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Siempre coqueta, con palabras amables y una sonrisa. Así recibió a ABC Revista, la reconocida chef Sarita Garofalo para conmemorar sus 37 años en la pantalla chica. Dice que sigue sintiéndose cómoda como al principio y dando lo mejor de sí para todas sus seguidoras. “La renovación constante es lo que me marca el camino para mantenerme vigente, además del amor que tengo por esta profesión”, afirma Sarita, quien recientemente presentó otra edición de su Cocina paraguaya y contemporánea, en la Feria del Libro, realizada en el Centro de Convenciones Mariscal. “Esta tiene más contenido, además de otras recetas, tanto nacionales como internacionales”, cuenta.
La propuesta nació como un homenaje al Bicentenario patrio, de modo a representar la gastronomía nacional que forma parte de nuestro patrimonio. Pero eso no es todo. Fue seleccionada entre las cinco mejores del mundo por el Gourmand World Cookbook. “Chutita es la que me abre siempre el camino, yo solo recojo las flores. Estoy muy agradecida con todo”, dice recordando a su madre, doña Clara, también cocinera y más conocida como “la querida Chuta”.
Volviendo al tema de la entrevista, Sarita rememora aquellos primeros pasos en la tevé paraguaya. “Un día, mamá me dijo que estaban buscando una persona para la televisión a través de CC Publicidad, que ya no está. ¡Imaginate! La cosa es que me presenté y se trataba de un programa para la Ferretería Americana, hoy Nueva Americana. No comencé con la cocina ni tampoco como modelo”, bromea y ríe alto.
A ese espacio llamado Misceláneas del hogar le siguieron otros y otros, hasta que tuvo la oportunidad de hablar sobre lo que le apasiona: la cocina.
Increíblemente, la gastronomía no fue la profesión primera que abrazó, sino Historia del Arte. “Mamá no quería que fuera cocinera, entonces estudié Historia del Arte. Ahora me pregunto: ‘¿Qué hubiera sido de mí de haberle obedecido?’. Flaca, digo yo, porque me hubiera muerto de hambre”, exclama y deja notar su alegría habitual.
Con ella se cumplió aquello de tal palo, tal astilla o hijo de tigre, garras ha de tener. “Me encanta la cocina, es mi vida. Enseñar me llena de satisfacción; cada alumno mío es como un hijo. De acá –refiriéndose al Centro Garofalo– no me saca nadie ni a cañonazos”.
¿Tanta creatividad de dónde viene? Piensa un momento y dice: “Creo que los estudios que realicé contribuyeron para que mi creatividad aflorara. Estudié piano, hice ballet, declamación, pintura e Historia del Arte, claro”.
“La música que alegra el alma te abre la mente; los colores y las formas con la pintura son para las recetas, y la declamación para expresarme y relacionarme mejor; si no, hubiera sido una dura de novela. Gracias a eso soy una ñe’êngatu. En fin, creo que cada conocimiento adquirido volqué en esto que es mi vida: la enseñanza y las recetas”.
Los 37 años de televisión le llenan de satisfacción. “Firmé un contrato por tres meses nada más, después fueron seis y, luego, un año. Comencé con cocina vegetariana en una época dorada de la televisión y con grandes conductoras al frente. Trabajaba en Canal 13, empresa que también manejaba otros negocios, como el Teatro Latino, el diario Noticias y un Café Concert al que venían artistas de renombre internacional. Siempre desayunaban en el programa y yo, cholula como soy, estaba encantada”.
Sarita se define muy ordenada, actitud que considera parte de su éxito. “La persona que no es ordenada y constante no puede tener éxito. Tengo tantos nombres a quienes deseo agradecer en este transitar, gente maravillosa que me ayudó en mis comienzos, además de mis auspiciantes por la confianza de siempre”.
Las anécdotas no faltan. Recuerda a Basilia, secretaria y compañera de doña Clara, quien por más de 60 años participó como ayudante en el programa de televisión. Estuvo en los canales 13, 9 y algunos de cable. “Ella estaba enamorada de Charles González Palisa y, cada vez que le veía venir, me hincaba, como avisándome de su llegada. En uno de los programas estaba haciendo un budín y, cuando siento su jirón, no le presto mucha atención, pensando que era lo sabido, ¡pero no! Me estaba avisando que el azúcar acaramelado se estaba derramando en el lugar equivocado”, evoca divertida.
Estos 37 años le dejaron reconocimientos, libros, premios y amigos. “Creo que lo más satisfactorio es el cariño de la gente y que estoy entretenida, desde que amanece hasta que anochece, haciendo lo que me gusta y creando cosas nuevas”, admite.
Hasta ahora lleva a las televidentes buenos consejos. Seguro que ya sirvió en su mesa alguna receta suya y si no, no se pierda por Unicanal, de lunes a viernes, desde las 11:45 hasta las 12:00.
¿Agradecida? “Con la vida, la gente y mi madre, por enseñarme a respetar y amar el maravilloso mundo de la gastronomía, tomada de sus amorosas y cálidas manos”.
Fotos: ABC Color/Claudio Ocampo/Gentileza.