Moderna y espiritual

Taipéi, capital de Taiwán, la isla Formosa, guarda en su pequeño territorio un sinfín de tesoros. Entre los que más resaltan son dos toques característicos: la modernidad y la marcada tradición espiritual de sus habitantes.

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Si algo tiene el distrito de Wanhua es que la afluencia de gente es incesante las 24 horas del día. Por la noche, sus inmediaciones se inundan con el mercado nocturno y, de día, la afluencia de gente apunta a la actividad espiritual y religiosa. En una de sus calles, la Huaxi, se erige el templo taoísta Mengjia Longshan, construido en el año 3 del emperador Qianlong, de la dinastía Qing (1738).

La edificación, que sobrevivió a varios terremotos y tifones, ahora atrae no solo a los fieles que acuden buscando un milagro, sino a cientos de turistas de todo el mundo que quedan maravillados con el estilo arquitectónico, que se asemeja al templo Qingshui Zushi (fundador de una secta taoísta) de Mengjia. Luego de varios embates naturales, en 1945 quedó completamente destruido y en su reconstrucción final quedó en la categoría de monumento histórico, compartiendo protagonismo con el moderno edificio Taipei 101.

El culto principal es el pedido de bendición al dios Tai Sui, así como el encendido de velas y quema de inciensos. Existen tablas con números que son puestas en una especie de cubeta y se toman al azar y, según el número que toca, se consulta a unos pergaminos que contienen el futuro de las personas. Antes, uno puede hacer una pregunta al dios y luego se arrojan dos tablillas cortadas en semicírculos, dependiendo de cómo caigan la respuesta al pedido es sí o es no.

Una de las principales actividades religiosas que tienen lugar en el templo es también el festival de las lámparas con motivo del Año Nuevo lunar chino, que en el 2014 recibirá al año del caballo.

Texto mescurra@abc.com.py

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