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La vida y obra de Jesús, María Magdalena, el Opus Dei y Leonardo da Vinci son actualmentemotivo de profundos análisis y debates de todo tipo, desde los más altos niveles eclesiásticos hasta la intimidad de los hogares. La culpa la tiene Dan Brown, un cantante frustrado que escribió el libro (El Código Da Vinci), vendió 40 millones de copias en 44 idiomas y se convirtió en una de las cien personas más influyentes de los Estados Unidos, según la revista Time.
Por su parte, el Opus Dei, una organización religiosa que tradicionalmente mantuvo un perfil bajo, al verse directamente afectada por el libro -y ahora, por la película-, ha lanzado una contraofensiva de prensa y relaciones públicas que el diario italiano La Stampa califica como "operación transparencia".
El servidor de su página web está recibiendo un 133% más de visitas de las que captó en su época más gloriosa, hace cuatroaños, cuando el fundador de la organización (Josemaría Escrivá de Balaguer) fue canonizado.
Para leerla en español, el sitio es: http://spanish.opusdei.org (Vale aclarar que el sitio en inglés (www.opusdei.org) es mucho más completo y abarca también respuestas directas a todos los temas "espinosos" que se tocan en esta historia). Incluso la Conferencia Episcopal estadounidense lanzó el sitio: www.jesusdecoded.com, para refutar todas y cada una de las tesis de Dan Brown. A su vez, Sony, propietaria de Columbia Pictures, anticipa el éxito de su filme con el sitio: www.thedavincichallenge.com, entre cuyos objetivos está el de "ayudar a los cristianos a prepararse para la pregunta inevitable que se planteará cuando se estrene la película: ¿Qué opina usted de El Código Da Vinci?".
Pero la organización religiosa no sólo ha reaccionado en el ciberespacio. El Opus aprovechó el impacto de la película para lanzar el proyecto Harambee2006, de ayuda al Africa. La Obra quiere, de hecho, reforzar esa iniciativa por medio de la película, y ha instado a "las personas que se sientan dolidas por la falta de respeto de El Código Da Vinci" a que "manifiesten su disconformidad dando a conocer alguna iniciativa de educación o de cooperación promovida por los católicos en Africa o contribuyendo a su sostenimiento con una pequeña donación". En otras palabras: si le disgusta El Código da Vinci, dele dinero al Opus o a alguna otra organización católica.
Para quienes no saben de qué se trata la historia, sólo adelantaremos que uno de los temas clave es el secreto que supuestamente se esconde tras las pinturas de Leonardo da Vinci, en especial, "La última cena", obra realizada entre 1490 y 1497 y que retrata a Jesús con sus apóstoles. Uno de ellos sería María Madgalena, quien está sentada a su lado y lleva en su vientre al hijo de Jesús. Así, ella se convertiría en el cáliz que lleva la sangre real: la descendencia de Dios, el Santo Grial.
Alrededor de este misterio surgen varias controversias. Por ejemplo, en la novela (y en la película) el malvado es un monje albino llamado Silas. Esto también ha provocado severas críticas de la Organización Nacional de Afectados por Albinismo e Hipopigmentación de los Estados Unidos. Pero el diario The New York Times ha descubierto en Brooklyn al que posiblemente sea el único miembro del Opus, llamado Silas. Y no sólo no es albino. Es negro.