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Fugaz, intensa y maravillosa, ser testigo de su florecimiento es tal vez una de las sensaciones más próximas a la felicidad.Más que una planta, son apenas algunas hojas asimétricas y lanceoladas que durante el año se mezclan con ciertas especies de orquídeas o simplemente se mantienen colgadas entre las ramas de otros árboles. Sin embargo, su dueño o dueña siempre está pendiente del tiempo de su floración. Si es la primera vez, todavía es más esperada.
Probablemente su nombre deriva de esa magia que produce la espera de una elegante dama que ilumina la noche con su belleza. Así es la dama de noche que entrega solo una vez cada año una flor extraordinariamente exquisita en perfume y de una magia singular que es celebrada por los hogares cuyo jardín engalana.
Este año, casualidad o no, la dama de noche llegó justo con la luna llena y, como si se robara sus colores el capullo, blanquecino al principio, con algunos rociados de oro luego, iba mutando hasta abrirse totalmente con un blanco perla que se vuelve tornasolado al avanzar la noche.
La intensidad de su perfume es a la inversa. Fuerte al principio para perderse en una suave fragancia en la madrugada. Eso hace posible que se pueda seguir paso a paso el proceso de floración.
Para algunos, la dama de noche es originaria de las zonas tropicales de América, donde conviven 200 clases de flores de esta especie llamada solanácea. Otros sostienen que por su embriagador aroma no puede ser de otro lugar que no sean las zonas de la India occidental y Malasia.
Provenga de la India o de las selvas americanas, es una bendición de la naturaleza disfrutar de esta planta; esperar que una noche de luna llena su perfume invada la casa y que su flor ilumine el jardín, aunque sea por unas horas.
Así como un saludo de una feliz y mágica Navidad para todos.
Probablemente su nombre deriva de esa magia que produce la espera de una elegante dama que ilumina la noche con su belleza. Así es la dama de noche que entrega solo una vez cada año una flor extraordinariamente exquisita en perfume y de una magia singular que es celebrada por los hogares cuyo jardín engalana.
Este año, casualidad o no, la dama de noche llegó justo con la luna llena y, como si se robara sus colores el capullo, blanquecino al principio, con algunos rociados de oro luego, iba mutando hasta abrirse totalmente con un blanco perla que se vuelve tornasolado al avanzar la noche.
La intensidad de su perfume es a la inversa. Fuerte al principio para perderse en una suave fragancia en la madrugada. Eso hace posible que se pueda seguir paso a paso el proceso de floración.
Para algunos, la dama de noche es originaria de las zonas tropicales de América, donde conviven 200 clases de flores de esta especie llamada solanácea. Otros sostienen que por su embriagador aroma no puede ser de otro lugar que no sean las zonas de la India occidental y Malasia.
Provenga de la India o de las selvas americanas, es una bendición de la naturaleza disfrutar de esta planta; esperar que una noche de luna llena su perfume invada la casa y que su flor ilumine el jardín, aunque sea por unas horas.
Así como un saludo de una feliz y mágica Navidad para todos.