Sonría, será Navidad

Reír favorece seriamente la salud, pero también puede ayudar a salvar situaciones sociales incómodas. En época de celebraciones y regalos, obsequie a los suyos con una sincera sonrisa.

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Juntarse con familiares, amigos y compañeros de trabajo es algo muy habitual en estas fechas de celebraciones. En reuniones, cenas y, en definitiva, en cualquier evento social, la risa siempre es bienvenida. Pero, además, es una gran aliada de la salud.

La sicóloga clínica y antropóloga sociocultural Julieta París señala que la risa es beneficiosa para nuestro estado de salud. “Entre sus muchos efectos, fortalece el sistema inmunológico al incrementar el número de anticuerpos, como la inmunoglobulina A y los linfocitos T. Es, asimismo, un auténtico relajante muscular, pues sus movimientos favorecen la descarga de la tensión acumulada, tanto a nivel superficial como de la musculatura profunda. Pero la risa también es una forma de masaje interno, debido a los movimientos del diafragma y el abdomen”, apunta.

La risa controla el estrés

No obstante, París indica que son sus efectos sobre el sistema inmunológico los que favorecen nuestro estado general de salud. Además, subraya que “como muestran distintos estudios, las personas que expresan emociones positivas con más asiduidad enferman menos”.

Del mismo modo, José Luis Palma Gámiz, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, considera que “estar en paz con uno mismo y su entorno, y tener una actitud positiva frente a la vida, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares”.

“Aunque la salud es algo muy complejo, que depende tanto de aspectos ambientales como físicos, diversos estudios demuestran que la actitud ante la vida también influye, y mucho, en el bienestar de nuestro corazón”, afirma el doctor Palma.

Del mismo modo, Robert McGrath, sicólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, comenta que reírse “tiene efectos positivos indirectos a largo plazo, ya que, por ejemplo, hace aumentar la sensación de bienestar, controla el estrés, incrementa la creatividad y hace que las interacciones con otras personas sean agradables.

Para McGrath, la risa es la mejor medicina. “Pero si no estás listo para empezar el día con una dosis completa de carcajadas, simplemente sonríe”, aconseja.

Además, la risa influye sobre nuestro estado de ánimo de distintas maneras. En este sentido, Julieta París explica que es “un buen antídoto contra los efectos del estrés”.

“Por otro lado, al regular los niveles de serotonina, dopamina, endorfinas y oxitocina, entre otros, modifica nuestro estado de ánimo, favoreciendo conductas amables y prosociales, como la confianza, la motivación y, por supuesto, la felicidad”, apunta la especialista.

De hecho, la sicóloga explica que la risa es la expresión corporal de la alegría. “Y esta, como todas las emociones, tiene la función social de expresar a los demás qué siento y cómo me siento realmente; lo que en este caso significa unión y cercanía con el otro”, detalla.

Neuronas “espejo”

“Biológicamente hablando, podemos decir que la alegría favorece la cohesión social y lo hace por medio de su expresión, que es la risa. Por eso, sea en una reunión familiar, una cena de empresa, cualquier tipo de fiesta o evento, esta une a las personas”, añade.

“Además, cuando alguien ríe, quienes comparten con él ese momento tienden a hacer lo mismo. Así, las carcajadas de una sola persona suelen recorrer el grupo entero hasta que todos los demás acaban riendo también”, matiza la especialista.

En este sentido, Julieta París precisa que el hecho de que la risa se contagie se debe al funcionamiento de nuestras neuronas espejo.

“Las neuronas ‘espejo’ son un tipo de células cerebrales que reaccionan igual cuando ejecutamos una acción que cuando observamos a otros ejecutar la misma acción”, expone la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).

Por esta razón, la sicóloga Julieta París manifiesta que, cuando vemos a alguien reír, se activan dichas neuronas e impulsan la risa. “Esto se ve muy claro en los bebés, quienes sonríen sí o sí cuando alguien les sonríe”, subraya.

Así, aderezar las cenas navideñas con una sonrisa o incluso con alguna que otra carcajada hará que recibamos alegría por respuesta.

Para Julieta París, cualquier momento de nuestra vida es bueno para ejercitar la risa. “Aunque parece que en Navidad, con tantas fiestas, cenas, celebraciones, reencuentros y buenos propósitos, es más fácil”, afirma.

EFE Reportajes

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