Cargando...
Su historia con la cocina comenzó siendo niño, cuando ayudaba a sus padres, dueños de un restaurante en el Puerto de Asunción. “A los nueve años entré a la cocina, hasta los 18. Mis padres no querían que me dedicara a lo mismo que ellos, ya que lo consideraban tremendo para un hijo, por el inmenso sacrificio que suponía, porque imaginate que antes no se contaba con todas las facilidades que el mundo de la gastronomía ofrece hoy. Y yo lo único que quería era ser cocinero”, cuenta mientras da los últimos detalles a un arroz al vino preparado para la producción fotográfica. Luego vendría un fideo al vodka con salsa de queso en horma.
No se arrepiente de aquella elección de sus padres. En ese momento fue la mejor, ya que esa decisión le llevó a convertirse en un exitoso empresario, sin perder el norte de la cocina. “Estudiaba con los mejores chefs en Italia, París, Nueva York y Londres. Durante toda mi vida fui cultivando esta pasión, pero a modo de satisfacción personal nada más”, confiesa.
En lo que restaba de este año, su hijo Walter le sugirió “alzar” en las redes uno de sus platos; fue un fenómeno. “Me llama mi hijo, a las 10 de la noche más o menos, me cuenta el suceso y me sugiere crear una página”, rememora.
Fue así que nació Chef Papá Marcos. Con un buen manejo de las redes sociales, logró convertirse en los referentes de la gastronomía que consumen videos y fotos de comida online. El otrora empresario, sin intención, se hizo famoso como chef.
Actualmente, orilla a los 19.000 seguidores con más del millón de visitas al mes de todas partes del mundo. Culmina el 2018 presentando 300 platos distintos. “A diario cocino y alzo a la página Chef Papá Marcos. Estoy contento, porque tuve un buen año”, dice.
Es el rey de la sal, porque su cocina no es dulce, solo salada. Y es sencilla, aunque, al mismo tiempo, tiene giros sofisticados. “Tengo una pasión tremenda por la cocina”, reitera.
Ese sentimiento, precisamente, le lleva a querer posicionar la gastronomía a los ojos del mundo. “Los jóvenes desconocen nuestra identidad gastronómica, por una parte. Por otra, hay una desvalorización del chef. Se da más importancia al nombre del restaurante que a la persona. Tenemos que valorizar la comida típica, poseer un modelo a seguir, alguien que le dé carácter y haga que las personas vengan al Paraguay por su comida. Francis Mallmann, por ejemplo, siendo argentino, posicionó la cocina uruguaya; tiene prestigio. En Perú está Gastón Acurio, un hombre de negocios y promotor de la gastronomía peruana. Desde la inauguración de su restaurante Astrid & Gastón, en Lima, Acurio abrió 34 restaurantes dedicados a diferentes especialidades de la comida peruana en 11 países alrededor del mundo. ¡Eso tenemos que lograr nosotros! Posicionar la gastronomía paraguaya y hacer que la gente venga por nuestro sabor, enamorar al mundo y expandir nuestra cocina, pero falta alguien que lidere”, reflexiona.
Chef Papá Marcos va a continuar en el 2019 deleitando a sus seguidores desde su impresionante cocina, en la que agasaja a familiares y amigos en un ambiente agradable. “No está dentro de mis planes abrir un restaurante. Mi vida es la cocina y voy a continuar de este modo, voy a seguir dándoles ideas a mis seguidores… es muy difícil que les enseñe, pero sí puedo darles ideas”.
¿Qué encuentra en la cocina? Alegría, sobre todo los domingos cuando toda la familia se reúne y les saca una sonrisa con lo que papá Marcos les tiene preparado. Se cultiva para dar lo mejor. Para ello, tiene una biblioteca con textos de la gastronomía internacional. Valora la italiana; “es fresca, rica y suave”. De la paraguaya, el mbeju, la sopa paraguaya, el chipa guasu y “todo lo que tenga maíz”.
Marcos Ismachowiez es una prueba de que nunca es tarde para realizar lo que a uno le apasiona. Agradecido, alza una copa para brindar por el nuevo año y retribuirle a Dios por todo lo que le dio. Agradecer es un signo de grandeza.
ndure@abc.com.py