“Ser padres es una labor integral y a tiempo completo. Por lo tanto, quienes recibieron esa gracia tienen la obligación de decidir qué es lo mejor para sus hijos. Y dos áreas en las que tienen vital importancia las decisiones son: la educación y la alimentación”, es lo primero que expresa la nutricionista Fátima Rojas Villanueva al iniciar la charla sobre la merienda escolar.
Es sabido que la alimentación incide directamente en la salud que el niño o la niña tendrá de por vida, hecho que amerita una atención especial. “Hay que procurar que los niños se alimenten bien desde la mañana hasta la noche”, insiste la nutricionista.
Sin embargo, producto del acelerado ritmo de vida que impera hoy en día, es probable que no se preste atención a algo tan importante como la merienda escolar de los hijos. “Los adultos debemos ser formadores de buenos hábitos alimentarios en los niños, de manera que incorporen y con el tiempo se convierta en un estilo de vida”, afirma.
La edad escolar es un periodo sensible en que los hábitos alimentarios se afianzan. Y estas costumbres saludables empiezan en el hogar, en el que los padres son el espejo de los niños; es en la familia que se crean y consolidan los esquemas de alimentación.
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Los merenderos, las cantinas, fuentes de salud
Rojas Villanueva dice que la actividad intelectual y física de los niños en edad escolar demanda tipos muy específicos de nutrientes. De hecho, el rendimiento de los pequeños está en parte relacionado a que su organismo reciba la cantidad y calidad de nutrientes imprescindibles para su desarrollo normal. De ahí la importancia de preparar meriendas saludables o de contar con cantinas compuestas por aquellos alimentos que suplan las necesidades biológicas del pequeño.
Ahora bien, ¿cómo preparar un merendero nutritivo? “Una merienda nutritiva incluye todos los nutrimentos esenciales para ese niño que está en pleno crecimiento; los alimentos deben contribuir al mejor desarrollo y bienestar del estudiante. Debe contener lácteos, frutas, agua y cereales”, expresa la nutricionista.
Debe estar compuesta también de alimentos ricos en calcio, como leche, queso y yogur, que ayudan al desarrollo de huesos sanos hasta aproximadamente los 18 años. También hortalizas que son ricas en vitaminas A, C y D, minerales como el potasio (jugo de piña) son importantes para el desarrollo muscular y un crecimiento normal, por lo que también deben ser incluidos. Introducir, además, todos los días alimentos ricos en vitamina C; preferir las frutas frescas como mandarinas, naranjas y piñas en pedazos, manzanas, peras, pues son más fáciles de comer. Otras frutas que pueden servir son las ciruelas, ricas en hierro y buenas aliadas para combatir el estreñimiento. Seleccionar panes de harina integral. Si al niño le gustan los alimentos más crujientes, puede ofrecerle cereales enriquecidos, como las barritas de cereal. Los sándwiches preparados con pan integral son otra alternativa sabrosa y nutritiva. Para complementarlos, añada lechuga, tomates y queso bajo en grasa.
¿Qué hacer con los niños que no llevan merienda?
Los niños de hoy día son cada vez más despiertos, por eso es posible que cuando cumplan los siete años de edad o tal vez más, se rehúsen a llevar merenderos y prefieran “comprar la merienda”. En este caso, lo recomendable es enseñarles a los hijos a elegir en la cantina del colegio alimentos que sean saludables.
Atendiendo a esta realidad es que el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) se encuentra trabajando fuertemente en la promoción de alimentación y estilos de vida saludable. Para ello cuenta con ciclos de capacitaciones y sensibilizaciones en diferentes áreas, una de ellas es la “cantina escolar”.
Con la finalidad de contar con instituciones educativas más saludables, la cantina constituye un espacio fundamental para la promoción de una alimentación adecuada. Es por ello que el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social conjuntamente con el Ministerio de Educación y Cultura, de manera coordinada entre las distintas direcciones Generales y programas, elaboraron una herramienta de apoyo para implementar una cantina saludable. Y los requisitos para que una cantina escolar sea saludable tienen relación con la cantidad de personas a cargo, la infraestructura e higiene del lugar y los alimentos ofrecidos. Se recomienda que al menos dos personas estén al frente del servicio, que velen por la seguridad de los alimentos que estarán al alcance de los niños y que además cumplan con las normas de manipulación y conservación correcta de estos alimentos, para evitar su contaminación y, por ende, las enfermedades transmitidas por alimentos, que se manifiestan con diarreas, vómitos, fiebre, dolor de cabeza, e incluso la muerte, en casos graves.
Otra de las recomendaciones del INAN es que las cantinas, en lo posible, deben limitar la oferta de frituras, alimentos muy elaborados, envasados y con alto contenido de sal o de azúcar. Sugieren promocionar los alimentos naturales como las frutas, verduras, jugos naturales, agua, ensaladas de frutas, sándwiches de verduras, todos ellos preparados en el día y que no estén al aire libre, al alcance de moscas y otros insectos.
