Nutrición en la danza

Quienes pasaron por una academia de danza saben que esta disciplina requiere una gran demanda de energía y nutrientes. Se trata de una actividad de alto rendimiento; por lo tanto, un reto importante es ingerir cantidades suficientes de alimentos para satisfacer las demandas que precisa. Es importante que los bailarines entiendan que una buena alimentación es esencial, debe ofrecer salud y eficiencia, más allá de la estética. La nutricionista y profesora de danza Sonia Soto busca “nutrir” ambas profesiones y lograr el equilibrio para un mayor rendimiento de los atletas.

-¿En qué se diferencia la nutrición en la danza de los otros tipos de planes nutricionales?

-La alimentación de los bailarines debe ser muy minuciosa, en el sentido de que debe ser completa en nutrientes, pero con las calorías bien controladas, teniendo en cuenta las horas de ensayos y el entrenamiento de estos.

-¿Cuál es la funcionalidad de los nutrientes en el organismo?

-Para que el bailarín tenga una musculatura definida y con suficiente resistencia, necesita proteínas, como carne, lácteos, huevos y legumbres, y carbohidratos de los cereales integrales. Un pequeño aporte de grasas saludables –que encontramos en el pescado, frutos secos, semillas, aceite de oliva y aguacate– es indispensable para tener energía y una correcta regulación hormonal. A su vez, las frutas y verduras, con su rico aporte de vitaminas y minerales, permiten que el metabolismo de la bailarina funcione correctamente. La fibra es de vital importancia, para un correcto tránsito intestinal.

-¿Cuáles son los alimentos que deben ser incluidos en la dieta de una bailarina?

-No deben faltar verduras variadas, frutas, cereales integrales, frutos secos, lácteos descremados, huevos, carnes magras, pescado, pollo sin piel, legumbres, grasas saludables (como las que contienen el aceite de oliva y aguacate).

-La hidratación también es importante y esencial.

-Es uno de los pilares fundamentales. Un bailarín hidratado se cansa menos, tiene una velocidad de reacción superior y puede concentrarse más que uno deshidratado.

-¿Los adultos de qué manera pueden incitar y guiar a los más pequeños a llevar una alimentación equilibrada?

-La mejor manera de enseñar es con el ejemplo. Tanto los profesores como los padres debemos cuidar nuestra alimentación, por salud propia, y porque los niños aprenden todo por la experiencia y coherencia. Ellos necesitan ver que los discursos y las acciones van de la mano. Por ejemplo, si los padres o maestros les insisten que consuman frutas, pero ellos mismos no lo hacen, va a ser difícil que estos lleven la teoría a la práctica. Para los hijos, somos sus guías; absorben todo lo que hacemos y lo que dejamos de hacer.

-Buscando el cuerpo perfecto, los bailarines –con más frecuencia que otros profesionales– llegan a sufrir los temidos trastornos de conducta alimentaria, como la anorexia y bulimia nerviosas. ¿Cómo se evitan?

-Si bien la alimentación es un factor fundamental en estas patologías, el determinante ante el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria es afectivo. Los niños deben aceptar su cuerpo, quererlo, tratar de perfeccionarlo técnicamente para la danza, pero sin dejar de respetar la propia individualidad. Entender “este es mi cuerpo, es mi instrumento, y puedo sacarle el mejor provecho con trabajo, disciplina y constancia”, y dejar de lado los estereotipos.

-Pero un cuerpo delgado es más ágil y facilita los movimientos.

-Es indiscutible que, para la danza, se debe ser delgada para mejorar los movimientos y evitar las lesiones, pero en la posibilidad que “mi cuerpo me permite”. Hoy ya se quebraron los estereotipos antiguos: la bailarina puede ser flaca o musculosa, pero siempre dentro de un peso que quede armónico y le permita verse bien en el escenario. Recurrir a la anorexia o bulimia no es necesario; se puede lograr ese cuerpo pulido con disciplina y buena alimentación.

-En épocas de giras o competencias, ¿a qué se le da prioridad?

-Las giras y competencias son etapas muy restrictivas, algunas veces. Se priorizan los alimentos que aportan muchos nutrientes y pocas calorías. Por lo general, se disminuyen las porciones y se minimiza el consumo de carbohidratos. La hidratación es un factor clave y, a veces, son necesarios los suplementos vitamínicos-minerales.

-¿Cuánto tiempo hay que esperar después de comer para hacer ejercicios de manera intensiva?

-La comida tarda de dos a cuatro horas en digerirse, dependiendo de los alimentos. En los niños, el proceso es más rápido. Si se tiene poco tiempo para comer, lo aconsejable es elegir alimentos de rápida digestión y bajos en grasa.

-Los expertos señalan que las bailarinas presentan menos peso corporal y grasa que sus compañeras que no practican ballet.

-Exactamente, porque la danza es un ejercicio demasiado completo; se trabaja todo el cuerpo en simultáneo, exige muchas horas de entrenamiento, y la forma de trabajar la musculatura es totalmente diferente a cualquier otro tipo de entrenamiento o deporte.

En la danza se trabaja contrayendo unos músculos y relajando otros al mismo tiempo; es como una ciencia muy compleja, pero te otorga esa figura de bailarina que tanto se pondera.

-¿Conclusión?

-La danza es un arte que demanda un entrenamiento deportivo, pero, sobre todo, es un arte. Hoy, los bailarines están muy pendientes de su figura, virtuosismo técnico, destrezas y, si bien todo es demasiado importante, olvidan darse tiempo a cultivar la espiritualidad. El público necesita recibir esa magia que le otorga el artista y salir del teatro “sintiendo” cosas en su corazón, y eso solo ocurre cuando el artista entrega con sinceridad desde su alma. Por lo tanto, los bailarines necesitan cuidar su cuerpo para que, a través de él, su alma se comunique con el público; ese es el fin de todo nuestro esfuerzo.

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Fotos ABC Color/ Silvio Rojas /Gentileza/Pixabay.