No tan simple como soplar botellas

"Soplar y hacer botellas" no es tan sencillo como se cree. Que lo digan quienes se dedican a la fabricación de vidrio a partir del reciclaje. Todo un arte y una industria a la vez, que tiene múltiples beneficios, especialmente para la descontaminación, la protección ambiental y la economía.

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¿Sabía que el vidrio tarda siglos en deteriorarse a la intemperie? ¿Se imaginó alguna vez que de una botella rota en mil pedazos, se puede conseguir otra exactamente igual? ¿O que el vidrio se fabrica de arena, entre otros minerales? Estas son algunas de las preguntas a las que responderemos en esta nota.

Separar las botellas o frascos del resto de la basura doméstica tiene una enorme implicancia tanto para naturaleza como para la industria nacional en la actualidad. Cualquier envase de vidrio, aunque roto, tiene su utilidad.

Miguel Marecos lleva décadas trabajando con el reciclaje del vidrio, primero en forma muy rudimentaria, y desde el año 2002 es el encargado de captación de material en la Fábrica Paraguaya de Vidrios, ubicada en Ypané, la principal recicladora donde actualmente van a parar los vidrios rotos y botellas de casi todo el país. Aquí entran al día 60 toneladas de vidrios rotos, donde tras pasar por un alto horno, sale el mismo material convertido nuevamente en botellas.

Aunque en el Paraguay la cultura del reciclaje no está para nada arraigada, el vidrio es actualmente uno de los principales elementos reciclados, después de los papeles, cartones y plásticos. Los restos de botellas y frascos llegan de todos lados; de las calles, clubes, vertederos, etc., generando mano de obra para mucha gente.

Al parecer la idea está prendiendo y extendiéndose a todo el país a través de colegios e instituciones públicas que promueven el reciclaje junto con la Fábrica Paraguaya de Vidrios (FPV). "Con el reciclaje ganamos todos", dice Marecos, repitiendo el eslogan de la campaña "reciclando todo", un concurso intercolegial de reciclaje que por tercer año consecutivo viene realizando la Dirección Ambiental de la Municipalidad de Asunción con varios colegios capitalinos. Los jóvenes y estudiantes juntan todo lo que sea vidrio proveniente de botellas, frascos y tarros; los separan en colores (verde, ámbar o blanco) y los venden por kilo a la fábrica que de nuevo lo convertirá en utensilios o recipientes.

¿Pero qué es lo que todos ganan con el reciclaje? En primer lugar, se protege el ambiente porque se evita la contaminación con vidrios esparcidos por doquier. La presencia de botellas o trozos de vidrio también puede causar accidentes en el hogar o en las calles y plazas donde juegan los niños. Se eliminan además los probables criaderos de mosquitos, como el transmisor del dengue y se logra un entorno más saludable.

También gana la industria porque gracias al reciclaje se reutiliza una buena cantidad de vidrio en el proceso de producción de botellas. Así se ahorra materia prima virgen.

Menos combustible

Otra importancia del reciclaje para la industria está en que se utiliza menos combustible. Un horno tipo, de 100 toneladas, de una fábrica de vidrios tarda un mes en calentarse y no puede ser apagado en cinco años. Ya no puede parar hasta el primer lustro. Esto implica enormes cantidades de combustibles como GLP (gas licuado de petróleo) y fueloil. Al utilizar mayor cantidad de elementos reciclados, se utiliza menos combustible para fundir la materia prima. "La nobleza del vidrio es muy importante en el proceso de producción porque no registra pérdidas.

Es 100% reciclable. Si uno lleva al horno cincuenta o cien toneladas de vidrio roto, vuelve a conseguir esa misma cantidad de vidrios. No hay desechos", explica Marecos. "Cuanto mayor es la cantidad de vidrio reciclado que se utiliza en el proceso se favorece a la economía en el empleo de productos energéticos, que liberan grandes cantidades de monóxido de carbono a la atmósfera. El reciclaje de vidrio necesita un 26% menos de energía que la producción de material virgen", continúa.

El horno de una recicladora tipo consume 3.000 litros de gas por día, es decir el equivalente a 300 garrafas de 10 kilos; 11.000 litros de combustible (fueloil) y unos 750 kilowatts de electricidad por día. "Estamos hablando de un gran ahorro porque si fabricáramos los vidrios de materia prima, el costo sería mucho mayor. Usamos además menos productos importados ahorrando divisas al país y favoreciendo a la producción nacional", dice el Ing. Julio Rodríguez, un experto en manejo de la fábrica recicladora.

¿Cuánto reciclar?

Lo ideal siempre es reciclar en un 100% el vidrio que circula en el mercado para no depender de la materia virgen importada. Pero existen dos inconvenientes; no existe una cultura de reciclaje en toda la población y, por otro lado, no se tiene certeza del origen de los materiales reciclados. Solamente se pueden reutilizar para botellas y frascos los vidrios provenientes de envases. Los vidrios industriales o planos no pueden ser empleados en este reciclaje, por lo menos en nuestro país: restos de focos, ventanas, marcos de cuadros, platos, etc.

"No compramos restos de vidrios planos que provienen de restos de ventanas o cuadros por la composición química de los mismos. Dado que están destinados a construcciones, no están preparados para entrar en contacto con los alimentos porque contienen generalmente sustancias tóxicas", advierte el Ing. Julio Rodríguez. Por falta de material reciclado para un 100% de reutilización de vidrio, actualmente la recicladora en Paraguay mezcla 50% de material recuperado y 50% de materia prima, explica el Ing. Rodríguez.

