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Por María Jesús Ribas - EFE Reportajes
La película El discurso del rey, vencedora de la última edición de los premios Oscar de la Academia de Cine estadounidense y la cual narra el largo y difícil proceso del rey Jorge VI de Inglaterra para superar su intensa tartamudez, ha puesto de actualidad este problema que afecta el flujo normal del habla.
Aunque en la mayoría de los casos, la tartamudez no alcanza tanta severidad ni suele prolongarse hasta la vida adulta, como se muestra en el laureado filme protagonizado por el actor británico Colin Firth, ya que la mayor parte de los niños que tartamudean dejan de hacerlo a medida que van creciendo y alrededor del 1-2 por ciento de las personas adultas siguen tartamudeando.
Alguien que tartamudea suele emitir algunos sonidos más largos de lo que debieran ser, le cuesta trabajo comenzar una palabra nueva, repite vocablos o partes de los vocablos y se pone tenso cuando intenta hablar. Cuando se esfuerza por expresarse quizás pestañee rápidamente o le tiemblen los labios y la mandíbula.
Es lo que se explica desde el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés) estadounidense, según el cual la ciencia no comprende del todo la razón por la que algunas personas tartamudean, aunque este desorden parece tener una predisposición familiar.
De acuerdo al NIDCD, aún no existe una cura para la tartamudez, pero algunas terapias de reeducación del habla y control de las emociones pueden ayudar a impedir que los niños pequeños continúen con el problema durante toda la vida. Lo que sí está demostrado es que los niños tienen tres veces más probabilidades de sufrir una tartamudez que las niñas.
La logopeda Elisabeth Dulcet, del Colegio de Logopedas de Cataluña (CLC), define la tartamudez como "un trastorno funcional de la fluidez del habla, que se manifiesta en el diálogo, y se caracteriza por presentar prolongaciones y pausas y repetición de sonidos, sílabas o palabras como resultado de bloqueos motores".
Según esta logopeda, "aunque no se conocen cuáles son las causas de la tartamudez, algunos estudios recientes sugieren que aparece por la interrelación de factores biológico-psicológicos y sociales, y el estrés, la presión, la exigencia y la intransigencia aumentan las posibilidades de que la persona tartamudee".
Cuidado con los comentarios
Para conversar adecuadamente con una persona con tartamudez, esta experta recomienda evitar los comentarios del estilo "habla más despacio" o "no te pongas nervioso", y no intentar ayudarle completando las frases que profiere. Tampoco hay que felicitarle cuando comienza a hablar de forma más fluida.
En cambio, es aconsejable hablar con la persona tartamuda de forma pausada, y manteniendo el contacto visual con ella, según la logopeda Elisabeth Dulcet.
Cuando la persona que sufre la tartamudez es un niño o un hijo pequeño, que es lo más habitual, la Fundación Americana de la Tartamudez (TSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos también aconseja hablar con el pequeño de un modo lento y pausado.
Cuando el niño se dirija a usted, hay que dejarle terminar lo que está diciendo y esperar unos segundos antes de empezar a hablarle de nuevo. Que un padre hable lento y relajado ayuda a su hijo mucho más que cualquier crítica o consejo, sugieren desde la TSF (The Stuttering Foundation).
En lugar de hacer muchas preguntas al niño, la TSF sugiere solo hacer comentarios sobre lo que nuestro hijo haya dicho. También es recomendable emplear expresiones faciales y cualquier tipo de comunicación no verbal que indique al niño que se está escuchando el contenido del mensaje y no cómo lo está diciendo.
La Fundación Americana de la Tartamudez aconseja a los padres que procuren disponer de algunos minutos cada día para brindar su total atención al niño. Esos momentos de tranquilidad y calma en compañía de los padres puede ser un gran constructor de confianza para los niños más pequeños.
Según la TSF, un niño tiene una tartamudez moderada cuando repite sonidos más de dos veces ("co-co-co-co-como esto"), evidencia tensión y dificultad en sus músculos faciales, especialmente alrededor de la boca y el tono de su voz se eleva con las repeticiones. Ocasionalmente, el niño experimentará un bloqueo (sin flujo aéreo ni voz durante varios segundos).
Si el niño tartamudea en más del 10 por ciento de su lenguaje, habla con un esfuerzo considerable, o evita tartamudear cambiando palabras y empleando sonidos antes de iniciar el lenguaje, es un signo de que necesita una terapia de lenguaje, aplicada por un foniatra, según la TSF estadounidense.
Modo lento. La Fundación Americana de la Tartamudez (TSF) aconseja a los padres que hablen con el pequeño de un modo lento y pausado, le dejen terminar lo que está diciendo y esperen unos segundos antes de empezar a hablarle de nuevo, y que hagan comentarios en lugar de muchas preguntas.
La ciencia no comprende del todo la razón por la que algunas personas tartamudean, aunque parece haber una predisposición familiar. Algunas terapias ayudan a impedir que los niños pequeños continúen con el problema durante toda la vida, según el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación (NIDCD) estadounidense.
La logopeda Elisabeth Dulcet define la tartamudez como un trastorno funcional de la fluidez del habla, que se manifiesta en el diálogo, y se caracteriza por presentar prolongaciones y pausas y repetición de sonidos, sílabas o palabras como resultado de bloqueos motores.
