Se dice que el poder desgasta, pero -tras permanecer 60 años en el trono- la reina Isabel II está viviendo una popularidad récord. Para el 69 por ciento de los británicos, el Reino Unido empeoraría con una hipotética desaparición de la monarquía y solo el 22 por ciento considera que sería mejor una república, según publicaba recientemente el periódico The Guardian.
Quizás por eso durante las celebraciones del Jubileo de Diamantes se escuchará con mayor énfasis la frase, tan manida pero ahora tan pronunciada, de “God save the queen”
(Dios salve a la reina).
Según la consultora ICM, este es el mayor apoyo a la familia real que se conoce desde 1997, año en que se comenzaron a realizar estas consultas, y añade el dato que solo el 10 por ciento de los entrevistados preferiría elegir a un jefe de Estado en vez de a un nuevo monarca.
En definitiva, los Windsor siguen teniendo un gran tirón y, con motivo del Jubileo de Isabel II, habrá celebraciones nacionales entre el 2 y el 5 de junio, entre ellas fiestas callejeras y un desfile de más de mil barcos por el río Támesis.
Además, para quien quiera conocer más detalles sobre esta familia, un total de 43.000 páginas de los diarios privados de la reina Victoria (1819-1901), que revelan sus sueños, pensamientos y opiniones políticas, han sido digitalizadas con motivo del Jubileo.
“Estos diarios cubren el periodo desde la infancia de la reina Victoria hasta su ascensión al trono, su matrimonio con el príncipe Alberto y, después, sus Jubileos de Oro y de Diamantes”, indica Isabel II en un mensaje desde la página donde se podrán buscar estos archivos: www.queenvictoriasjournals.org/home.do.
La reina Isabel II también destaca la importancia de difundir este material teniendo en cuenta que la reina Victoria fue la primera monarca del Reino Unido que celebró un Jubileo de Diamantes.
Pero, ¿quiénes son los Windsor?, ¿de dónde proceden?, ¿por qué tienen este apellido?
La casa real de los Windsor tiene orígenes británicos, por la reina Victoria, de la Casa Real de Hannover, pero también alemanes, pues esta monarca contrajo nupcias, en 1840, con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha (1819-1861), que había nacido cerca de la localidad germana de Coburgo y era hijo de Ernesto I, duque de Sajonia-Coburgo-Gotha.
El hijo de la pareja real, Eduardo VII (1841-1910), ya tomó el apellido de su padre, dándose por concluido el reinado de la Casa de Hannover en el Reino Unido.
A Eduardo VII le sucedió su hijo Jorge V (1865-1936), quien condujo los destinos del Imperio británico desde 1910 hasta 1936.
Este monarca vivió los años de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y, precisamente, en los últimos tramos del conflicto que Inglaterra, entre otros países, había mantenido con Alemania, consideró conveniente variar la denominación de Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha por el de Windsor.
El 17 de julio de 1917, el rey decidió que todos los descendientes de la línea masculina de la reina Victoria llevaran el nombre de Windsor. Este nombre lo adoptaron por el palacio que tiene la familia en esa ciudad al oeste de Londres, construido por Jorge III (1738-1820), sobre el emplazamiento de una residencia empleada por los reyes desde el siglo XI.
Pero se cambió no sólo el nombre de la Casa o dinastía, sino que también se adoptó como apellido de la familia. Y, aunque la reina Isabel II lo confirmó al coronarse, tras su matrimonio con Felipe de Mountbatten, duque de Edimburgo, desde 1960 sus descendientes directos, aquellos que poseen el título de alteza real, llevan el apellido Mountbatten-Windsor.
Los Windsor es una de las dinastías más peculiares de las monarquías europeas de los últimos siglos y su historial de anécdotas y curiosidades comienza en diciembre de 1936 cuando se conoció la historia de amor más impactante del siglo XX: el rey Eduardo VIII, que ocupó el trono poco más de diez meses, se había enamorado de la divorciada norteamericana Wallis Simpson y abdicó.
