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El maestro Diego Sánchez Haase estrena su ópera basada en la obra de Augusto Roa Bastos, Pancha Garmendia y Elisa Lynch. Con ese objetivo, trabajó en conjunto con el escritor Alcibiades González Delvalle, quien adaptó la obra a su libreto definitivo.
“Es un proyecto que hace mucho tiempo veníamos pensando”, dice Sánchez Haase y agrega que su concreción fue posible gracias a la celebración del centenario del nacimiento de Roa. “La obra está pensada para ópera, cine, teatro, según el autor. González Delvalle preparó el libreto, porque Roa no desarrolló los diálogos y, con base en eso, escribimos la música”, detalla.
Se trata de una ópera contemporánea con música muy moderna, pero basada en una ópera tradicional, en la cual cada personaje tiene un leitmotiv. Así, cada vez que canta Pancha Garmendia, se escucha su música, y lo mismo sucede con Elisa Lynch o el mariscal. “También hay un leitmotiv para la guerra, la conspiración, pero las técnicas del canto son muy modernas”, señala.
Según el compositor, en esta ópera, de tres actos, y con una duración de, aproximadamente, dos horas, se usa mucho el “hablar cantado o cantar hablando”. Hay frases que son netamente habladas; otras, gritadas cuando la tensión dramática es muy fuerte. Tiene, también, una escena de ballet, que representa un baile en el club Nacional, ubicado, entonces, frente al Panteón de los Héroes.
Allí, Elisa anuncia la construcción del Teatro Nacional y bautiza a Panchito López. Al mismo tiempo, hay un velatorio en la casa de Pancha, porque la madre había muerto. “Ese segmento, que Roa Bastos maneja magistralmente, y el baile son toda una escena de ballet”, destaca y apunta que la ópera cuenta con un elenco de primerísimo nivel. Los roles principales estarán interpretados por la soprano Montserrat Maldonado y el tenor Reinaldo Samaniego, quienes están haciendo carrera en el teatro Colón de Buenos Aires, y Alba Álvarez, soprano encarnacena, cuya suplente será la soprano Alejandra Meza.
“Los personajes secundarios, como Saturio Ríos, el padre Fidel Maíz, el jefe de la conspiración y una anciana, que aparece al final, son todos jóvenes cantantes de la nueva generación y realmente una esperanza de la lírica paraguaya”, resalta.
Acompañarán la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, dirigida por el maestro Diego Sánchez Haase, y el coro Arandu Purahéi, a cargo de Jacqueline Cohen. El preparador musical es el maestro Miguel Ángel Santacruz, la dirección escénica estará a cargo de Agustín Núñez; el diseño de vestuario y escenografía, Rolando Rasmussen; realización de escenografía, Tessi Careaga, y realización de vestuario, Susana Sartorio. La producción general es del Centro Cultural de la República El Cabildo con la coordinación de producción de Marisol Meza.
Rolando Rasmussen comenta que ya trabajó en varias ocasiones sobre la obra de Roa Bastos. “El autor siempre dio libertad para que su obra se hiciera en versión histórica, moderna o contemporánea”, expresa. La escenografía y vestuario son abstractos, simbólicos. “Presentaré algo entre poético y locura. La obra tiene escenas muy poéticas, pero termina en una locura”, refiere.
Como el tema de la obra es la rivalidad de Pancha y Elisa; de hecho, Roa las compara. Elisa es la maja vestida y Pancha, la desnuda. Esto inspiró a Rasmussen a realizar una calavera. Y así empieza la obra: la calavera en la pose de la maja acostada. Luego sube y permanece arriba durante toda la obra hasta que al final baja de nuevo. “La función es muy intensa. El final se puede interpretar de muchas maneras: envidia, amor imposible, locura, etcétera. También resalto el desprecio de la sociedad hacia Elisa. Quiero que el espectador salga emocionado, reflexionando”, comenta.
La puesta en escena de Agustín Núñez es bastante expresiva también. La mayor parte de la obra se basa en el diálogo de Elisa y Francisco, y las intervenciones de Pancha con las tías. La obra tiene momentos muy intensos. Uno de ellos es cuando Francisco recuerda una visita hecha en casa de Pancha en su época de juventud. Él quiso sobrepasarse; ella reacciona y lo echa de la casa, y el otro es la escena en la que se trama la conspiración. “Quieren convencer a Pancha de participar”, explica.
Otro momento fuerte, también, se da cuando aparece una anciana que le lee las manos a Elisa Lynch y le pronostica todo lo que va a pasar. “Traté de que la música refleje ese dramatismo”, afirma. La composición de la obra le tomó a Sánchez Haase un año y medio. Empezó a finales de 2016. Al año siguiente, se estrenó una parte en República Dominicana, cuando el Paraguay participó de la Feria del Libro en homenaje a Roa Bastos.
Viajó a Italia un mes y medio para trabajar en ese proyecto, en donde casi concluyó toda la música sin orquestar. “Al volver, terminé la obra en mis vacaciones, en enero, en Villarrica. La música también tiene mucho simbolismo en los diferentes momentos de la obra”, cuenta.
Para Sánchez Haase, este es un evento histórico porque se trata de la segunda ópera de un compositor paraguayo. La primera, Juana de Lara, de Florentín Giménez, se estrenó hace 31 años, y esta es una obra con un lenguaje totalmente diferente, contemporánea. “Estoy muy expectante de la reacción del público y muy contento por la respuesta de los jóvenes cantantes. Hermosas voces, preparadas y, principalmente, con predisposición. Este es un tema muy sensible de nuestra historia y que se lleve por primera vez a la escena operística; creo que es un acontecimiento importante. Pienso que vamos a tener una buena respuesta”, concluye. En un país casi sin tradición operística, iniciativas como estas son un gran aporte para nuestra cultura. Y no se olviden de retirar las entradas para el 20.y Para los que quieran colaborar, la función del 21 es a beneficio del Denide.
Fotos: ABC Color/Celso Ríos.