Protagonista en concreto

El protagonismo femenino en el sector de la construcción comienza a evidenciarse. María Acosta (43) es la primera mujer del país que opera los vehículos más costosos de la industria cementera. Para ella, sus congéneres actuales rompen paradigmas.

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A María le llamó la atención un anuncio en el que solicitaban conductores de camiones mixer, ilustrado con una silueta femenina. Como maneja desde los 12 años, decidió probar suerte y, gracias a su tenacidad, se convirtió en la primera mujer conductora de los vehículos más costosos de la industria cementera.

Todos los días llega puntualmente a la planta ubicada en la ciudad de Mariano Roque Alonso, aunque tiene un horario rotativo. En las primeras jornadas de trabajo, la resistencia masculina no se hizo esperar, seguido del asombro ante la presencia femenina para labores que creían exclusivamente suyos. Es que nunca habían visto a una mujer conduciendo un mixer, el vehículo insignia de las cementeras.

Antes de levantar el capó de su vehículo para chequearlo, se ajusta las botas y el casco. Espera turno y, minutos después, ubica su máquina para que la carguen de cemento o concreto y empieza su tarea.

Desde muy joven se interesó por los autos. Cada vez se volvía más curiosa. Y, cuando vio el anuncio, no dudó en presentarse. Se capacitó en la misma empresa y se convirtió en la primera mujer del país en conducir este tipo de camiones, que presenta 10 cajas de cambio. El suyo es un Scania con 400 caballos de fuerza que transporta hasta 7000 l de concreto elaborado. “Es el método más seguro y utilizado para transportar hormigón en trayectos largos y es poco vulnerable en caso de un retraso”, explica.

Según el arquitecto Castorino Rojas, uno de los propietarios de CFK que contrató a María para una industria que tradicionalmente estuvo en manos de hombres, fue una experiencia gratificante tener una conductora en sus filas. “Un camión mixer es de alto tonelaje, lo que rompe paradigmas y demuestra que la mujer está capacitada para realizar este tipo de actividades, luego de un adecuado entrenamiento. Debutar en estos temas no es fácil. El periodo de adaptación toma más tiempo y requiere mayor acompañamiento, pero es un objetivo loable en el que vamos a seguir insistiendo”, agrega Rojas.

Como presidente de un gremio de concreteros, le cupo viajar a Colombia, de donde trajo el modelo. “Incluso tiene una ley de 50-50, por eso me pareció interesante la idea y quise implementar en nuestro país, porque ellas son más precavidas, ahorran más y mejores en el trato con los clientes. El pago no es menos por ser mujer”, asegura el arquitecto.

Después del anuncio se presentaron 12 mujeres, pero María fue quien “sobrevivió”. Ante la responsabilidad de pilotar un vehículo costoso, dice que siempre está muy atenta y concentrada, porque vibra con su oficio. “Me siento muy bien con el apoyo de los directivos y mis compañeros. Me llevo muy bien con todos; siempre les digo que soy una espina entre muchas rosas”, bromea.

María recuerda una anécdota que la puso en el centro de la atención. “Había un terreno resbaladizo en una de las obras y uno de los compañeros más antiguos se ofreció a ayudarme, pero rotundamente le dije que no. Hasta hicieron apuestas de G. 50.000 y decían: ‘Ndohasamoái’. No confiaban en que podía superar un terreno ‘resbaladizo’ con una carga muy pesada y… ¡sorpresa!, pasé sin problemas. Me gritaron, silbaron y aplaudieron; no podían creer”, comenta riendo.

Confiesa también que los primeros tiempos no fueron fáciles. “Llegó un momento en el que me dije que no iba a poder, fue en el periodo de prueba. Es un trabajo pesado que no tiene horario, un camión de gran porte y no es fácil, pero ahora ya es como si estuviera manejando uno automático”.

Superó el desafío y hoy se siente feliz de ser la primera mujer en este campo. “Mi madre me apoyó para continuar y, además, tengo un espíritu tesonero y capaz de enfrentar obstáculos complicados. Quería también demostrar que las mujeres somos capaces. Estoy muy orgullosa de lo que hago, me gusta mi trabajo, estoy acostumbrada a trabajar con hombres, pues me resulta más sencillo”, afirma.

Entre 15 varones, María Acosta, quien tiene estudios de contabilidad, inglés, fotografía y le gusta la lectura, demuestra que la visibilidad de las mujeres en campos tradicionalmente reservados a los hombres es posible. “El problema es la oportunidad”, manifiesta. “Y saber manejarse entre hombres, ya que hay que hacerse respetar. Acá la empresa se muestra abierta y busca incorporar más mujeres al plantel”.

Efectivamente, el arquitecto Rojas reitera la predisposición de la firma. “Creemos que puede ser beneficioso para un ambiente que es eminentemente masculino. La experiencia internacional dice que las mujeres, incluso, cuidan mucho más la maquinaria en comparación con los hombres”.

María cierra la entrevista elogiando el valor de la mujer paraguaya. “Somos luchadoras por historia, estamos iguales; no hay diferencia entre una mujer y un hombre. Tenemos el reto de seguir abriendo caminos y convencernos de que con nuestro trabajo podemos transformar el mundo”.

Definitivamente no se trata de hacer concesiones, sino de abrir puertas a las mujeres que tienen las habilidades y la pasión para hacer su trabajo, sobreponiéndose a los prejuicios de la sociedad.

Por ahora, María es la única, pero otras mujeres interesadas pueden enviar sus currículos al siguiente mail: castorino@fckconcretos.com.py o llamar al teléfono (021) 760-222.

ndure@abc.com.py

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