Naturaleza urbana

Naturaleza urbana se denomina la muestra de pinturas del artista visual Enrique Espínola, que se encuentra en exposición en el Centro Cultural Citibank. Espínola también obtuvo el segundo lugar en la Segunda Edición del Premio Gente de Arte 2019, por su obra textil Kuña/kuimba’e, el 26 de abril.

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El artista visual compatriota Enrique Espínola reside en Buenos Aires desde hace 10 años, pero, generalmente, viene a realizar exposiciones individuales —cada dos años en el Centro Cultural Citibank— y colectivas, así como actividades conjuntas, ya sea con la Asociación de Gente de Arte, con la cual está nucleado, o con actividades organizadas por otros colegas o él mismo, casi todos los años.

Cuenta que se fue a Buenos Aires en el 2009, porque quería probar una nueva experiencia y ver de qué manera podía desarrollarse profesionalmente fuera del país. Aunque aquí ya venía realizando una tarea bastante fuerte en el campo de las artes —ganó el premio Pedro Agüero, en 1999, y el Matisse, en el 2003—. “Ya venía exponiendo de forma individual y colectiva, y también mechando mi arte con mi otra profesión, porque soy profesor de Contabilidad”, comenta.

Si bien una cosa no tiene nada que ver con la otra

—enseñó casi 13 años en colegios secundarios técnicos y también fue profesor de Arte—, emigró porque quería expandir un poquito más su campo de acción en las artes y probar hasta dónde podía llegar en el exterior.

“Era un gran desafío, porque implicaba comenzar de cero. Ir a un país como Argentina, que tiene un gran espectro artístico en el que las artes plásticas están un poquito más adelantadas en algunos aspectos, pero por sobre todo donde se puede confrontar las ideas en un ambiente mucho más amplio”, admite.

Asegura que realmente le fue muy bien. Inicialmente fue por una residencia artística que cubrió el Centro Cultural de España en Buenos Aires, para realizar intercambio con artistas argentinos, participó de Arte BA y esa fue como la primera experiencia que lo motivó a ir a vivir allá. Se dio cuenta de que iba a ser un ambiente rico para desarrollarse como artista. Empezó a conocer a los colega e integrarse al círculo artístico bonaerense. “Fue muy bueno tomar esa decisión, pero siempre consciente de que no quería desconectarme de lo que era el Paraguay”, asegura.

Unos años después comenzó a trabajar para la Fundación Paraguay Cultura, una organización que depende, en cierta medida, de la Embajada paraguaya en Buenos Aires. Hace tres años que preside la entidad con la tarea de tender lazos entre el ambiente artístico paraguayo y el argentino. “Eso lo logramos realizando exposiciones conjuntas, colectivas”, expresa.

Normalmente, aprovecha cada vez que viene a nuestro país para llevar obras de artistas paraguayos y exponerlas en la fundación, que está ubicada en pleno microcentro de la ciudad. “Es una institución que busca tender puentes y dar a conocer en Buenos Aires el trabajo de los artistas paraguayos. Es increíble. Si bien estamos tan cerca, es grande el desconocimiento sobre nosotros allá y de lo que pasa acá. Eso queremos subsanar un poquito”, refiere.

El artista asegura que le va mejor que acá en muchos sentidos: personal y profesionalmente. Aquí tenía que hacer un triple esfuerzo para vivir del arte. Explica que el arte no es solamente venta, sino que tiene que ver con un montón de actividades que vienen aparejadas con el hecho de vivir del arte: gestión cultural, organización de exposiciones, seminarios, talleres, entre otros.

Él trata de replicarlos también acá como una manera de devolver a nuestro país lo que va aprendiendo afuera y compartirlo con sus colegas. Considera que si se comparten los saberes, entre todos se enriquecen y, también, propicia que se eleve el nivel profesional de las artes plásticas aquí en el Paraguay. “Puedo ver el fruto de eso a través de los talleres que realizo. Varios de los artistas que participaron de mis talleres fueron evolucionando en su lenguaje personal y algunos fueron seleccionados para premios. Eso me da la pauta de que estoy haciendo un buen trabajo, porque también aprendo muchísimo con mis seminarios de lo que ellos tienen para darme. Hay una retroalimentación”, sostiene.

