Proyectos en acción

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) lleva adelante la tarea de ayudar a comunidades en situación de pobreza. Entre sus proyectos está apoyar a personas con enfermedades crónicas, adicciones, así como a indígenas del Chaco.

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La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) es una de las oenegés más grandes en el mundo con presencia en 130 países. Su objetivo es desarrollar proyectos sostenibles en comunidades en situación de pobreza o vulnerabilidad social. En nuestro país, cuenta con un modelo de gestión que le ha permitido obtener resultados sostenibles para cubrir las expectativas de sus patrocinadores, donantes y beneficiarios.

Ruth Martinetti, sicóloga clínica, trabaja en ADRA desde el 2012. Se acercó a la oenegé porque le interesaban los proyectos basados en VIH/sida. “Surgió la posibilidad de trabajar con ellos porque ya había un proyecto ganado sobre el tema”, comenta. Todos los proyectos son solventados por los donantes. En el 2012, por la Fundación CIRD; en el 2013, por el Ministerio de Hacienda; en el 2014, la Embajada de Suiza, y en el 2016, la Embajada de Alemania.

Los beneficiarios son personas con VIH y sida, de Asunción y Central, que siguen su tratamiento en el Programa Nacional de Lucha contra el Sida. La agencia colabora con asistencia sicológica y emocional realizando sesiones de grupo de autoayuda con ellos y sus familiares, y talleres informativos sobre temas propuestos por los pacientes. “Ellos nos proponían temas, como nutrición, adherencia al tratamiento, efectos de los medicamentos, autocuidado, etc., y nosotros contactábamos con los profesionales”, agrega.

Joel Duarte, educador popular, comenzó a trabajar en la agencia en el 2015 cuando se desató un temporal en el departamento de Concepción. ADRA Paraguay formó un equipo de respuesta para esa emergencia. “Comencé con un proyecto corto, de dos meses. Me acerqué para colaborar con la parte metodológica: juegos, dinámicas, pintura, música, con el objetivo de brindar apoyo psicosocial a los niños que fueron afectados por el temporal”, detalla. A partir de entonces, se incorporó de forma permanente, trabajando en los diferentes proyectos que tienen que ver con temas de niñez y adolescencia, y también gestión de riesgos y desastres.

Actualmente, se encuentra desarrollando el proyecto Cháke ou número 10, sobre gestión de riesgo con comunidades de Asunción, en Tablada Nueva, San Miguel, San Felipe y de Concepción, en el barrio Calaverita. “Lo que se espera es que, al término de este proyecto, estas comunidades estén preparadas para responder a eventos que puedan venir en el futuro”, indica.

El biólogo boliviano Diego Dorigo acompaña las actividades que se ejecutan en la zona de la cuenca del Pilcomayo. Comenzó a trabajar en ADRA con el proyecto de obtención de agua con los nivaclé. Actualmente, son nueve comunidades, y su tarea está relacionada con la calidad y cantidad de agua y la metodología para el acceso a través de la formación de comisiones de agua, educación en las escuelas, evaluación costo–beneficio, educación relacionada a las enfermedades gastrointestinales.

“Lo lindo es ver cómo se prenden a los proyectos. Nosotros hemos estado conviviendo con ellos y compartimos las cosas cotidianas. Eso es importante: la forma en que se los aborda para que haya esa aceptación”, expresa.

El tema del agua en esa zona es muy importante. En el Chaco hay dos ciclos: la inundación y sequía, esta última es muy fuerte, entonces son ciclos que vienen y, al final, se llega a concretar a nivel político como emergencia. Se ve como una gestión de riesgos.

Pero el trabajo no involucra solamente el agua, incluye también vivienda, salud, educación, caminos, comunicación, que es la parte vulnerable en las comunidades indígenas. “Ellos piden realizar pequeños proyectos. Los apoyamos para hacer llegar sus propuestas a través de la gobernación y municipalidades”, señala.

Dorigo insta a los estudiantes a realizar, a través de sus tesis, proyectos que se puedan desarrollar en las comunidades para que se conozca más la zona del Chaco porque es una ecorregión bastante grande, con poca población, muy dispersa, vulnerable y poco conocida. “Ojalá que el Ministerio de Defensa también pueda trabajar en la zona, que apoyen en su rol”.

mpalacios@abc.com.py

Fotos ABC Color/Gustavo Báez/Gentileza.

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