Tres claves para el éxito

“Las claves para el éxito son sencillas, pero muy poca gente en el mundo puede aplicarlas. Se trata de coraje, humildad y disciplina”, dice Marshall Goldsmith, uno de los cinco mayores coaches internacionales. Durante su visita a Asunción explicó cómo piensa cambiar el mundo.

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Nació en una familia humilde de los Estados Unidos. Durante su infancia, su casa carecía de conexiones sanitarias por lo que el cuarto de baño estaba en el exterior. Con esfuerzo logró graduarse como maestro y dio clases en universidades de Nueva York; fue decano en una de ellas. Ya estaba casado, pero necesitaba “algo más en su vida”, algo que encontró cuando conoció a un hombre muy famoso que lo introdujo al mundo del coaching.

Marshall Goldsmith tiene una de esas sonrisas amables que inspiran confianza y fortaleza. Desde aquel momento en el que decidió empezar esta aventura, hace ya 39 años, no paró de moverse para inspirar a más y más empresarios en todo el mundo; además de ayudarlos a lograr sus objetivos y mantenerse en pie en pos de ellos.

“Soy un pionero, aunque no sé si es bueno decirlo, porque suena a una persona anciana. Luego le entregan a uno un reconocimiento por su labor de vida, y esa es una señal de que vas a morir pronto”, dice entre risas.

“Esto nunca lo soñé. Ni en mi niñez ni juventud me imaginé que me dedicaría a ayudar a tanta gente. Crecí en el seno de una familia muy humilde, en el cual ni siquiera sabía que existiera un mundo como este. Pero si hay algo claro en mi vida, es que sé exactamente cuando me voy a jubilar de esta profesión y será el día de mi muerte. La gente como yo trabaja hasta el día de su muerte”. Marshall se declara enamorado de su trabajo, le apasiona ver los buenos resultados obtenidos gracias a su ayuda, así que dejará de hacerlo únicamente cuando muera.

“El área en la que me especializo es en orientar a los grandes emprendedores del mundo para generar herramientas de éxito que se puedan aplicar a largo plazo para ellos mismos, su equipo y gente. Así es que en mis presentaciones les enseño cómo pueden ser líderes y luego formar un buen equipo, fomentando la participación de la gente que le rodea”, explicó.

Las claves del éxito, dice, son muy sencillas. “Cualquier persona que lea uno de mis libros se dirá que es muy fácil y que los ejemplos citados en él son tonterías. Sin embargo, las personas que menciona son CEO de algunas de las empresas más grandes del mundo, cuyo coeficiente intelectual, en algunos casos, es de hasta 150. Todo el que lea es capaz de comprender los pasos para el éxito. Sin embargo, poder aplicarlos y perseverar en ello es algo que muy poca gente es capaz de lograr”.

Para él no tiene importancia el haber nacido con espíritu y mentalidad emprendedora, o estar en los negocios por casualidad. “Trabajo con gente que ya está en ese mundo, sea por el factor que sea, el hecho es que cuando me preguntan si se puede lograr que su negocio sea exitoso tengo una sola respuesta: sí, absolutamente”.

Citó a sus propios hijos como ejemplo “la mayor es profesora de Marketing y recibió el año pasado un reconocimiento como una de las mejores maestras de escuelas de negocios del mundo, menores de 40 años. Está casada y tiene mellizos de 18 meses que son maravillosos, una niña y un niño, hermosos. En cambio, mi hijo dejó la universidad; no le gustaba estudiar y no hizo nada hasta los 28 años, cuando decidió emprender un negocio. Ahora, él tiene cinco veces más dinero que mi hija y a ella no le gusta, dice ‘yo era la estudiosa, la obediente’”.

“El éxito no pasa por los títulos universitarios, sino por la propia actitud y capacidad de resolver los problemas. Yo mismo tengo un PhD, pero si me tomaras un examen ahora mismo, reprobaría absolutamente. No recuerdo nada de lo que aprendí en clases; mi trabajo se basa en lo que aprendo de mis propios clientes”, enfatiza.

Para tener éxito se necesitan tres factores fundamentales que son: coraje para mirarse al espejo. Eso es algo muy difícil, porque uno debe ser capaz de reconocer sus debilidad y aquellas cosas en las que está actuando de una manera que no es la ideal; humildad para aceptar lo que se debe mejorar y disciplina para trabajar hasta conseguirlo. “Suena muy fácil, lo digo todo el tiempo, pero, lastimosamente, implementarlo es una de las cosas más difíciles del mundo”.

Marshall está trabajando ahora con uno de los mayores empresarios de la India, recientemente premiado como emprendedor del año. “Ahora está envejeciendo, es tiempo de soltar las cosas y este constituye otro de los puntos más difíciles. Los emprendedores, conforme crece la empresa, tienen que aprender a soltar las cosas y esto les cuesta demasiado porque el negocio está en su corazón. Es difícil para ellos poner todo en manos de otras personas, pero es indispensable”.

Por último, citó a Alan Mulally, una persona con la que tiene varios proyectos en este momento. Él fue CEO de la marca Ford durante una las peores crisis económicas en el mundo. Cuando asumió, las acciones de la empresa valían solamente USD 1, pero trabajó con tanto liderazgo que, ocho años después, estas pasaron a costar USD 18, incluso habiendo rechazado un subsidio del Gobierno. Con su perseverancia demostró que la actitud en los problemas es lo que marca la diferencia y, en definitiva, la clave del éxito”, finalizó.

mbareiro@abc.com.py

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