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Lucinda descubrió que la poesía era lo suyo cuando participó en algunos talleres literarios al culminar la secundaria. “Empecé escribiendo en prosa, hasta que mis maestros notaron que esas líneas estaban surcadas por frases poéticas”, refiere. El título de su primer poema fue Oasis en la ciudad. “Ahora la considero mi vocación principal”, asegura.
Egresada del Instituto Municipal de Arte como comunicadora social, posteriormente cursó Periodismo en la Universidad del Norte. “El periodismo siempre fue una opción profesional. Me siento como predestinada a él”, afirma.
Confiesa que, para escribir poesía, le ayudó mucho la lectura no solo de poetas, sino de narradores y ensayistas. “Entre los autores internacionales, William Faulkner, Erich Fromm, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda y César Vallejo y, entre los nacionales, Félix de Guarania, Juan Manuel Marcos y Meybell Lebrón contribuyeron a que alcanzara un estilo propio”, indica.
Siendo aún estudiante de Periodismo, ganó el primer premio en el concurso de cuentos cortos de UniNorte con La cárcel de la esquina, pero para entonces ya tenía una vasta trayectoria en poesía y cuento, por lo cual revela que se siente identificada con ambos géneros. “La poesía y el cuento son mi soporte, y los considero además herramientas fundamentales para mi profesión de periodista”, revela.
Cuenta que su familia la apoyó siempre en su decisión de ser periodista y, sobre todo, poeta. “En casa hay diversidad de profesiones, creencias e ideales. Mis hermanas son maestras. Casi completé la trilogía”, comenta y agrega que así como el periodismo es una vocación irrenunciable, la poesía, un matrimonio indisoluble. “Mis padres y hermanos respetaron mi decisión, pero a las que más les agradezco son a mi mamá y a mi hermana mayor, Ángela; son mis mayores críticas. Recuerdo que cuando escribí en una noche el cuento La cárcel de la esquina, sus sugerencias me ayudaron a pulir la versión final”, refiere.
¿Cómo calificarías tu poesía? “No me agrada atribuirme calificativos. Me emocionan y alientan las palabras de Juan Manuel Marcos en el prólogo de mi poemario Signos del misterio, que lancé en su taller literario en 2012: ‘La poesía de Lucinda Barrientos contiene ese destino de estar prohibida para siempre por todos los dictadores’”, afirma y explica que su poesía discute, acusa y apunta contra la devastación, el engaño y la falsedad de una antijusticia obtusa y embustera. “Habla del amor desde todas sus aristas, proponiendo a los lectores enigmas y verdades”, añade.
Atenta a todo lo que le rodea, sus primeros temas exponían la discriminación en todas sus presentaciones, la iniquidad imperante, la pobreza, el despotismo, los conflictos familiares. Asegura que escribir para ella es una necesidad. “La inspiración surge en cualquier momento. Las ideas germinan de sucesos cotidianos y de los personajes de mi entorno”, detalla. Algunos de sus cuentos, por ejemplo, son el resultado de investigaciones históricas, como Entre fusiles y pólvora, que relata episodios de la Guerra del Chaco.
Manifiesta que la experiencia adquirida en los talleres literarios fue un cimiento para su carrera literaria. “La labor grupal en la reconstrucción de ideas fortalece el desarrollo creativo”. Tanto fue así que desde el 2007 comenzó a publicar sus creaciones en volúmenes colectivos. Sus primeras creaciones fueron incluidas en la antología de poemas del taller literario dirigido por el escritor Victorio Suárez.
Declara que escribir sobre temas sociales es como aglutinar en sus obras la voz de una sociedad que pide auxilio. “Soy una escritora comprometida con su país, que utiliza su oficio literario para denunciar los problemas sociales de su medio y espero con mi poesía proyectar al mundo verdades incandescentes”, puntualiza.
Como profesional, aspira a varias metas, como tener su propio programa de radio, ser colaboradora en un medio escrito, donde pueda opinar sobre temas varios. “No soy apasionada de la televisión, pero si tuviera la oportunidad, la aceptaría. Quiero ejercer esta profesión, para la cual me he preparado desde hace ocho años”, destaca.
Barrientos aconseja a sus compañeros de generación que los avatares, los cortocircuitos, la falta de recursos o las maldiciones que lancen los personajes de la vida nunca deben deteriorar su deseo de superación. “En lugar de evaporar los sueños, nos deben ayudar a fortalecer la voluntad. Nunca dejemos de leer, porque el mundo está lleno de obras magníficas”, concluye.
Minibío
Hija de Miguel y Ramona, Lucinda Barrientos Pérez nació en Asunción, el 14 de octubre de 1985. Es hermana de Ángela, Mercedes, José Félix y Carlos. Escritora y periodista, ha sido galardonada con numerosas distinciones académicas y literarias, como el primer premio de UniNorte por su cuento La cárcel de la esquina, en 2009; el segundo premio para adultos “Jorge Ritter” por su cuento El tenebroso de la colina, y la Mención Especial Académica de las distinciones de la Municipalidad de Asunción a la excelencia juvenil en setiembre de 2012. Publicó su poemario Signos del misterio en 2012 y contribuyó en volúmenes colectivos de poesía como Impulsos enigmáticos, Alegoría a la sátira, Travesías de la tinta y Tras el pulso del verso, y ahora está preparando un libro de cuentos.
Actualmente, se desempeña como ejecutiva del Decanato de Currículum de la Universidad del Norte, y ejerce su profesión en programas como UniNorte TV y Cosas que importan, de radio Ñandutí.
“La inspiración surge en cualquier momento. Las ideas germinan de sucesos cotidianos y de los personajes de mi entorno”.
“Nunca dejemos de leer, porque el mundo está lleno de obras magníficas”
mpalacios@abc.com.py