Los hombres pasan, las instituciones quedan

A veces, también las instituciones pasan… por encima de los hombres y se quedan con su dinero, como suele suceder cuando quiebran bancos y financieras.

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Así pasó con Enron y Worldcom, dos grandes empresas estadounidenses que protagonizaron uno de los mayores escándalos financieros de la llamada globalización de capitales. Enron, la más importante empresa distribuidora de energía, ocultó durante años pérdidas millonarias hasta que quebró en diciembre de 2001. Sus pasivos ascendían a más de 30 mil millones de dólares. Las pérdidas de este fraude llegaron a los 63.400 millones de dólares y 21.000 personas alrededor del mundo se quedaron sin empleo. Es lo que dicen los datos que se pueden encontrar en la red.

La eficiencia y la nobleza de las instituciones las hacen los hombres y las mujeres que trabajan en ellas. Si las personas que componen las instituciones son inescrupulosas, la corrupción tiene su imperio asegurado. La mayor estafa piramidal de la historia la protagonizó en el 2008 una persona con nombre y apellido: Bernard Madoff.

Considerado el preferido de las élites de Wall Street, construyó durante años una impresionante mentira financiera. "No es que operara bajo el radar. Es que construyó el radar", indican fuentes del sector en un intento por entender cómo pudo mantenerse activa durante tanto tiempo esta trama, un fraude de tipo piramidal en el que los primeros inversores son pagados con el dinero que recaudan de las últimas víctimas.

Impresionante caso de fraude financiero que hizo tambalear a Wall Street e hizo desaparecer 50.000 millones de dólares. Me pregunto cómo es que los hombres, que se autoconsideran los paladines del raciocinio y la inteligencia, se dejaron embaucar tan fácilmente por un señor cuyo apellido es Mad (loco) off. Bueno, off es para nosotros la marca de un repelente.

Por estos lares apareció un émulo de Madoff que, con las mismas artimañas, vacunó con Tuti a unos cuantos venerables hombres de negocios y puso a un banco de plaza en el banquillo de los acusados. Así como están las cosas, la frase podría transformarse de la siguiente manera: Los hombres pasan, las instituciones les pasan por encima, mientras que las mujeres llegan para quedarse y mejorar las instituciones y el mundo.

Por favor, señores, den un paso al costado y permitan que las mujeres gobiernen y administren el planeta. Turn off.  
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