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China es la cuna de grandes corrientes religiosas y filosóficas, especialmente místicas. Una de ellas es el taoísmo, fundada por Lao-Tsé (“el viejo maestro”), que tiene su origen hacia el siglo VI antes de la era común y hoy es extendida por todo el mundo no solo como religión, sino como escuela en artes marciales y otras prácticas no doctrinarias.
El taoísmo pretende lograr la felicidad completa y la prolongación de la vida, entendida esta no solo como inmortalidad espiritual, sino como autosuperación personal, pues lo que se quiere lograr es tener una existencia plena, libre de cualquier tipo de ataduras y en armonía con la naturaleza. A diferencia de las religiones monoteístas o tradicionales, el taoísmo no profundiza en la adoración o veneración total a sus deidades o al supremo (acto creador del universo), sino que hace hincapié en la búsqueda personal hacia el tao, camino o sendero, que conducirá a la plenitud.
También tiene su libro sagrado, denominado Tao Te Ching (libro de la razón y la virtud), en donde expone básicamente las ideas generales de la postura filosófica y religiosa. Es uno de los textos religiosos más cortos, pues está elaborado solamente con 5000 palabras. Algunos autores señalan que el Tao Te Ching forma parte de la valiosa joya poética de la historia china. Otra de las obras taoístas principales se encuentra en el Chuang-Tsú, escrito por varios autores y de mayor volumen que el libro principal.
Ying-yang
El taoísmo se centra principalmente en la naturaleza humana para sus reflexiones. Aunque es una religión diferente a las tradicionales dogmáticas, también tiene un amplio repertorio de creencias místicas. Para el taoísta, la vitalidad y la plenitud se consiguen con esfuerzo, pero a la vez con la inacción (wu-wei). Pero no es literalmente falta total de acción, sino poca acción espontánea según las necesidades que tiene la persona. Para el taoísmo, si se permanece quieto, se escucha la llamada interna del tao.
El concepto del yin-yang es clave dentro de esta religión ancestral. Los taoístas sostienen que existen tres fuerzas que “ordenan la naturaleza”: pasiva, activa y conciliadora. La primera se representa con la sutileza y lo femenino, mientras que la segunda con la acción y lo masculino. La fuerza conciliadora es el tao o camino que hace que todo esté en armonía en “el mundo y en los cielos”. La imagen dinámica y conciliadora del yin-yang se encuentra en el antiguo símbolo chino denominado Taichituo o “Diagrama del último supremo”.
El ser humano se encamina a la eternidad cuando logra tener una vida armónica, cuando sabe medir lo que quiere, cuando conoce que la vida y la muerte son prácticamente igual, lo mismo que con el comienzo y el fin, o el placer y la infelicidad. La idea básica del símbolo es que cada una de las fuerzas ya tiene la semilla de su opuesto de manera igual, por lo que hay equilibrio.
Lo destacable del taoísmo es que “no está totalmente definido”, es decir, no tiene un conjunto de dogmas a los cuales ceñirse, como es el caso del cristianismo o el islam, sino que tiene un proceso de construcción para lograr que los humanos puedan llegar a la felicidad. No existe una ayuda del “más allá” para las personas, por lo que los taoístas tienen un arduo trabajo si quieren alcanzar la armonía.
Está a favor de la igualdad y en contra de todo sistema de opresión y represión por parte de alguna fuerza religiosa o política en cualquier parte del mundo. Como pregona la unidad con el universo y la hermandad entre las personas, se opone a los nacionalismos o convenciones sociales o políticas, por lo que en algunos casos fueron reprimidos o condenados, principalmente en China.
Extensión
El taoísmo no contiene un registro oficial de sus fieles, puesto que lo que le interesa principalmente es que no solo las enseñanzas se impartan, sino que prime la capacidad del individuo para alcanzar el tao. Según índices oficiales de diversos países, los taoístas serían alrededor de 50 millones esparcidos por todo el mundo. Muchos de ellos son contabilizados también como budistas o confucionistas, ya que estas dos religiones se parecen en algunos sentidos. China, Corea del Sur y Japón son los países donde más se practica el taoísmo. En el continente americano y en el europeo, el taoísmo llegó gracias a la influencia que ejerció en las artes marciales.
Paraguay
En Paraguay no se conocen templos taoístas, pero sí hay academias de artes marciales que siguen las enseñanzas del taoísmo. En algunas incluso se imparten cursos. Es el ejemplo del Centro Paraguayo de Estudios del Tao, donde además de ofrecer cursos de la religión milenaria, también se practica tai chi chuan, reiki, kuk sool won (que es una especie de kung fu budista coreano) y yoga.
El local se encuentra en Padre Cardozo n.° 811 esquina Defensa Nacional, barrio Las Mercedes de Asunción.
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Taoísmo en Paraguay
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