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“Es un hobby, pero una vez que lo agarrás, es muy difícil de parar”, dice Mateo Chica, quien a sus 14 años es el primer campeón de Speedcubing (armado veloz del cubo), en nuestro país. Mientras habla, sus manos siguen moviéndose ágiles para formar los seis lados de la pieza. Por la destreza de sus movimientos, se podría decir que lo hace de memoria. Su promedio es de 20,33 s y se enfrentó a otros 100 participantes en el Salón de Juegos del Centro de Estudiantes de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, en el Campus de San Lorenzo.
Gustavo Riveiro, uno de los organizadores, explica que esta competencia fue la primera de su tipo realizada oficialmente en nuestro país. “En principio, el número de participantes que esperábamos no llegaba a los 50. Pero con la difusión, empezaron a llamar desde distintos puntos del país y, rápidamente, superamos las 100 preinscripciones”, dice.
Durante el certamen, pudimos comprobar que el nivel que se maneja en el Paraguay no tiene nada que envidiar a otros países, explica Riveiro. Añade que para esta competencia se habilitaron dos categorías: profesional y principiantes, porque varios no se animaron a competir entre los más veloces. Sin embargo, terminaron uniéndose ambos grupos porque todos mostraron un magnífico desempeño.
Riveiro, quien organizó el evento junto con Elías Acosta, comentó que tuvieron apoyo de la Facultad Politécnica de la UNA y que, debido a los últimos inconvenientes, tuvieron que cambiar la fecha en reiteradas ocasiones, lo que hizo que varios preinscriptos no pudieran asistir.
Mateo, junto con su hermano gemelo, Crístofer, descubrió esta afición hace un par de meses a través de un documental emitido por televisión. En principio, le pidieron a su papá, Hernán Chica, que les comprara uno de los juguetes básicos que se venden en cualquier centro comercial, pero con el tiempo —y a medida que iban descubriendo más modelos y técnicas, principalmente a través de tutoriales en YouTube— la familia se vio obligada a ir ampliando la colección.
Los adolescentes explican que hay varios tipos además del tradicional. Se distinguen por los materiales con los que están hechos, por medidas, colores, incluso, en algunos casos no se arman por colores, sino por formas. “Es un juego que sigue evolucionando y ganando adeptos en todo el mundo”, explica Riveiro, quien además está empezando a formar el Club de Cubos, para reunir a todos los fans en el Paraguay y poder realizar competencias oficiales a nivel internacional, en un futuro no muy lejano.
Hernán y Esther, padres de los gemelos, comentaron que están muy contentos desde que sus hijos descubrieron esta afición. “Hemos comprobado que, inicialmente, fue algo que los alejó de sus teléfonos celulares, cosa que nos pareció fantástica. Pero, fundamentalmente, vemos que les ayuda a desarrollar su inteligencia en un ambiente sano, alejados de los vicios en los que, lastimosamente, se desenvuelven numerosos adolescentes hoy en día. Ahora, incluso, lograr que se despeguen de sus cubos nos cuesta”, dice la mamá.
Los resultados de la competencia en nivel principiante fueron: Nivaldo Escurra, primer puesto con 1 min 52 s, y Guadalupe Luján González, segundo puesto con 2 min 22 s. En el nivel avanzado fueron ganadores: Mateo Fernando Chica, primer puesto; Víctor Ayala, segundo puesto y David Arturo Díaz, tercer puesto.
Un juego de genios
El juego fue inventado en 1974 por el profesor de arquitectura Erno˝ Rubik, quien estaba obsesionado con las figuras geométricas y hoy, a sus 71 años, sigue innovando esta pieza que lo hizo millonario. El primer prototipo constaba de 27 diminutos cubos que giraban a todas las direcciones sin desintegrarse.
Además, jugar con este cubo es considerado como una “gimnasia” para el cerebro, ya que aporta beneficios, como el desarrollo de la inteligencia espacial o capacidad de procesar información en tres dimensiones: razonamiento lógico, concentración y memoria. En el mercado se pueden conseguir Rubiks en distintos precios, de acuerdo a la calidad.
Los hermanos Chica nos explicaron que uno de los secretos es no intentar armar el cubo por colores, sino por niveles, a través de sus filas, cuyos centros son los que determinan qué color irá en cada carilla. “Pero no es fácil entender sin ver un paso a paso, por lo que una buena recomendación es recurrir a los tutoriales de YouTube para aprender las fórmulas básicas, luego cada uno debe ir practicando y desarrollando su potencial. Una vez que se logra, es muy sencillo”, dice Mateo.
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Fotos ABC Color/David Quiroga.