Como cada año, la oenegé Marcando Huellas, que se dedica a promover los medios efectivos que sean necesarios para la atención veterinaria, esterilización, protección y adopción de animales en situación de riesgo, realiza una campaña antipirotecnia para resguardar la salud no solo de las mascotas tradicionales, sino también de las aves silvestres y otros animales.
“Realizamos esta campaña para concienciar a la gente sobre los efectos de la pirotecnia en los animales”, explica Patty Ruiz Díaz, presidenta de la entidad. El modo de participar del concurso es enviando las fotos de las mascotas en la página de Facebook de Marcando Huellas y apoyando la campaña.
“Pueden ser fotos de perros, gatos, aves, entre otros, con carteles, remeritas, algún atuendo o de la mejor manera creativa que prefieran con el lema de la actividad”. La campaña se extiende hasta el 31 de diciembre y el premio es un regalo para la mascota.
Ruiz Díaz destaca que los perros y gatos tienen el oído cuatro veces más sensibles que el ser humano, y ello les produce pánico con efectos en el organismo, como taquicardia, que –a su vez– provoca una especie de infarto.
Mejor prevenir
Hasta que no se tome conciencia de que los juegos pirotécnicos son nocivos para las mascotas, Ruiz Díaz destaca la importancia de mantener a las mismas, principalmente perros, alejadas de las estruendosas explosiones. Aconseja encerrarlas en un lugar seguro desde temprano. “Es muy importante que sea seguro y con la televisión o radio conectados, porque ellos, con la desesperación, son capaces de saltar murallas o romper caniles –muchas veces hasta se lastiman– y escapar”. Sugiere también que, en caso de que los dueños se den cuenta de que sus mascotas realmente pasan mal, consulten con un veterinario, ya que existe la posibilidad de sedarlos. “El profesional le dará la dosis adecuada para cada tipo de mascota”. Enfatiza en que es importante consultar con el veterinario, porque no es lo mismo la dosis para un caniche que para un pastor alemán; lo mismo que para un perro y un gato, y también depende mucho de la edad del animal. “A una mascota de más de 15 años ya no se le puede dar nada, por ejemplo”.
Por último, Ruiz Díaz resalta que la idea, además, es evitar que los perros se asusten y se pierdan a raíz de las explosiones.
Efectos
Los petardos alcanzan 190 decibeles y el perro aguanta 85. Estos ruidos matan células sensoriales y, también, les produce pánico por varios minutos; luego otros síntomas, como palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, falta de aire, náuseas, pérdida de control y gemidos.
El fármaco
Antes de administrar cualquier fármaco a nuestras mascotas, debemos consultar al veterinario. El más común recomendado se suministra por vía oral, en gotas palatales. Es un neuroléptico que disminuye la excitabilidad nerviosa, sin embotamiento de la conciencia ni tendencia al sueño, que produce un estado de quietud y calma, pero hay que tener cuidado en no administrar a animales convulsivos. Se administra de una a tres gotas por kilo del animal, directamente, o disuelto en agua o leche. El efecto empieza 30 min luego de su ingesta. Se puede repetir cada seis horas si fuese necesario. En general, un gato estándar pesa entre 2 y 4 kg; los perros medianos, de 10 a 25 kg; perros pequeños, de 3 a 10 kg, y los grandes, de 25 a 40 kg. Hay que tener muy en cuenta estos parámetros para suministrar el medicamento.*
* Agradecimientos: Otelo y Romeo, de Patricia Reyna, y Chiruzo, de Pabla Thomen. Dr. Diosnel Dávalos, médico veterinario, de Agro-Veterinaria Central.
Sepa más
Para participar, pueden enviar sus fotos al correo huellasmarcando@gmail.com o a Marcando Huellas, en Facebook.
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