Salir a jugar

Estar sentado y encerrado todo el día produce estrés, sedentarismo y problemas de peso. Teniendo en cuenta esto, se creó el grupo Salir a jugar, que reúne a adultos para realizar actividades recreativas al aire libre. El 27 de abril, el encuentro será a las 14:00 en el Jardín Botánico.

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En diciembre de 2017, Fernando Bogado (44), un capacitador por medio de juegos, técnicas de actuación y teatro, tuvo la idea de organizar un grupo con amigos adultos para realizar actividades lúdicas al aire libre. Fue tal el éxito que empezó a ofrecer este tipo de actividades de forma gratuita y abierta, principalmente, a jóvenes a partir de 16 años y adultos hasta 61 años. La iniciativa nació teniendo en cuenta que la mayoría de la gente permanece mucho tiempo sentada frente a la pantalla, en la computadora, el celular o con los juegos electrónicos.

“De lunes a viernes, la gente está sentada en la oficina o de ida y vuelta al trabajo, ya sea en ómnibus o en auto, y los fines de semana se sienta otra vez para ver tevé”, comenta Bogado.

El cuerpo humano no fue diseñado para permanecer tanto tiempo sentado y, mucho menos, sin actividad. Entonces, se acumula estrés y ansiedad. Toda esa vida sin poder sacar afuera lo que uno tiene adentro. “También lo veía en casa. Me preocupaba cuando mis hijos me pedían dinero para ir a divertirse; por ejemplo, a los shoppings. Yo les preguntaba por qué no iban a los parques o plazas y ellos respondían qué iban a hacer ahí”, explica.

Bogado se dio cuenta de que no le pasaba solamente a sus hijos, sino también a muchísima gente: se había perdido completamente la noción de jugar, de divertirse jugando. Entonces, a partir de esa idea, empezó a rescatar todos los juegos para adultos que se practican alrededor del mundo. “Pude notar que en Japón son muy buenos haciendo juegos. En la India también está el kabaddi, que es muy popular. Hasta tienen sus torneos entre los países de esa zona asiática”, cuenta.

Agrega que aunque para este juego se usa una cancha, no utilizan pelotas. La mayoría de los juegos son de estrategia e inspiración militar, como la toma de la bandera, por ejemplo. Comenzó a investigar en internet todos los juegos que se practican al aire libre en el mundo. “Encontramos cosas geniales y decidimos que, a partir de entonces, nos reuniríamos a jugar cada 15 días en el Jardín Botánico o Ñu Guasu”, recuerda. El primer encuentro fue con la gente de la Fundación Pescar, de la cual Bogado es voluntario, y otra gente como para un encuentro de despedida de año.

Dado el éxito del evento, como tiene 5000 seguidores en Facebook, decidió hacer el llamado por la red. “De esos, alguno había de venir”, pensó. Fue así que comenzó a publicar las invitaciones a los eventos y la gente comenzó a preguntar de qué se trataba, porque no entendía bien la dinámica. Así que decidió hacer un video y se publicó. “La gente se prendió a la convocatoria y cada vez vienen más. Vino gente de la Iglesia, estudiantes de Sicología, Derecho, bomberos voluntarios”, refiere.

La gente se dio cuenta de que, además de gratis, era divertido y comenzó a sumarse. Bogado confiesa que se inició un movimiento que le daría un profundo significado, tanto a su vida como a los hermosos lugares con los que cuenta Asunción y sus alrededores: el Botánico, la costanera, Ñu Guasu, por ejemplo. “Pero si uno se fija, no hay nadie jugando. Son espacios desperdiciados por falta de creatividad e iniciativa. Porque nosotros, en nuestros juegos, a veces usamos pelotas y algunos elementos, pero con reglas. Las definimos y, después, empezamos a jugar”, aclara.

Resalta que los juegos son solo para adultos y no son de nuestro país. “Aquí solo hay juegos al aire libre para niños, pero yo no podía hacerles jugar esos juegos a los adultos. No encaja con lo que queremos hacer”, dice. El grupo participó hace poco del Arigato Fest, un evento de la comunidad japonesa en nuestro país. “Jugamos el botaoshi (tumbar el poste), que consiste en que unas 20 personas deben defender un poste y otros 20 lo deben derribar. Es un juego rudo, pero hay reglas bien claras: no vale ningún tipo de golpe intencional ni patadas, pero sí empujar o estirar”, expresa. Por eso se enfocó en los adultos; además, considera que es el tipo de gente que más necesita salir de la vida sedentaria, dado que hay pocos deportes, aparte del fútbol, para practicar de adulto.

Resalta que esta actividad también les sirvió para conocer gente e integrarse a otros grupos para jugar, como el Pegassus, por ejemplo, que hace soft combat. Diseñan sus propias espadas, escudos, lanzas y realizan juegos de estilo medieval. “Los juegos al aire libre son mágicos. Es como que el cuerpo fue diseñado para eso”, apunta. Cuando uno siente peligro, sabe que tiene que correr o enfrentar, y en los juegos se siente esa adrenalina; el cuerpo se prepara para la lucha. Asegura que estos son sentimientos que se perdieron. “Es una emoción muy fuerte, gratificante; es como un sentimiento ancestral, algo instintivo”, expresa y agrega que otra cosa que se perdió también es el contacto físico. “Todo es virtual. La gente se relaciona virtualmente. Perdimos la costumbre de tocarnos, que no es sensual, sino de juego, lúdico, divertido, y ese toque se propicia en todos estos juegos. La gente que se fue sumando a este proyecto me fue dando ideas y oportunidades”, concluye.

Sepa más Facebook: Salir a jugar.

mpalacios@abc.com.py • Fotos Gentileza.

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