardo Sánchez y Carolina Centurión son los representantes del Centro de Ayuda a los Enfermos de Cáncer, fundado en el 2012, en el Instituto del Cáncer, con el objetivo de transmitir y llevar alegría a los hospitales. “La idea nació luego de sufrir en carne propia lo complicadas que son las situaciones de los pacientes y familiares en los hospitales”, detalla Sánchez. Ese año, él tuvo la experiencia de acompañar al nosocomio durante un año a su hermana, quien falleció posteriormente.

Convivir cotidianamente en el hospital durante ese año le hizo ver la realidad por la que pasaban los pacientes, situaciones que se complican aún más si vienen del interior. Ese fue el clic que lo impulsó a ayudar a otra gente. “Fue entonces que inicié el centro, ya con el apoyo de los jugadores de fútbol”, recuerda. 

Comenta que, justamente, con un amigo, quien ahora juega en Libertad, Antonio Bareiro, empezaron a hablar del tema y comenzó el proceso de creación del centro. “Le propuse llevar alegría y ayuda a la gente más necesitada”, señala. La asistencia que brindan consiste, básicamente, en conseguir medicamentos, ambulancias y alimentos. “Somos, más bien, gestores de todo tipo de ayuda. Afortunadamente, gracias a los jugadores de fútbol tenemos abiertas muchas puertas”, refiere.

Cuenta que esta amistad con los deportistas lo hizo conocido. “La gente ama lo que es el deporte, especialmente el fútbol y, a través de ellos, llegamos a todo el país”, expresa. Actualmente, el centro cuenta con la ayuda de unos 15 jugadores con quienes constantemente recorren los hospitales, y cumplen los sueños de los chicos y abuelos. “Algunos quieren conocer a un jugador, desean una camiseta o un botín, y nosotros se lo cumplimos”.

Hace poco se integró Carolina Centurión, la “tía”. Ella se encarga de viajar al interior para llevar los regalos a los niños y abuelos. Desde el inicio del centro, Sánchez le había invitado a participar del proyecto, pero ella tenía una vida laboral con un horario muy estricto, y le resultaba muy complicado asistir a las reuniones y colaborar con las visitas. “Hace un año dejé mi trabajo y me volví emprendedora; entonces, comencé a activar con ellos”, explica.

Carolina confiesa que le agrada visitar los hospitales, compartir con los niños y llevar un poco de alegría. “Me encanta dar amor y una sonrisa a esos chiquitos que pasan por momentos difíciles; especialmente, a los del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu”. La labor del centro no se limita a un solo hospital, sino a varios. También llegan las historias de abuelitos que residen en lugares lejanos del interior del país y sueñan con conocer a un jugador de fútbol.

A veces, solo desean una camiseta o un video, entonces les cumplen ese sueño. Carolina resalta que, normalmente, llega hasta la casa, comparte con la familia y lleva la casaca autografiada. “Ese es más o menos el trabajo que voy realizando actualmente”. Destaca que les llueven las historias de pacientes y padres necesitados, y buscan la manera de ayudarlos; obviamente, con el apoyo de los jugadores. “Gracias a Dios, ellos tienen un corazón enorme y nos apoyan bastante”, subraya.

Sánchez comenta que tuvo la oportunidad de hablar con Dany Durand, ministro de Urbanismo, Vivienda y Hábitat, a quien contó que viajan mucho, y le propuso la posibilidad de que el centro sea gestor para ver las condiciones en que vive un paciente. “Si el techo está en malas condiciones, tener la posibilidad de construirle una casa. Llegamos a un acuerdo perfectamente. Porque es muy triste estar enfermo de cáncer y vivir bajo una carpita. En eso también nos estamos enfocando ahora. La gente del interior sufre mucho. Conozco muchos casos”. 

Cada año, el centro realiza un día de helados gratis en los hospitales. “Estamos preparando para el 20 de diciembre con el apoyo de una heladería local”, adelanta Sánchez. Entre sus próximas actividades están la entrega de canastas navideñas y regalos en todo el país. “También nos encontramos ayudando a un hogar de niños en San Juan Bautista, Misiones. Viajamos bastante al interior”, acota Carolina.

El Día del Niño repartimos pelotas con Nelson Haedo Valdez. “Los chicos lo quieren y verlo es una alegría muy grande para ellos. Nuestro centro es el único que tiene ese vínculo con los jugadores. Hay una buena predisposición de ellos siempre”, resalta.

La intención de Sánchez es seguir brindando alegría, y espera que otras personas imiten lo que ellos están haciendo y visiten a los enfermos. “Le pido al jugador que le llame a un enfermo en su cumpleaños. Son cosas diminutas, pero muy grandes para algunos”. Con pequeños granos de arena de alegría se construyen enormes castillos de esperanza.

mpalacios@abc.com.py 

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