A este monarca de breve reinado le sucedió su hermano Jorge VI, una figura popular gracias al filme “The King’s Speech” (2010), que era tartamudo y se casó en 1923 con Lady Elizabeth Bowes-Lyon –la reina madre-, de cuya unión nacieron Isabel II y Margarita.
Isabel se casó el 20 de noviembre de 1947 con el teniente Felipe Mountbatten, hijo del príncipe Andrés de Grecia y de la princesa Alicia de Battenberg y, tras el fallecimiento del rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, fue coronada en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953.
Felipe e Isabel forman una pareja muy unida que ha tenido que vivir muchas jornadas duras en estos 60 años de reinado.
La hermana de la reina, Margarita (Escocia, 1930-Londres, 2002), se casó en 1960 con el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, conde de Snowdon, con quien tuvo dos hijos y del que terminó divorciándose dieciocho años más tarde, tras conocerse que el capitán Peter Townsend fue su gran amor y a quien tuvo que renunciar debido a la presión de su familia, la Iglesia y la clase política.
Pero el divorcio que vivió Margarita también ha sido el camino que han seguido los propios hijos de Isabel II: Carlos, el príncipe de Gales; Ana y Andrés.
Sin duda la historia de amor y desamor de Carlos y Diana, príncipes de Gales, es la que más información ha generado desde su enlace hasta su divorcio, en 1996.
El 29 de julio de 1981, quinientos millones de personas vieron por televisión cómo Diana Spencer daba el “sí, quiero” al príncipe de Gales con un vestido en raso blanco, repleto de lazos y volantes.
De la relación de Carlos de Inglaterra y Diana nacieron Guillermo Arturo Felipe Luis, el príncipe heredero, el 21 de junio de 1982, y Enrique Carlos Alberto David, el 15 septiembre de 1984.
Pero esta aparente historia de amor se transformó en pocos años en ataques y escenas de celos, con medios de comunicación como testigos. Las causas fueron diversas, aunque la relación de Carlos de Inglaterra con Camila Parker Bowles, su actual esposa, fue uno de los detonantes.
Todo concluyó con la dramática muerte de Lady Di en París, en agosto de 1997, junto a su amante Dody Al Fayed, unos acontecimientos que, justo al contrario de lo que se produce en el Jubileo de Diamantes, supusieron la mayor crisis que ha sufrido la Corona británica, poniendo sobre el tapete el papel de todas las monarquías europeas.
El 8 de abril de 2005, el príncipe Carlos se volvió a casar, esta vez con Camila Parker Bowles, actual duquesa de Cornualles, con quien vive feliz en su madurez.
Por su parte, el tercer hijo de Isabel II, Andrés, duque de York, se casó en 1986 con la aristócrata Sarah Ferguson. Tuvieron dos hijas, Beatriz y Eugenia, pero tras seis años de vida en común y varios escándalos amorosos, la pareja anunció su separación el 19 de marzo de 1992.
Eduardo, el hermano pequeño del príncipe de Gales, que ocupa el quinto puesto en la línea directa de sucesión al trono, vive feliz desde que inició su relación sentimental en 1993 con Sophie Rhys-Jones, que acabó en boda. Son padres de Luisa y Jacobo.
Y la gran esperanza y la savia nueva de la casa Windsor pasa por Guillermo, el hijo mayor de Carlos y Diana, quien vive una prolongada luna de miel con su esposa, Kate Middleton, desde que contrajeron matrimonio el 29 de abril de 2011 en Londres.
Ahora la abuela de Guillermo celebra su Jubileo de Diamantes en su máxima popularidad y con la idea de que tiene una línea de sucesión dinámica tras el matrimonio de su nieto favorito y con la mente puesta en su pueblo que, ahora sí, apoya la figura de la monarquía de forma mayoritaria.