En esta oportunidad va a exponer 25 cuadros. Revela que, normalmente, trabaja con varias técnicas plásticas. Parte de un concepto. Entonces, trabaja con instalaciones, videoarte o con objetos, pero en esta ocasión solo presentará pinturas. “Quise reconciliarme con ella, porque si bien la utilizaba, nunca hice una exposición netamente de pinturas. Además, cumplo 20 años con el arte, quería darme algunos gustos y uno de ellos era este”, confiesa.

Cuenta que siempre trata de tomar un concepto que tenga que ver con lo ecológico, la sociedad, con lo que hace el ser humano con su entorno, y cómo eso repercute en cada uno como individuo y sociedad. “En esta ocasión, Naturaleza urbana es una reflexión sobre el avance desmedido de las ciudades sobre el entorno natural, cómo lo afecta y repercute en nosotros con el calentamiento global, la muerte de la fauna y después, queramos o no, nos perjudica”, afirma.

Son pinturas que toman algunos aspectos del lenguaje de las artes plásticas tradicionales, como el bastidor, la pintura, el acrílico, la técnica mixta y un cruce con el arte callejero, con el uso del esténcil con los trazos rápidos, bocetados que chorrean, y todo lo que está plasmado en la pintura son flores y plantas. “Ya no está la ciudad, pero se representa a través del dibujo, de la pintura, como tratar de darle nuevamente una presencia en ese lugar que fue tomado, ya sea por la ciudad o las construcciones”, detalla.

Destaca que ese es el espíritu de la muestra: tratar, a través de la pintura, de llevar al público a reflexionar qué estamos haciendo con nuestro entorno. De qué manera eso que hacemos con el crecimiento desmedido de las ciudades nos va a afectar como sociedad y seres humanos. “Trato de utilizar colores que sean bien fuertes, porque hay que tener en cuenta que las ciudades, normalmente, al crecer en forma desmedida, se vuelven monocromáticas, grises. Entonces, trato de devolverle a la ciudad nuevamente esos colores que le fueron robados a la naturaleza”.

Pretende, a través del dibujo, pintura, trazos, decir: “Aquí, antes había un paisaje natural y eso hoy fue desplazado por el crecimiento de las ciudades. Eso puede repercutir en nosotros en la mala calidad del aire, los animales que son desplazados de su hábitat, la deforestación; afecta en nuestra salud y la manera de desenvolvernos dentro de la ciudad”.

Cree que la gente está muy receptiva a los mensajes que se dan a través del arte, que para él es una forma de diálogo. Ese es el mensaje que quiere trasmitir a través de la pintura. El público que vaya a la exposición y observe una pintura llevará una reflexión o un mensaje. Va a saber que hay una denuncia sobre el entorno, la naturaleza que se perdió; lo que hacemos como sociedad sin medir las consecuencias. “Es lo que busco con mi trabajo: que cuando una persona vea mi obra, se le dispare una reflexión y piense qué es lo que está pasando, cómo puede ser un agente positivo de cambio y no solamente parte del problema”. La muestra se extiende hasta el 31 de mayo.

Enrique Espínola obtuvo el segundo lugar de la segunda edición del Premio Gente de Arte 2019, de la Asociación para las Artes Visuales del Paraguay, el 26 de abril, por su obra textil Kuña/kuimba’e. Dibujo bordado sobre mantel.

Talleres

Espínola dictará dos talleres: uno de ellos en el Centro Citibank, del lunes 6 al viernes 10 de mayo, de 15:00 a 17:00. En ese taller se va a explorar el trabajo del artista que utiliza la palabra como elemento para la construcción de su obra de arte. También ofreció otro taller en la galería Multiarte, a partir del 3 de mayo, de 18:00 a 20:00, que trató sobre obras contemporáneas de artistas, intervenciones, instalaciones, técnicas de pintura y collage contemporáneo.

mpalacios@abc.com.py • Fotos ABC Color/Diego Peralbo/Gentileza.

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