María Eugenia Garay, “Soy una gran luchadora”

La escritora María Eugenia Garay recibió a ABC Revista en su residencia para hablar de su mundo literario y cotidiano.

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Desde chica tuvo respeto y aprecio por los libros, actitud que se vio reflejada en los varios textos publicados a lo largo de su vida: libros de poesía, cuentos para niños y jóvenes, textos relacionados a la historia nacional, con premios a su pluma y reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

Ella confiesa que antes de aprender a leer y escribir ya sentía pasión por las historias y, ni bien tomó un lápiz, comenzó a escribirlas. “Desde chica, me expresé a través de la escritura; fui desarrollando una habilidad que es innata... Puedo decir que la cultura siempre tuvo algo especial que me hizo querer estar cerca de ella”, admite la escritora desde su vasta biblioteca particular; su refugio, como ella misma califica. 

Su pluma es diversa. Niños, jóvenes y adultos pasan por su retina, y plasma historias para todas las edades y todo público. Su más reciente publicación es una colección denominada Adagio contra el olvido y está compuesta por tres novelas históricas: La pantera de ónix, La profecía de cristal y Las acequias del tiempo. La primera se centra en el periodo de la Conquista hasta la Independencia; la segunda comienza con la dictadura de Francia abarcando la guerra del 70, y la última propuesta lleva al lector a las revoluciones de comienzo del siglo XX, la Guerra del Chaco, revolución del 47 y la de 1989, hasta la fecha.

Como es su costumbre, todos sus escritos tienen una base de investigación y mucho estudio. “Para esta trilogía, me remonté a la época de la conquista y la colonia, e hice un trabajo investigativo muy profundo. Concreté un sueño al contar la historia de mi familia, la historia del Paraguay... Mi tatarabuela y bisabuela fueron residentas en la posguerra de la Triple Alianza, mientras que mi abuelo y mi padre pelearon en la Guerra del Chaco. En la historia participaron los paraguayos; entre ellos estaban personas de mi familia, así como de muchas otras. Nuestros ancestros son los que lucharon, ya sea en el orden civil con sus ideas y esfuerzos; hombres y mujeres levantaron nuestra tierra desde las cenizas, y nos legaron una patria libre y soberana”, reflexiona.

De conciencia crítica y preocupada por el Paraguay, María Eugenia aboga por el paro de la deforestación del Chaco paraguayo. “No soy economista ni política, pero soy paraguaya y es preocupante la deforestación que estamos sufriendo. Tenemos que pasar a la acción, tiene que haber voluntad política y acción concertada entre todos los sectores y niveles; todos somos responsables y debemos aportar nuestro grano de arena en este tema, cuya pérdida es imposible de medir y va más allá de lo meramente forestal. El efecto de la deforestación para las personas y el medioambiente es serio y de enorme alcance, ya que cuando los bosques y árboles desaparecen se llevan consigo sistemas enteros de suelo y agua, a menudo, de forma irreversible”, analiza la escritora.

En su casa tiene un pequeño “bosque” de árboles, plantas y flores; también, es uno de sus entornos preferidos y espacio de inspiración, aunque esta, a veces, llegue sin avisar. Entonces, toma lo que tiene a mano, así sea una servilleta, y escribe, escribe y escribe. “No hay una hora específica para la escritura; cualquier tiempo y momento es bueno. Cuando aparece la chispa, no hay que apagarla”, admite.

Sus días son tranquilos. Desayuna temprano y sale a caminar; generalmente, el Seminario es el lugar elegido. Luego, vuelve al hogar, comparte con la familia y cumple con los compromisos agendados. Se considera una gran luchadora. “¡Al nacer ya morí y volví a vivir! Tragué el líquido amniótico y me tuvieron que revivir con electroshock, así que ya en mis primeros minutos de vida estuve luchando”, cuenta sonriendo.

Satisfecha y agradecida con la vida y Dios. “Soy católica, tengo mucha fe en Dios y estoy muy agradecida con la vida, los historiadores anteriores a mí, todos los protagonistas que escribieron sus memorias, todas las personas que ayudaron a cristalizar mis historias, gracias de corazón. No me visto con plumas ajenas”, asegura.

Sus sueños, en este nuevo año, son seguir aprendiendo e ir cruzándose con proyectos interesantes del mundo del papel.

Perfil

• Si tuvieras que escribir un libro con otro escritor o escritora, ¿quién sería?: Jorge Luis Borges.

• ¿Qué solés escribir en los libros, al firmar?: invito al lector a internarse en ese nuevo universo.

• Tu libro de cabecera: ¿Qué referencias dar a nuestros hijos en un mundo tan desorientado?, de Jean Luc Aubert.

• Escritores que te inspiran: es difícil resumir a los muchos escritores que me inspiran.

• Tu palabra favorita: esperanza.

• El mejor consejo que te dieron: “No te sientas vencido ni aun vencido”, poesía de Almafuerte.

• Tu punto débil como escritora: soy muy crítica con mis escritos.

• Un libro que te hizo llorar: en mi niñez me hizo llorar mucho Corazón, de Edmundo de Amicis.

• Tu frase favorita: una de Alicia en el país de las maravillas: “El secreto, querida Alicia, es rodearte de personas que te hagan sonreír el corazón. Es entonces, y solo entonces, que estarás en el país de las maravillas”.

ndure@abc.com.py 

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