Dos proyectos

Además del Concurso Intercolegial de Reciclaje con los colegios, la Dirección Ambiental de la Municipalidad de Asunción tiene dos proyectos de reciclaje que han resultado o siguen siendo exitosos gracias a la demanda del material reciclado. El Proyecto Atyrá implementado en barrio Vista Alegre con el fallecido ex intendente de Atyrá, Feliciano Martínez, había tenido bastante éxito. Con esta campaña, la fábrica paraguaya compraba las botellas recolectadas en todo el barrio, que incluso obtuvo un premio internacional a la limpieza. Procicla se denomina otro proyecto de recolección selectiva de residuos que desarrollan desde diciembre de 2005 la Municipalidad de Asunción con los gancheros de Cateura en los barrios Mariscal Estigarribia y Recoleta. Esta propuesta cuenta con el apoyo de Alter Vida, la Agencia de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID), el Banco Interamericano de Desarrollo, y el apoyo del Ayuntamiento de Estela (España) y el ABN Amro Bank. El proyecto tiene además un componente de comunicación y educación ambiental. Otro de los objetivos de este plan es el fortalecimiento gremial de los gancheros de Cateura y el mejoramiento de la calidad de vida, reconvirtiéndolos en cooperativas o microempresas. El resultado es de una recolección de material reciclado que llega a 2.000 kilos por semana.

Dentro del Procicla también se incluyen a diez grandes generadores de basura, con un promedio semanal de 4.000 kilos recolectados. Hasta agosto de este año Procicla ya ha recolectado en ambos casos 210.176 kilos de materiales reciclables.

El boom

El reciclado de vidrios es una industria que trabaja fuertemente con las cervecerías de nuestro país. Producir botellas de color ámbar es un boom actualmente. La compra de material reciclado incluye los envases que llevan las mismas firmas cerveceras, una vez que hayan superado su vida útil, por así decirlo. En estos casos son triturados, lavados y nuevamente llevadas al proceso de fabricación de nuevas botellas. Para los que requieren un logotipo especial como el de Coca Cola y sus productos, en la misma fábrica ya se les coloca una pintura refractaria que impida el borrado de la etiqueta.

De Primer Mundo

El reciclaje está muy avanzado en sociedades de Primer Mundo. Su recuperación inicial se atribuye a Alemania y Suiza, aunque fueron los daneses los precursores del reciclaje en 1962. En la actualidad, en todos los países europeos y también en varias ciudades de nuestro continente existen contenedores especiales en los que se depositan los materiales separados en las casas. En España, país donde menos se recicla en Europa, se llega a un 80% de reciclaje, mientras en Paraguay tan solo se recicla un 10 a un 15% (en el caso del vidrio) considerando la cantidad de productos lanzados al mercado local.

Pero esta situación también tiene que ver con el hecho de que las botellas son reutilizadas para el envasado de algunos productos para la construcción (tinner, alcohol, etc.) y los frascos para potes de mermeladas artesanales o pequeñas industrias.

No obstante la cantidad reciclada en Europa, la calidad producida aquí es la misma y no difiere casi nada. En países de la región como Chile, actualmente se multa a la gente que arroja botellas en la vía pública. En nuestro país obviamente falta una ley que ampare el ambiente urbano y así se vaya fomentando la cultura del reciclaje, que mucho bien hará por la humanidad.

Vidrio por kilo

Los vidrios que se trabajan en Asunción son de tres colores: transparente o blanco; ámbar o marrón y el verde o esmeralda. Los proveedores ya llevan separados en colores los materiales reciclados por los que reciben una paga de 200 guaraníes por kilo en fábrica en el caso del ámbar, un verdadero boom para la industria cervecera. Por el blanco se pagan unos G. 80 el kilo y el verde se cotiza en 60 guaraníes el kilo. Los vidrios planos provenientes de ventanas, marcos, cuadros, etc., no pueden ser objeto de reciclaje en nuestro país porque no hay infraestructura. No se los utiliza en el reciclaje de envases porque contienen materiales tóxicos por lo que no pueden ser destinados a los alimentos. Estos restos, en otros países, se llevan a reciclaje para otras aplicaciones industriales, incluso para columnas de líneas telefónicas y vallas antisonoras, mezclando los vidrios con polímeros plásticos.

Historia de la botella

La botella es una verdadera antigüedad y ya se utilizaba en Egipto hace 3500 años. Empezó como un recipiente de barro y 500 años antes de Cristo se generalizó la de vidrio, fabricada ya con la técnica del soplado. En principio, solo se destinaba a perfumes y lágrimas vertidas por los seres queridos. Los griegos llamaban a estos recipientes "ampolla" o "balsamario". De hecho en catalán se sigue llamando "ampolla" a las botellas.

Las botellas grandes se utilizaban para el vino egipcio, muy apreciado en Roma, con lo que se extendió su uso al imperio 2000 años atrás. La Edad Media aplacó el comercio e hizo que su uso declinara. El vidrio no era práctico para esa época de oscurantismo. La industria del vidrio surgió en Inglaterra hacia el año 1000 y se redujo a pequeñas botellitas de licores, perfumes y esencias.

En el siglo XV seguían en Alemania las botellas de madera y las de metal. En España se utilizaba la de cuero, la bota. Pero con el correr del tiempo, no podían compararse dichos materiales con el vidrio y retornó su uso, con la importación desde Oriente por mercaderes italianos y aragoneses.

Desde finales del siglo XVIII los ingleses empezaron a usar los sifones de vidrio para embotellar soda. En 1821, el fabricante de cristal Henry Ricketts patentó un molde para elaborar botellas en serie, despertando el interés de los comerciantes. La primera producción masiva de botellas surgió en 1904, en Estados Unidos con la construcción de la primera máquina para su fabricación en serie.
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