La película El discurso del rey, vencedora de la última edición de los premios Oscar de la Academia de Cine estadounidense y la cual narra el largo y difícil proceso del rey Jorge VI de Inglaterra para superar su intensa tartamudez, ha puesto de actualidad este problema que afecta el flujo normal del habla.
Aunque en la mayoría de los casos, la tartamudez no alcanza tanta severidad ni suele prolongarse hasta la vida adulta, como se muestra en el laureado filme protagonizado por el actor británico Colin Firth, ya que la mayor parte de los niños que tartamudean dejan de hacerlo a medida que van creciendo y alrededor del 1-2 por ciento de las personas adultas siguen tartamudeando.
Alguien que tartamudea suele emitir algunos sonidos más largos de lo que debieran ser, le cuesta trabajo comenzar una palabra nueva, repite vocablos o partes de los vocablos y se pone tenso cuando intenta hablar. Cuando se esfuerza por expresarse quizás pestañee rápidamente o le tiemblen los labios y la mandíbula.
Es lo que se explica desde el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés) estadounidense, según el cual la ciencia no comprende del todo la razón por la que algunas personas tartamudean, aunque este desorden parece tener una predisposición familiar.
De acuerdo al NIDCD, aún no existe una cura para la tartamudez, pero algunas terapias de reeducación del habla y control de las emociones pueden ayudar a impedir que los niños pequeños continúen con el problema durante toda la vida. Lo que sí está demostrado es que los niños tienen tres veces más probabilidades de sufrir una tartamudez que las niñas.
La logopeda Elisabeth Dulcet, del Colegio de Logopedas de Cataluña (CLC), define la tartamudez como "un trastorno funcional de la fluidez del habla, que se manifiesta en el diálogo, y se caracteriza por presentar prolongaciones y pausas y repetición de sonidos, sílabas o palabras como resultado de bloqueos motores".
Según esta logopeda, "aunque no se conocen cuáles son las causas de la tartamudez, algunos estudios recientes sugieren que aparece por la interrelación de factores biológico-psicológicos y sociales, y el estrés, la presión, la exigencia y la intransigencia aumentan las posibilidades de que la persona tartamudee".
Cuidado con los comentarios
Para conversar adecuadamente con una persona con tartamudez, esta experta recomienda evitar los comentarios del estilo "habla más despacio" o "no te pongas nervioso", y no intentar ayudarle completando las frases que profiere. Tampoco hay que felicitarle cuando comienza a hablar de forma más fluida.
En cambio, es aconsejable hablar con la persona tartamuda de forma pausada, y manteniendo el contacto visual con ella, según la logopeda Elisabeth Dulcet.
Cuando la persona que sufre la tartamudez es un niño o un hijo pequeño, que es lo más habitual, la Fundación Americana de la Tartamudez (TSF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos también aconseja hablar con el pequeño de un modo lento y pausado.
Cuando el niño se dirija a usted, hay que dejarle terminar lo que está diciendo y esperar unos segundos antes de empezar a hablarle de nuevo. Que un padre hable lento y relajado ayuda a su hijo mucho más que cualquier crítica o consejo, sugieren desde la TSF (The Stuttering Foundation).
En lugar de hacer muchas preguntas al niño, la TSF sugiere solo hacer comentarios sobre lo que nuestro hijo haya dicho. También es recomendable emplear expresiones faciales y cualquier tipo de comunicación no verbal que indique al niño que se está escuchando el contenido del mensaje y no cómo lo está diciendo.
La Fundación Americana de la Tartamudez aconseja a los padres que procuren disponer de algunos minutos cada día para brindar su total atención al niño. Esos momentos de tranquilidad y calma en compañía de los padres puede ser un gran constructor de confianza para los niños más pequeños.
Según la TSF, un niño tiene una tartamudez moderada cuando repite sonidos más de dos veces ("co-co-co-co-como esto"), evidencia tensión y dificultad en sus músculos faciales, especialmente alrededor de la boca y el tono de su voz se eleva con las repeticiones. Ocasionalmente, el niño experimentará un bloqueo (sin flujo aéreo ni voz durante varios segundos).
Si el niño tartamudea en más del 10 por ciento de su lenguaje, habla con un esfuerzo considerable, o evita tartamudear cambiando palabras y empleando sonidos antes de iniciar el lenguaje, es un signo de que necesita una terapia de lenguaje, aplicada por un foniatra, según la TSF estadounidense.
Modo lento. La Fundación Americana de la Tartamudez (TSF) aconseja a los padres que hablen con el pequeño de un modo lento y pausado, le dejen terminar lo que está diciendo y esperen unos segundos antes de empezar a hablarle de nuevo, y que hagan comentarios en lugar de muchas preguntas.
La ciencia no comprende del todo la razón por la que algunas personas tartamudean, aunque parece haber una predisposición familiar. Algunas terapias ayudan a impedir que los niños pequeños continúen con el problema durante toda la vida, según el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Desórdenes de la Comunicación (NIDCD) estadounidense.
La logopeda Elisabeth Dulcet define la tartamudez como un trastorno funcional de la fluidez del habla, que se manifiesta en el diálogo, y se caracteriza por presentar prolongaciones y pausas y repetición de sonidos, sílabas o palabras como resultado de bloqueos motores.