Talento y vasta experiencia

Recita, canta, imita, actúa... Tiene más de un centenar de actuaciones a sus espaldas, que lo llevaron a la fama. Hoy, a casi diez años de su última actuación, Raúl Valentino Benítez charla con ABC Revista.

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En una fría tarde llegamos hasta Villa Jardín de la ciudad de Limpio. Allá nos esperaba Raúl Valentino Benítez, de profesión actor. Aunque este señor en su momento fue una estrella, se caracteriza por su sencillez y su pasión a la hora de hablar del teatro. "Ya en la escuela demostraba mis aptitudes sobre un escenario y lo hacía recitando", cuenta. "Cuando tenía 10 años me cupo leer un mensaje de salutación y hermandad de la Escuela Estados Unidos, a su par de Norteamérica", recuerda con una gran sonrisa. Los recitados continuaron y a este talento se sumó la imitación.

Era lo que mejor sabía hacer en ese entonces, hasta que con el radioteatro llegó la primera gran oportunidad y no la desaprovechó. "Se emitía una obra La pensión de doña Liga y uno de los actores, Alcibiades Barba, no pudo asistir así que buscaron rápidamente un reemplazante... En ese preciso momento estaba un amigo mío, quien les dijo que tenía a la persona ideal". Y no se equivocó.

Desde esa época hasta el año 1987 no paró. Fueron muchas las obras en las que demostró su destreza artística. Nuestra Natacha, Reseda, María Pacurí, Mustafá, La tercera palabra - junto a Jacinto Herrera-, Divorcio a lo Paraguay, De Uganda llegó el amor, Mba'asy yobay, La promesera de Caacupé, El taximetrista, solo por citar algunas. Igualmente se le abrieron las puertas del séptimo arte.

Actuó en las películas El trueno entre las hojas, Tupasy Caacupé, La sangre y la semilla. El escritor Mario Halley Mora, en su obra "Yo anduve por aquí", lo califica como un excelente actor. Refiriéndose a la comedia musical Mustafá, Mario Halley Mora escribió, entre otras cosas: "El personaje central Mustafá fue representado con maestría por Raúl Valentino". Claro que también había criticas malas. "Las maliciosas hay que dejarlas de lado, pero las que sirven para mejorar hay que tomarlas", dice. Viajó por el mundo ya sea como cantante, ya sea como actor o imitador. Es que también se metía en la piel de Cantinflas y era insuperable.

Hizo un alto en la nota y lo demostró. Pisó, además, suelo europeo y americano, pero todo eso llegó a su fin. "Actué hasta el '87. Ese año me mudé a la ciudad de Limpio y como los ensayos se realizaban en Asunción y hasta altas horas de la noche, no tuve otra opción que alejarme del teatro. La inseguridad que reina en el país me obligó a ello... Andar solo a altas horas de la noche representa un peligro", se queja. Entonces, cambió las tablas por la vida familiar. "A veces vienen a buscarme para imitarle a Cantiflas, pero es lo menos... ahora me dedico a ordenar mis libros, a estar con mis hijos los fines de semana y disfrutar de mis nietos.

A veces también vienen los amigos a invitarme a algún asadito... y así voy", dice. La música sigue siendo un alimento para él. En medio de esa vida hogareña, escucha a Plácido Domingo, Javier Solís, Luis Alberto del Paraná, Pavarotti, Mario Lanza. Sin duda, Raúl Valentino Benítez trabajó mucho años por el teatro popular, por la música, en fin, por la cultura. Su desarrollo profesional fue gradual y él agradece que haya sido así. "Con los años uno va mejorando", afirma. En eso, interrumpe su señora, Blanca Rodríguez, con una limonada.

"Natural nomás porque hace frió", dice. El momento de distensión fue aprovechado por Raúl Valentino para agradecer la presencia de ABC en su modesta casa, "por acordarse de los que aportaron su grano de arena a la cultura paraguaya... No sé de dónde sacó Charles González Paliza esa frase muy cierta, que casi nunca se tiene en cuenta... en vida hermano, en vida". Posa nuevamente para nuestro fotógrafo y estrecha con fuerza nuestras manos al despedirnos.
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