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Corría junio de 1998 y saltaban a la pequeña pantalla, eso sí, en una cadena de cable, la estadounidense HBO, las aventuras de cuatro amigas neoyorquinas interpretadas por Sarah Jessica Parker (Carrie), Cynthia Nixon (Miranda), Kristin Davis (Charlotte) y Kim Katral (Samantha), que hablaban sin tapujos de sus inquietudes y experiencias sexuales, trufadas con lo más glamoroso de la moda y la forma de vida de Nueva York.
Un argumento valiente y novedoso que ha hecho historia en la televisión, prolongada también al cine, y que tuvo su origen en las columnas autobiográficas que Candace Bushnell publicó en The New York Observer, volcadas después en el libro “Sex and the city”.
El canal de televisión Cosmopolitan, que popularizó la serie, ha sacado ahora a luz algunas curiosidades de la producción con motivo de su quince aniversario, por ejemplo que la participación de Kim Cattrall estuvo en el aire tras negarse en dos ocasiones a aceptar el papel de Samantha Jhones, un personaje imbuido de sexualidad que soltaba frases como esta: “Me pondría lo que sea y lo haría con quien fuera mientras pueda respirar y arrodillarme”.
Cattrall solo accedió en principio a grabar el piloto tras la insistencia del creador de la serie, Darren Star, quien también tuvo que negociar con Sarah Jessica Parker una cláusula especial en la que se decía que ella no iba a hacer desnudos totales: como mucho aparecería en ropa interior.
La vida familiar de las protagonistas también condicionó la historia de las seis temporadas de “Sex in the city”: cuando Sarah Jessica Parker se quedó embarazada, los productores no quisieron convertir a su personaje en mamá, así que los diseñadores de vestuario tuvieron que hacerse con numerosos vestidos de corte holgado para disimular su barriga.
Además, la temporada 5 se acortó a ocho capítulos para que la narradora de la historia diese a luz, mientras que Cynthia Nixon, que también se quedó embarazada, incorporó su estado a la ficción y su personaje tuvo un bebé.
El humor fue fundamental para afrontar asuntos tan polémicos en la pequeña pantalla como los orgasmos, el tamaño del pene o las reglas de educación que hay que seguir mientras se practica el sexo oral; todo ello mezclado con la moda, los martinis y la pasión por la vida nocturna.
“Sexo en Nueva York” se convirtió en sí misma en un nuevo género televisivo, seguido después por innumerables producciones de corte femenino, un éxito “completamente inesperado” por lo prolongado en el tiempo, según recordaba Kristin Davis.
Para Cinthya Nixon —que, por cierto, es rubia natural y no pelirroja como en la serie—, el éxito se debió a un cúmulo de factores: “Todo comienza con la historia; es realmente inteligente y proviene del corazón. No son solo chistes, son más bien ideas, y yo creo que los actores son maravillosos”.
También hay una apelación a la solidaridad entre féminas, como recordaba Catrall: “Estos personajes forman algo como un nuevo concepto de familia. Son amigas que se apoyan unas a otras en todas las circunstancias (...). Esas relaciones son lo que ha convertida la serie en un fenómeno de popularidad”.
Pero la ficción creada por Darren Star —productor de otras series de éxito mundial como “Sensación de vivir”— también tocó temas como el trabajo y el cambio en la relaciones entre sexos, y se puso seria tras los atentados del 11 de setiembre de 2001, como correspondía a una serie en la que la propia ciudad era un personaje más.
La estilista y diseñadora de moda Patricia Field fue pieza básica para convertir la serie en icono de la moda, desde alguna pieza de alta costura hasta la ropa de segunda mano, dotando a las actrices de frescura, originalidad y estilo, según destacan las protagonistas.
“Patricia Field era esencial; no hubiese sido posible la serie o la película sin sus ideas y su forma de eludir las normas”, ha asegurado Sarah Jessica Parker.
La serie contó con capítulos memorables para la moda, como el titulado “El derecho de una mujer a los zapatos”, gracias al cual la mayoría de los españoles descubrieron que un compatriota suyo, Manolo Blanick, triunfaba con sus estilosos Manolos en la Gran Manzana.
La serie fue nominada para los premios Emmy en 50 ocasiones y ganó siete, incluyendo el de mejor papel protagonista para Sarah Jessica Parker.
Su estela de glamour se mantiene aún en Nueva York, donde los visitantes de la ciudad pueden remedar esos días de cócteles y ropas con un recorrido turístico de los puntos clave de la serie.
Qué fue de…
Chyntia Nixon. Desde que dejó de ser la abogada Miranda, su vida ha dado un giro. Se divorció de Danny Mozes y se casó con la activista Christine Marinoni. Tras varias intervenciones especiales en serie como “House” y “Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales”, por la que ganó un Emmy a la mejor actriz invitada, su próxima película será “A Quiet Passion”, de Terrence Dickinson.
Kristen Davis. Después de decir adiós a “Sex in the city”, participó en la miniserie “Of Two Minds” y ahora formará parte del reparto de “Bad Teacher”, nueva serie de la cadena CBS que se estrenará la próxima temporada. En octubre de 2011, Kristen adoptó una niña, Gemma Rose Davis, tal y como hizo su personaje de Charlotte. La actriz está soltera y nunca se ha casado.
Sarah Jessica Parker. Tras la serie, se ha convertido en una auténtica “it girl”. Ha diseñado ropa, tiene sus propios perfumes y sigue con su carrera como actriz. Se ha dedicado sobre todo al cine y, en 2005, estrenó “La joya de la familia”, por la que fue nominada al Globo de Oro a la mejor actriz de comedia, y ha participado como actriz invitada en varios episodios de la última temporada de “Glee”. Además, repitió maternidad con unas mellizas, a través de un vientre alquilado.
Kim Catrall. En los últimos años se ha centrado en el teatro: en 2011 interpretó “Vidas privadas” en Broadway, y el pasado año estuvo de gira con “Antonio y Cleopatra” por el Reino Unido. Tiene pendiente el estreno de la serie “Sensitive Skin”, adaptación de la comedia británica del mismo título.
EFE-Reportajes