Cargando...
Hace menos de tres meses, los veterinarios Diego Ayala y Nelson Scappini, del Zoológico de Asunción, encargados del refugio de felinos de la Fundación Maris Llorens, se dieron cuenta de que había algo raro en Turka, la tigresa de bengala que habita en el parque tras ser incautada por Aduanas, junto a otros seis felinos de la misma especie. Grande fue la sorpresa cuando confirmaron que se trataba de un embarazo, pero más aún se sorprendieron el mediodía del 8 de noviembre de 2013, cuando nacieron ¡tres crías!
Durante el embarazo no se practicó ninguna ecografía ni otros estudios a la tigresa, ya que esto suele traer complicaciones en el desarrollo de los cachorros, por lo tanto, los encargados ignoraban lo que les esperaba. Los tres nacieron sanos y desde el principio se alimentaron regularmente, según el Dr. Ayala. “Gracias a Dios son tres bendiciones que vinieron al Zoológico este año”, expresó.
Las crías comenzaron a salir de las jaulas recién un mes después del nacimiento. Durante este tiempo, el contacto con personas fue casi nulo. Según el encargado, esto es para evitar que quede impregnado en los cachorros el olor a humanos y esto genere el rechazo de la madre. Pero esto no pasó y lentamente van conociendo más el exterior, pero siempre con un estricto control profesional.
El mayor inconveniente se dio en los primeros días, ya que en esta especie se suelen dar casos en los que la madre, al tener varias crías, se acuesta sobre alguna de ellas y las aplasta. Turka varias veces lo hizo, pero gracias al control permanente se pudo evitar desgracias.
Los pequeños, un macho y dos hembras, fueron bautizados como Thor Agustín, Jade y Victoria. Sus nombres fueron elegidos a través de una consulta popular en redes sociales y el segundo nombre del macho fue escogido por Llorens en homenaje al hijo de Ayala, que está por nacer.
Para reforzar los nutrientes que recibían de la madre, desde las primeras semanas se empezó a dar a los cachorros una leche de uso veterinario, que en realidad en nuestro medio se implementa para perros y gatos, pero cuyos componentes aportan todas las vitaminas y minerales requeridos para el desarrollo adecuado de estos tigres.
Actualmente los pequeños, que desde su nacimiento tienen cuidadores durante las 24 horas, los siete días de la semana, empiezan a dar sus primeros pasos fuera de la jaula. Recorren el patio del refugio, juegan y se refrescan en las canaletas de agua fresca y limpia. Reciben todo el tiempo las muestras de cariño de su madre Turka y de su padre, Jasim, con quienes también practican sus rugidos.
Nacimiento y récord
El nacimiento de los cachorros se constituye en un hecho histórico, ya que es la primera vez que se da un embarazo natural en cautiverio en nuestro país, más aún de esta especie, que está en vías de extinción e incluso está protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, conocida como Cites, por sus siglas en inglés. Todo esto es un gran incentivo para los integrantes de la fundación Maris Llorens y del Zoológico, según Ayala, ya que es una muestra de que se está trabajando de manera correcta con los animales.
Hasta hoy, las crías no tuvieron ningún inconveniente de salud y aunque, por la restricción propia de la situación, no pudieron ser pesados al momento de nacer, se puede ver que su desarrollo se da acorde a los estándares habituales.
Según los cuidadores, la presencia de los pequeños incide positivamente hasta en el estado de ánimo de los demás habitantes del refugio, como Sandokan, el mayor de la “manada”, que tiene ya cerca de 23 años y en pocos meses más podrá ingresar a los registros del Record Guinness como el tigre de bengala más longevo que vive en cautiverio.
El refugio
A principios del mes de agosto de 2012, nueve tigres de bengala y siete leones africanos fueron abandonados en la aduana paraguaya por no poder pasar a territorio argentino por falta de documentaciones. Tras una larga intervención judicial, se resolvió donar los ejemplares a la Fundación Maris Llorens, que firmó un convenio con la Municipalidad de Asunción para usufructuar el predio y construir una leonera con todas las comodidades para que estos animales vivan tranquilos.
Tras la muerte de las tigresas Hermosa –en una pelea– y Tina –tras una larga enfermedad–, el grupo había quedado reducido, pero ahora aumentó. En el refugio viven también los leones africanos –cinco hembras y un macho– que quedaron tras la muerte de la leona Esther.
Todos se alimentan con carne vacuna de primera calidad. “Todos los días llegan raciones de excelente calidad y dos veces a la semana se les da cabezas de vacuno para que puedan jugar y entretenerse”, explicó el Dr. Ayala.
El profesional indicó que aún no saben cuándo los cachorros podrán ser visitados por el público, pero de acuerdo a su desarrollo será muy pronto, aseguró.
mbareiro@abc.com.py