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Incursionar como movilera radial, primero; luego, actriz de televisión y, más tarde, de teatro fue algo que realmente sentía. No fue una decisión. Recuerda que desde muy pequeña siempre consideró el deseo de ser actriz, y ese anhelo no cambió nunca. “Primero fue la danza. Siempre me sentí cómoda en el escenario. Más tarde miré con interés la actuación, cuando le acompañé a mi hermana a una obra. En los actos culturales del colegio siempre estaba presente. Mi familia ayudó a afianzar ese camino, a fortalecer mi norte en este mundo que me apasiona”, cuenta Leti.
Si bien se considera tímida, es en las tablas cuando gana arrojo y audacia.
“Me cuesta mucho hablar en público, ¡increíblemente!”, exclama. Y continúa: “Siempre necesito como una máscara que me proteja, y eso te da el teatro”.
El teatro le aporta tiempo para poder profundizar en los personajes, cercanía con los compañeros de trabajo y una relación directa con el público. “Me siento cómoda y eso se va logrando con la experiencia. Los comienzos siempre generan cierta ansiedad, que se va perdiendo con los años. En contrapartida, se gana aplomo; una ya no va haciendo de todo un poco a las corridas, sino más bien analiza las propuestas, se va sintiendo más firme”, confiesa.
Se mueve confiada tanto en el drama como en el humor, pero este último género es el más requerido por sus seguidores. “Creo que me sale fácil por mi temperamento mismo... Hablar conmigo seriamente es complicado, ni siquiera en los momentos difíciles”, dice riendo.
Hablando de teatro, el unipersonal Cómo no enamorarse de un boludo culmina en la capital, pero continúa de gira por el interior del país. Feliz con el resultado desde la puesta en escena. “Tuvimos sala llena el primer día y los siguientes, así que más que satisfecha. Desde setiembre iniciamos una gira por el interior del país. Estoy muy contenta”.
Desde su destreza, Leti expresa que hay una necesidad de hacer reír a la gente. “Las personas tratan de aislarse de esa realidad lacerante que, muchas veces, se vive en la sociedad. El entretenimiento ofrece distensión... Reírse es vital; escapar de una realidad que, muchas veces, lastima”, afirma. Realmente, la risa es esencial. Cuando nos va bien, porque es la confirmación de que estamos siendo felices y, en tiempos trágicos, porque es balsámico. En tiempos de desgracia es compensatorio. Así que hoy es un día para reír. El encuentro en la Alianza Francesa, a las 20:00.
Estudios
Tiene estudios realizados en el Instituto Municipal del Arte, innumerables cursos con profesionales del exterior y una estadía de un año en el Uruguay buscando perfeccionar su carrera actoral, de la mano de Arturo Fleitas. El cine es una asignatura pendiente. “Me encantaría”, admite. En total lleva 20 años de realizaciones. “Tuve la suerte de desarrollarme en algo que me apasiona y, en estos últimos años, la suerte también de trabajar en proyectos que me resultan interesantes”.
Es panelista en El Mañanero, No Somos Ángeles y conductora en el programa de radio No hay dos sin tres. Además, fue jurado de Parodiando y ahora retorna a su viejo amor: la actuación. Todavía queda tanto por hacer, quedan muchas ganas de seguir luchando por lo que le gusta, de estar ahí al pie del cañón, de darse mayores impulsos hacia nuevos desafíos profesionales que disfruta de cada puesta en escena, de cada acción. “Los nervios afloran en cada estreno, pero cuando las luces se encienden, me transformo y comienza el disfrute, la entrega... Tengo la felicidad de vivir de lo que me gusta hacer y estoy muy agradecida con esta posibilidad”.
Pero ¿qué hay de la Letizia madre, esposa? “Armar mi familia me llevó a tomar la vida con más responsabilidad. Me gustaba mucho ser inconsciente en varias cosas, era muy divertida mi vida e, incluso, me jactaba de ser una insensata, pero ser mamá de dos hijos y formar mi familia me obligó a reorganizar los compromisos. Hoy te puedo decir que soy una tipa responsable”, expresa riendo.
A la hora de elegir papeles se vuelve más ambiciosa. “Nunca acaricié sueños inalcanzables. Felizmente, se me fueron dando las cosas de forma natural, aunque ahora me encuentro, como ya te decía, en una etapa de tomar al toro por las astas”.
Resume y califica su vida actual en una sola frase: ordenada. “Tengo una vida personal y laboral convencional, con horarios estructurados y tareas bien definidas, tanto en lo personal como en lo profesional; eso me ayuda a no descuidar mis obligaciones”.
No todo está dicho en su vida. “¡Para nada! Estoy ávida de nuevos retos. Contenta con el resultado del unipersonal Cómo no enamorarse de un boludo. La gente compró sus entradas y hubo lleno total; como dirían los argentinos, ‘corto tickets’, y eso está bueno”.
La estrella de la buena suerte le sonríe a la actriz y conductora de tevé. Feliz en el hogar que formó, en el que se va realizando como ama de casa. “Todavía estoy en proyecto, pero me gusta jugar a la casita. Estoy explotando mi ‘Susanita’. Disfruto muchísimo, aunque a veces no puedo y le digo a mi marido: ‘¿Y si me mantenés?’. Me mira con una cara; entonces, me acuerdo que hay que seguir trabajando”, bromea.
En lo laboral, mejor imposible. “Hay tanto para hacer y actuar en mi profesión que, por suerte, no me canso y la sigo eligiendo todos los días”. Hogar, profesión. Dos cosas distintas, pero disfruta cada una en su particularidad.
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Fotos ABC Color/Gustavo Báez/Arsenio Acuña.