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Lo latino se ha destacado en la toma de posesión del segundo mandato de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos y el idioma español se hizo un hueco durante la investidura, con tres representantes bien significativos: el reverendo Luis León, el poeta Richard Blanco y la jueza del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor.
Luis León, quien llegó a los Estados Unidos con 12 años, en 1961, en la llamada Operación Peter Pan, un masivo éxodo de niños cubanos enviados por sus familias a los Estados Unidos poco después del triunfo de la revolución, y que oficia como párroco en la iglesia episcopaliana de St. John’s, en Washington, bendijo a Obama y a su segundo, Joe Biden, con un: “Señor presidente, vicepresidente, que Dios os bendiga todos vuestros días”.
Por su parte, el poeta Richard Blanco se convirtió en el primer latino y el primer homosexual declarado en recitar un poema en honor del Presidente durante su toma de posesión.
Blanco, de 44 años, nacido en España, recitó en inglés el poema titulado Un hoy, escrito para la ocasión y en el que habla de unidad y esperanza, pero también recordó en español el “buenos días” con el que le saludaba su madre durante su infancia en Miami.
Previamente, Sonia Sotomayor, la primera jueza latina en la historia del Tribunal Supremo de EE. UU., fue la encargada de tomar juramento al vicepresidente Biden.
Artistas
Pero no fueron los únicos latinos que aparecieron en escena en este día tan especial para los demócratas estadounidenses, porque también tuvo un papel importante Eva Longoria, copresidenta del Comité de la Inauguración Presidencial, y que se ha destacado por su implicación en la campaña para la reelección del presidente Obama el pasado año, quien se encargó de presentar la fiesta Latino Inaugural 2013, que reunió en el Centro John F. Kennedy para las Artes de la capital a algunos de los principales apoyos del presidente Obama entre la comunidad latina, la noche antes de la toma de posesión.
A esta fiesta también acudieron Marc Anthony, José Feliciano, Rita Moreno, Antonio Banderas o Prince Royce y la banda mexicana Maná, quienes, a través de Fernando Olvera, comentaron desde el escenario: “¡Esperanza por Obama, esperanza para Latinoamérica!” durante el baile de la investidura, que se celebró en el Centro de Convenciones de Washington.
Maná, que siempre se ha posicionado públicamente a favor de Obama e incluso le apoyó en varios actos electorales en las pasadas elecciones de noviembre, tocó cuatro canciones antes de que el Presidente y su esposa saliesen a bailar, entre ellas los clásicos del grupo como Corazón espinado y Labios compartidos.
Pero previamente a ese baile, Obama y su esposa ya habían movido el cuerpo al son de la salsa cuando caminaron un tramo por una de las avenidas de la capital norteamericana, tras la ceremonia de investidura, y se apareció la banda Seguro que sí, un conjunto de música latina de nueve músicos de la Escuela de Arte del Condado Osceola, de Kissimmee (Florida), que fue seleccionada entre más de 2800 agrupaciones que enviaron sus grabaciones a Washington.
Los Obama disfrutaron de todo el desfile, y se mantuvieron muy animados sonriendo y saludando a los participantes, pero en el momento en que pasaron ante ellos los jóvenes de Seguro que sí, una agrupación en la que todos tienen entre 15 y 17 años, el mandatario se soltó y se animó a dar unos pasos de salsa, a lo que enseguida se sumó su esposa, Michelle, mucho más expresiva y divertida.
La organización del evento anunció que participaron en el desfile por la Avenida Pensilvania de Washington más de 9000 personas, entre ellos también otros latinos como el Ballet Folclórico de la Raza de sur de Colorado, El Grupo Mariachi y Folclórico de la Escuela Secundaria Palmview de Misión (Texas), la Utah Hispanic Dance Alliance de Sandy (Utah) y la Comparsa Morlense de Las Vegas (Nevada).
El vestido rojo
Otra de las curiosidades que pudieron verse en el acto de toma de posesión de Obama fueron los besos repetidos que se dio con su esposa para que pudiera hacer unas fotos su hija pequeña, interrumpida por la mayor, además del uso reiterado de los teléfonos inteligentes en la familia Obama.
Llegados al baile en el Centro de Convenciones de Washington, el momento más emotivo culminó con la pareja presidencial abrazada al ritmo Let’s stay together, interpretado por la cantante y actriz Jennifer Hudson.
Michelle susurró a su esposo al oído algunas partes de la canción, una de las favoritas de Obama, ante varios miles de invitados. Entonces, el Presidente cedió el liderazgo en la pista a su mujer, quien improvisó pasos en varias ocasiones, pese a que se dejó llevar por su marido en los compases más reposados del tema.
La primera dama lució un impresionante vestido de chifón, con superposiciones de terciopelo y falda vaporosa en color rojo rubí, diseñado por Jason Wu, y zapatos de tacón de Jimmy Choo, sorprendiendo a los presentes ante la ruptura de su tendencia en los últimos días, caracterizada por utilizar tonos sobrios y oscuros, azules militares y grises.
El vestido era de tirantes y lucía un escote en forma de cerradura anudado al cuello y un corte hundido en la parte de atrás que dejaba ver su espalda, alejándose de los aires clásicos.
Acompañando al modelo, la primera dama escogió un anillo de diamantes y un conjunto de brazaletes diseñados por Kimberly McDonald que, como es tradición, acabarán convertidas en piezas de museo.
Besos repetidos entre la pareja, para que pudiera tomar fotos su hija pequeña, y un baile de salsa en plena Avenida Pensilvania de Washington fueron algunas de las anécdotas que protagonizaron los Obama.
El reverendo Luis León, que bendijo al Presidente; el poeta Richard Blanco, quien le recitó un poema, y la jueza del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor, quien tomó juramento al vicepresidente Biden, fueron algunos de los latinos protagonistas del día.
El vestido de Michelle Obama para el baile de gala era de color rojo rubí, de tirantes y con escote en forma de cerradura anudado al cuello y corte hundido en la parte de atrás que dejaba ver su espalda, alejándose así de los aires clásicos.