Sijismo, fusión de grandes religiones

Muchas religiones nacen como desprendimientos de otras, pero algunas lo hacen para unificarlas. Tal es el caso del sijismo, que nació en la India como fusión de las enseñanzas del hinduismo y del islam. Esta corriente, que tiene casi 25 millones de devotos en todo el mundo, se caracteriza por el uso del turbante y cinco artículos de fe.

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Surgida en manos de Guru Nanak (1469-1539), un hindú que abandonó su familia y peregrinó por toda  la India para predicar su religión. Predicó tanto a hinduistas como a musulmanes, lo que le permitió tener un panorama amplio de las confesiones. Para Nanak, la religión es una unión de las personas con un dios panteísta y no una institución para hacer rituales o pelearse con otras, ya que esto separa a los hombres de la deidad. Por lo tanto, inicia una nueva corriente religiosa, desechando dogmas y promoviendo un acercamiento más directo con su dios o Waheguru, también llamado como el “Nombre Verdadero”.

La postura básica de los sijs o sijies defiende la existencia de un solo dios (tomado del islam) y la unión con los humanos a través de las oraciones. También creen en la reencarnación (tomada del hinduismo), pero afirman que esta se supera con la virtud, por lo que no es una trasmigración de alma eterna, como en otras religiones. Toman del neoplatonismo la creencia de que este es el mundo de las apariencias y no el mundo real, que es el celestial. También creen en el karma y en el respeto a la vida de otros seres vivos, por lo que promueven el vegetarianismo.

Los ideales del sijismo tienen que ver con el amor, la verdad, la compasión y la humildad, mientras que los vicios que alejan de dios y corrompen al creyente son la lujuria, la codicia, la opulencia y el orgullo.  Para el sijismo, no hay dioses buenos ni malos, no existe una figura demoníaca como en otras confesiones, pues Dios es la manifestación de todo lo que sucede en el mundo y todo se va experimentando de acuerdo a la lejanía o acercamiento a la deidad. El ego o el orgullo representarían al “demonio” sij, pero que se encuentra en cada uno y no en una deidad del mal.

Las enseñanzas sijs se sostienen por las enseñanzas de los diez gurús y por todo el corpus doctrinario del Guru Granth Sahib, el libro sagrado de la religión, que contiene las revelaciones y relaciones con el creador; también se toman ideas del hinduismo y del islam. A comienzos del siglo XVIII, el libro fue elevado a categoría de “gurú vivo”, por lo que en los templos sijs o Gurdwaras se lo tiene como un “gran maestro viviente” y por la noche se lo acuesta y abanica si hace falta. Está sumamente protegido.

Teocracia

Los sijs, en sus inicios, sufrieron mucha persecución en la India, por lo que llegaron al punto de tener que militarizarse y establecerse como religión para unificar luchas y evitar así su extinción. Fueron derrotados en dos guerras contra los británicos durante la ocupación inglesa al subcontinente índico, y de esta forma terminó su imperio y teocracia en varias zonas. Por lo que luego intentaron independizarse de la India, con varios intentos fallidos.

Se los implica también en el asesinato de la ex primer ministra de la India, Indira Gandhi, en manos de su guardaespaldas sij, quien la traicionó para defender al sijismo en julio de 1984, luego de la represión ejecutada por el gobierno a los sijs que querían la independencia.

Artículos de fe

Así como el islam, el sijismo también tiene cinco actos o artículos de fe que todo creyente debe tener consigo. Se los conoce como “los cinco K”. Son kesh: que es el pelo largo sin cortar por mucho tiempo; el kara: un brazalete metálico que sirve para recordar a Guru Nanak; el kacha: ropa interior de algodón, también parecido a un pantaloncito corto o bóxer; el khanga: un pequeño peine para recogerse el cabello y el kirpan: una pequeña daga, que simboliza la libertad y el poder de los sijs. La miniespada no debe ser usada con fines violentos ni amedrentar con ella, ya que solo puede ser utilizada en casos de defensa.

Lugar sagrado

Como varias otras religiones, el sijismo tiene su origen en la antigua India y es el lugar sagrado para sus fieles. Este país alberga alrededor de 19 millones de sijs. Sri Lanka, Pakistán, Singapur y Estados Unidos son otros países que albergan a importantes comunidades sijs en el mundo. Los creyentes se reúnen en los templos o gurdwaras, donde rinden pleitesía al Guru Granth Sahib y a quien no pueden dar jamás la espalda. A pesar de que el fundador Guru Nanak estaba en contra de los rituales, las peregrinaciones, penitencias y sacrificios de las religiones, el sijismo se fue amoldando y adaptando nuevos cultos.

Los sijs deben orar dos veces al día como mínimo, al menos dos horas, usar turbantes y tener el pelo largo; los hombres y las mujeres no pueden tener los mismos lugares en los templos, por lo que se hace distinciones.

Para no contaminar el cuerpo, los sijs no consumen alcohol y tienen prohibido fumar o consumir algún tipo de drogas. También prohíben el adulterio y se oponen al sistema de castas de la India, por lo que generalmente no quieren ser llamados por sus apellidos, sino por su nombre de pila, acompañado de la palabra Singh para los hombres (que significa león) y Kaur para las mujeres (que significa princesa).

En la India y en otros países se los suele confundir con musulmanes, por lo que a veces son perseguidos y hostigados. Como toda minoría religiosa, sufre amedrentamientos, sobre todo por parte de hinduistas y musulmanes de la India y Pakistán.

equintana@abc.com.py

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