Toquinho y las cuerdas de Berta

Un nuevo material discográfico prepara la concertista Berta Rojas, con la participación de los músicos y compositores brasileños Antonio Bondeolli Pecci Filho, conocido como Toquinho, Ivan Guimarães Lins y Gilberto Gill. La propuesta, que está en proceso de grabación, promete un contenido de calidad, destreza y maestría.

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Toquinho, un músico con mayúsculas y uno de los guitarristas más internacionales de Brasil, participa en el disco que Berta Rojas se encuentra grabando con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Popi Spatocco. El repertorio que incluirá clásicos de la música brasileña cuenta, además, con la intervención del también compositor brasileño Iván Guimarães Lins y Gilberto Gill. 

Toquinho tomó la bossa nova y le fue agregando su sello personal, conservando intacta la calidad musical. Estudiar música todos los días refuerza el placer hacia su trabajo. Lleva 51 años de dedicación y persistencia. No hay intención de parar. No hay cansancio. El descanso es su arte. Y todo bagaje de conocimiento se refleja en cada nueva propuesta, como la que está preparando junto con Berta e Iván, para abril.

-¿A qué edad tomó por primera vez una guitarra?

-Tenía ocho años. En la casa de una prima había una guitarra olvidada en la esquina de una habitación. Me acerqué a ella, toqué sus cuerdas..., sonidos ilógicos, miraba esas cuerdas y quedaba imaginando: “Como es que puede salir tanta música de esas seis cuerdas”. Y tiraba los otros dedos entre ellas, intentando sacar otros sonidos. Esa fue la primera vez en mi vida que tuve contacto con ese instrumento. Fue en aquella guitarra de mi prima. Ni me imaginaba que, cinco años después, estaría empezando a aprender a tocar hasta volverme un profesional.

-¿Cómo fue su evolución como guitarrista y compositor?

-La guitarra fue la base de mi formación musical y continúa siendo hasta hoy. Estudio todos los días, mejorando técnica y estilo. Como consecuencia de ese hábito, surgió el compositor. Imposible integrarse tanto con ese instrumento sin sacar de sus cuerdas acordes y armonías para que surjan nuevas melodías. Fue inevitable y natural. De ahí viene el canto, después el compositor de mis propias canciones.

-¿Qué le produce formar parte de este nuevo material con nuestra compatriota Berta Rojas?

-Estuvimos juntos en un concierto en el Paraguay, en diciembre del año pasado. Es una experiencia placentera y gratificante unir en la guitarra lo clásico, fuerte y pujante de Berta Rojas al popular brasileño. Es siempre interesante juntar esos dos estilos. La música adquiere la ligereza de la simplicidad, valorizada por la sofisticación de lo clásico. Con Berta Rojas, todo es más fácil. Es una gran guitarrista que hace de lo erudito una simplicidad sofisticada, traduciendo esas simplicidades en las actitudes y el talento.

-¿Cuáles diría que son sus influencias más importantes como músico y guitarrista?

-Comencé a interesarme en ejecutar el violín a los 13 años. Mi gran maestro fue Paulinho Nogueira, quien contribuyó también para que me volviese profesional. A los 20 años ya había grabado mi primer disco instrumental. Baden Powell fue mi ídolo en la adolescencia, yo intentaba sacar en mi violín los sonidos que él conseguía en sus interpretaciones. Con el tiempo, nos volvimos amigos y hasta socios de palco en algunos shows. Mejoré mis conocimientos de armonía con Edgar Gianullo y con Oscar Castro Neves. Estudié violín clásico con Isaías Savio y tuve clases de orquestación con Leo Peracchi.

-¿Cuáles fueron las lecciones más relevantes que tuvo a lo largo de su carrera?

-Aprendí mucho con Vinícius (de Moraes) y, también, renové con él el entusiasmo por el trabajo musical. En ese intercambio de experiencias, admiraba su continua disponibilidad para la composición, el placer que ponía buscando la palabra correcta, la rima apropiada para cada acorde. Vinícius era también un gran músico, dotado de un oído interno admirable. Muchas veces, me llamó la atención los tramos de improvisación que hacía y redundaban en canciones definitivas. Tenía también un sentido de profesionalismo, respetaba los horarios y las personas, sin importarle su condición social, cultural o económica.

- ¿Sí? 

- Otros socios también tuvieron una importante participación en mi desenvolvimiento como músico. El principal fundamento de la sociedad es la amistad y la consecuente sintonía artística; una división de las tareas y los talentos. En cuanto a todo eso, me considero privilegiado en haber encontrado socios tan amigos y talentosos, quienes convivieron y conviven conmigo el placer de la composición, de la embarcación en la unión exacta entre los acordes y las palabras. Esos socios contribuyeron decisivamente en mi crecimiento artístico y personal y son parte fundamental en la constancia de mi carrera.

-Quedan buenos recuerdos...

-Perdura la sensación de constante renovación y mejora continua. Cada año, el descubrimiento de nuevas técnicas y desafíos. Esta larga historia solo puede lograrse con mucha dedicación. Me considero un artesano, siempre apoyado en la guitarra, que es el principio y desarrollo de todos.

-¿Qué emociones le produce ser parte de un grupo de talentosos e influyentes artistas brasileños?

-Soy parte de una generación privilegiada, cuya formación musical tuvo como base la estructura melódica de la bossa nova. Y continuamos la representación digna de la música popular brasileña, consolidándola por el mundo, como una música eclética que se renueva sin perder su esencia armoniosa, rítmica y poética.

-Maestro, ¿cómo ve la relación de la guitarra con la música contemporánea? Pareciera que en vez de incrementarse su presencia en la música de avanzada, se fue reduciendo.

-La música contemporánea jamás opacará a la guitarra. Al contrario, cada vez se observa más la importancia de este instrumento en la evolución de la música de calidad diferenciada. La unión de mi guitarra con la de Berta Rojas es el mejor ejemplo de eso, pues en cada presentación de esa extraordinaria guitarrista se establece una nueva dimensión en los tentáculos emocionales de este instrumento.

-¿Todavía no piensa en retirarse?

-Quien respira música desde los 13 años jamás puede pensar en vivir, actuar, sin la compañía de ese arte que organiza, estabiliza e impulsa la vida de quien vive a través de ella. El mundo sería diferente y amorfo sin la música.

ndure@abc.com.py

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