Con esta iniciativa pretenden incentivar, desde chiquitos, estilos de vida saludables y alimentación sana para cuidar de la salud y prevenir algunas dolencias. “Una mala alimentación desde temprana edad, sin dudas, puede desembocar en diabetes, prediabetes, hipertensión arterial, obesidad, problemas renales, desnutrición, colesterol e incluso algunos tipos de cáncer”, indica Rojas Villanueva.
El poder del ejemplo
Los niños aprenden de los padres hasta el hábito de comer, por eso es importante que les enseñen a alimentarse. En este sentido, debemos considerar pertinente que reflexionemos y veamos qué estamos haciendo mal y cómo mejorar para llevar un estilo de vida más sano y estar aquejados de menos enfermedades.
Hacer selecciones acertadas en cuanto a la comida que se consume requiere del entendimiento de los beneficios que los niños y adolescentes pueden adquirir. La selección de meriendas escolares adecuadas, nutritivas y equilibradas debe ser basada no solo en su sabor y apariencia. El valor nutritivo en relación con las calorías es un importante indicador de se está aprovechando al máximo los nutrientes contenidos en los alimentos seleccionados en las meriendas escolares.
La importancia de realizar una merienda saludable en los niños gira en tres puntos básicos:
Es difícil para los niños y adolescentes mantenerse sin comer por largos períodos de tiempo porque:
Tienen un estómago pequeño.
Tienen un crecimiento acelerado.
La merienda programada en horarios ayuda a disminuir el hambre y evitar problemas digestivos como: gastritis, mala digestión y la ansiedad por comer. Contribuyen con una variedad importante de nutrientes en la dieta, ya que está constituida por los siguientes grupos de alimentos: cereales, lácteos, frutas, vegetales, proteínas y grasas saludables.
Características que debe cumplir una merienda saludable
• Debe ser una contribución nutritiva real a la dieta.
• Debe ser planificada de acuerdo al horario de comidas regulares.
• Debe tener un aporte de calorías al valor total diario.
• La merienda debe ser fácil de obtener.
Es importante tener en cuenta los alimentos predilectos de los niños. Sin embargo, es el adulto quien debe definir en todos los casos los componentes del merendero. Las visitas al supermercado permiten educar a los niños y dar a conocer el porqué no pueden ser seleccionados algunos productos ricos en calorías para las meriendas escolares. Es importante aclarar que la merienda no debe ser una versión de un plan de reducción de peso de la madre, sino debe contener calorías y nutrientes indispensables para los niños, ser creativa y que no genere riesgos para la salud. La temperatura y el uso de depósitos adecuados harán que la conservación de los alimentos se mantenga hasta ser consumidos, evitando que agentes microbianos puedan generar mal sabor y, en el peor de los casos, una intoxicación alimenticia. El agua también debe formar parte de la merienda escolar. Los niños deben aprender que el agua calma la sed y no aprender a calmar la sed solamente con refrescos o gaseosas.
Ejemplos de meriendas
Brocheta de fruta fresca con yogur.
1 naranja limpia, sin piel, troceada.
3 rodajas de piña natural troceadas.
1 manzana colegiala troceada.
Preparación. En un tazón, incorporar toda la fruta troceada, mezclar y reservar en el refrigerador por una hora para unificar sabores. Intercalando colores y sabores, insertar en brochetas de madera.
Sándwich vegetal con pan integral.
2 rebanadas de pan integral.
Hojas de lechuga.
Rodajas de tomates.
1 huevo duro.
1 cucharadita de margarina vegetal.
Preparación. Unte las rebanadas del pan con la margarina. Encima del pan, coloque las hojas de lechuga, rodajas de tomate y el huevo duro. Coloque la otra rebanada de pan y prense ligeramente. Corte el sándwich en dos mitades. Envuelva en papel de aluminio y coloque en el merendero del niño.
Ejemplo de menú semanal
Lunes: 1 pote chico de yogur con cereales (puede ser avena, granola).
Martes: 1 sándwich de verduras hecho con pan integral y 1 vaso de jugo de fruta natural.
Miércoles: 1 porción de brochetas de frutas (ver receta más arriba).
Jueves: 1 sándwich de queso. 1 botellita de agua.
Viernes: 1 compotera de ensalada de frutas o 1 fruta de estación (puede ser banana, manzana, pera).
La nutricionista recomienda poner en el merendero de su niño alimentos que le agraden. “De nada sirve enviarle unos vegetales o frutas que rechace consumir. Hay que usar la creatividad e ingenio. Variar los alimentos y presentarlos de forma atractiva. Por ejemplo, cuando corte los alimentos, dele alguna forma de animal o flores. No se deje llevar por el impulso de ofrecerle lo primero que encuentre en las góndolas del supermercado. No todo lo que se exhibe es saludable”.
El INAN recomienda para los niños de 10 años en adelante:
Lunes: Sándwich de queso y lechuga y 1 vaso de jugo de fruta natural.
Martes: 1 yogur con cereal.
Miércoles: 1 yogur con fruta de estación.
Jueves: 1 taza de leche con 2 cucharadas de cereal.
Viernes: 2 frutas de estación.
