Plantas acuáticas protectoras

Varias iniciativas científicas se llevan adelante para sacar del estado de emergencia ambiental a nuestro país. Una de las noticias más celebradas fue la habilitación del lago Ypacaraí y la necesidad de insistir en políticas de recuperación total. Investigadoras de una universidad hallaron un mecanismo de descontaminación natural a partir de plantas acuáticas, que podría aplicarse a este lago y a otros cursos de agua del país.

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Nuestro país cuenta con una rica diversidad de recursos hídricos que permiten un ecosistema equilibrado y una vida saludable, más allá de la mera recreación. Aun así, solo el 14 % de las aguas vertidas en los cursos de este líquido recibe tratamiento previo, por lo que el riesgo de contaminación es muy alto. En setiembre del año pasado, se confirmó que el lago Ypacaraí contenía algas tóxicas o cianobacterias, que desembocó en una contaminación sin precedentes y afectó el comercio y turismo de las ciudades veraniegas, especialmente Areguá y San Bernardino.

En un trabajo reciente del Centro Multidisciplinario de Investigación Tecnológica (Cemit) de la Universidad Nacional de Asunción, se había advertido que las cianobacterias no habían desaparecido, sino que se redujeron a causa de las lluvias que se tuvieron en los últimos meses. El año pasado, el máximo de algas tóxicas presentes en el lago llegó a dos millones de células por mililitro.

Una de las alternativas para mitigar este problema y de mejorar la calidad del ecosistema es mediante la investigación “Evaluación de la capacidad depuradora de plantas acuáticas del Paraguay”, encarada por la Universidad Iberoamericana (Unibe) y cofinanciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Con el proyecto se insta a construir humedales artificiales que puedan reducir la contaminación orgánica de los recursos hídricos a través de la absorción de nitrógeno y fósforo por parte de distintas especies.

La Ing. Olga Marecos, coordinadora del trabajo, señaló que se encontraron evidencias de que algunas especies de plantas, cultivadas en una granja experimental que posee la universidad en Ypacaraí, son muy eficaces en la remoción de algunos contaminantes presentes en los recursos hídricos. Expresó que la implementación de humedales artificiales representa una interesante alternativa a otros mecanismos de protección y mitigación.

La bióloga Alba Inchausti, quien también forma parte del proyecto, comentó que se tenían estudios internacionales previos sobre este experimento, pero que no había registros de investigaciones sobre el tema en el Paraguay. Se utilizaron plantas acuáticas más abundantes en la cuenca del lago Ypacaraí. “No contamos con una base de datos del sitio. Hicimos un recorrido y seleccionamos inicialmente tres especies, pero en el invierno una de ellas era inexistente, por lo que tuvimos que reemplazar. Usamos Pistia stratiotes, que son los repollitos de agua; dos especies de lentejas; Eichhornia, que es el camalote, y el helechito de agua”, resaltó.

Las plantas acuáticas requieren una gran cantidad de agua en sus raíces para vivir y pueden realizar distintos procesos químicos que algunas plantas comunes no pueden.

Monitoreo

Las muestras fueron sembradas en distintos tipos de agua: se usaron aguas de arroyo, aguas cloacales y aguas del lago. Posteriormente, se realizaron monitoreos diarios, por varios meses, acerca de su composición física, química y microbiológica; así se pudo determinar el nivel de absorción de los contaminantes. Cada día, las científicas tenían que ir hasta Ypacaraí para evaluar el trabajo. Se tomó en cuenta la temperatura ambiental y del agua, densidad de las plantas, oxígeno disuelto, nitratos, nitritos, nitrógeno total (NTK), fósforo total, sólidos totales, demanda bioquímica de oxígeno y coliformes.

En total, tres profesionales y tres estudiantes de la Unibe se encargaron de llevar a cabo la investigación, para lo cual también contrataron los servicios laboratoriales de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNA. El monto del proyecto alcanzó G. 240 millones, pagados con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del Conacyt y la universidad privada.

La Ing. Marecos sostuvo que ahora falta la implementación, ya que los resultados fueron muy positivos. Manifestó que el proyecto se puede implementar en varios arroyos de los distintos departamentos, pero, especialmente, el estudio se enfocó en la cuenca del lago Ypacaraí. “A partir de ahora se pueden construir humedales artificiales alrededor de los arroyos, que permitan la descontaminación del lugar en un periodo de tiempo razonable y a muy bajo costo operativo”, aseguró la científica. Añadió que aún no se tienen los parámetros hidráulicos para ejecutar el proyecto a gran escala. Por ello, actualmente están trabajando en la elaboración de un perfil de proyecto para la ejecución de un plan piloto con la Municipalidad de Areguá, el cual consiste en la construcción de un humedal artificial que pueda descontaminar una zona exclusiva de la cuenca.

La coordinadora de la investigación comentó que, si existe voluntad política, se podrían destinar recursos económicos para implementar el tratamiento de las aguas de los arroyos de toda la cuenca del lago, acompañando las obras en infraestructura sanitaria que, de manera paralela y por etapa, deben ejecutarse.

Experiencia en las aulas

Por su parte, Lucía Argüello, investigadora y docente, comentó que el trabajo que emprendieron se replicó en las aulas del colegio Iberoamericano, ya que ella enseña Ciencias Naturales y que a partir de allí también se pretende enseñar metodología de la investigación científica. “Los estudiantes ya van conociendo los experimentos científicos, para que tomen consciencia del trabajo que se hace en Paraguay y así comenzar a interesarse también por la ciencia”, sostuvo la profesora.

Investigador necesita administrador

Para la Dra. Sanie Romero de Velázquez, rectora de la Unibe, el Conacyt cumple un rol importante con el llamado a concurso de proyectos, ya que se da oportunidad a la financiación de investigación en universidades paraguayas. También señaló que los científicos necesitan apoyo en el manejo administrativo de recursos. “El investigador no puede estar inmiscuido en los trámites administrativos. Tiene que investigar y no preocuparse por los insumos, los pagos, etcétera, para ello necesita colaboradores. No debería mezclar los roles. Allí radica la función de la universidad: de brindarle todo el apoyo para el trabajo”, indicó. Agregó que en cada casa de altos estudios se ven a los estudiantes que serán investigadores y a los que serán gestores de conocimiento.

Ficha técnica del proyecto

Nombre: “Evaluación de la capacidad depuradora de plantas acuáticas del Paraguay”.

Investigadoras: Rocío Vely Lacognata, Alba Inchaustti, Lucía Argüello Cáceres, Elsa Rocío Gutiérrrez Rivas y Gladys Alicia Colmán.

Coordinadora: Olga Marecos.

Responsable administrativo: Sergio Valiente.

Institución: Universidad Iberoamericana.

Financiación: Unibe y Conacyt (con fondos del BID).

Costo: G. 243.000.000.

Periodo de estudio: años 2011 y 2012.

Fuente: Reporte de avances de programas de apoyo a la ciencia, la tecnología y la innovación en Paraguay, del Conacyt.

Texto: equintana@abc.com.py

Fotos ABC Color/Marta Escurra/Virgilio Vera/Gentileza.


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