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Con medias cancan, rellenos con guata, alfileres, centímetro y moldes, Alma va creando un sinfín de formas. Para esta Navidad eligió la Sagrada Familia, a María, José y el Niño Jesús, con el fin de engalanar su casa y la de muchas familias. “No hay nada mejor que adornar la casa familiar y si una puede contribuir a hacer lucir otro hogar, mucho mejor. Este año diseñé la Sagrada Familia, porque es en honor a ella que nos reunimos en Nochebuena”, expresa al inicio de la entrevista.
Alma se dedica a los diseños desde hace varios años. Todo lo que pasa por sus manos lo convierte en arte. “Es una habilidad innata que tengo y en mi tiempo libre aprovecho para darle rienda suelta”, dice entre risas.
Recurre a todo lo que su imaginación le permite. “Tul, lentejuelas, canutillos, perlas, cintas, telas con diferentes texturas y estampas. Recorro tiendas hasta encontrar aquello que me permite crear lo que quiero”, admite.
Para ella, la recompensa va mucho más allá de la creación. “Cuando estoy trabajando, me alejo del mundo, estoy tan concentrada que me olvido de todo. Ese es un momento de felicidad, tranquilidad”, dice.
Se siente mucho más contenta cuando su trabajo es apreciado. “Tengo pedidos para cumpleaños, bodas, aniversarios, eventos empresariales; para todo tipo de actividades. En esta Navidad, por supuesto, no podían faltar Jesús, María y José. Tampoco los detalles en los accesorios, como manteles, toallas, servilletas; en fin, todo lo que pueda llevar color y alegría”, agrega con una sonrisa.
Afirma que las manualidades ayudan a incrementar otras capacidades, como la memoria, atención, visión y habilidad de resolver problemas, además de la creatividad, claro. “Te exige concentración y todo lo que te mencioné, así que tiene su lado positivo; pero lo más esencial es la valoración de tu trabajo”.
La tierna Sagrada Familia lleva como base madera y detalles, como lazos con los colores patrios, flores bordadas, perlas doradas. Tiene Alma de Navidad.
ndure@abc.com.py