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Los motoristas invadieron las calles de Asunción. Llegaron desde distintos puntos del país, así como de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y otras regiones; todos con una predilección en común: las motos Harley-Davidson.
El evento fue organizado por el Harley Club Paraguay, que, como todos los años, encuentra una “excusa perfecta” para reunirse con sus iguales, según expresiones de Benjamín Zorrilla.
En una gran fiesta se reunieron más de 250 motociclistas, compartieron experiencias y recorrieron la capital del país. Para el mes de noviembre, está previsto otro encuentro en Ciudad del Este, en el que también se registra una gran concurrencia. “Cada país tiene un club de harleros y una agenda especifica sobre actividades puntuales relacionadas a esta pasión. Estos encuentros se dan tanto en su país como fuera de él. Ahora nos tocó organizar en el Paraguay. Las rutas marcadas no fueron trayectos muy largos, por el tránsito que nos toca vivir actualmente. Además, fueron solo tres días de encuentro que sirvieron para paseos puntuales, pero la razón principal es justamente viajar, conocerse e intercambiar experiencias, historias y aventuras”, comenta Zorrilla.
En el encuentro rugieron motores de diversos modelos, con calcos y todo tipo de accesorios; brillaron cromados, y se conjugaron música, motores y cordialidad. Desfilaron hombres y mujeres. Sí, porque entre los seguidores hay muchas féminas. Gabi Argüello es una de ellas y maneja desde hace dos años. “Siempre me gustaron las motos y, en un arrebato, fui y compré una Sportsters XL 883 Iron. No sabía manejar ni encender una moto, pero aprendí y ahora ya no hay quién me baje de ella”, cuenta entre risas.
Y ya tiene dos. “Es una pasión que no se puede controlar”, agrega entusiasta. Estuvo en un encuentro en Córdoba hace menos de un mes y el disfrute fue total. “La Harley es símbolo de libertad; además, se siente una sensación única manejarla y formar parte de esta gran comunidad y fraternidad”, afirma.
En la vida de cada harlero hay miles de historias para contar, ya que ellos hacen valer su espíritu aventurero y fraterno. Viajan mucho. Una vez más pisaron suelo paraguayo e hicieron lo suyo: rodar.
Durante el encuentro, los asistentes realizaron el test ride de una verdadera moto Harley, la Street 750, un modelo diseñado para nuestra ciudad. Quienes nunca subieron a una, también, experimentaron como copilotos; otros vivieron el jumpstar, un probador en el que aceleraron y giraron una Harley Davidson.
La época de oro
Harley-Davidson se convirtió en el “rey del camino” en la década de los 50 y 60. El rock and roll a través de Elvis Presley, James Dean y otros artistas convirtieron estas máquinas en el símbolo de esta generación. Hollywood se encargó de llevar al público la imagen de rebeldes o pandilleros. La chaquetas de cuero con estoperoles, camisetas arremangadas y los famosos jeans son la indumentaria de los motociclistas.
El mundo se sorprendió con las películas The wild one (Marlon Brando), Rebelde sin causa (James Dean) e Easy rider (Peter Fonda, Jack Nicholson y Dennis Hooper). El famoso acróbata Evil Knievel demostró al mundo las peripecias que se podían efectuar en una Harley.
Fotos: ABC Color/Diego Peralbo.