Lluvia de meteoros

Conocer el universo representa un gran desafío para nuestra civilización. Entender los procesos físicos y químicos de los planetas, estrellas, galaxias, etc., siempre es una búsqueda gigante de respuestas a preguntas difíciles. Pero, actualmente, hay más investigaciones y avances en materia astronómica y astronáutica: tenemos a una microsociedad humana viviendo en la Estación Espacial Internacional, a alrededor de 400 km de la Tierra, y nuestra sonda Voyager 1 ya se encuentra en la frontera del Sistema Solar.

Algo que está al alcance de todos son las lluvias de meteoros, comúnmente conocidas como el conjunto de estrellas fugaces, aunque no son estrellas ni vienen de ellas. Un meteoro es en realidad un fenómeno que se produce en nuestra atmósfera, producto de la entrada de un meteoroide que se calienta y vaporiza, dejando gases que se ionizan y, por lo tanto, brillan.

Los meteoroides son cuerpos menores del Sistema Solar de fragmentos de cometas, asteroides o satélites naturales que fueron lanzados al espacio o simplemente forman parte de restos cósmicos. Pueden llegar a medir hasta 50 m de diámetro. Por su parte, los meteoritos son meteoroides que alcanzaron la superficie terrestre sin desintegrarse y son los únicos cuerpos extraterrestres estudiados por los científicos de nuestro planeta.

Para Rodrigo Ríos, astrofotógrafo y miembro de Astronomía Paraguay, la lluvia de meteoros es uno de los espectáculos astronómicos más impactantes, ya que se pueden ver a simple vista y no se necesitan de instrumentos ópticos especiales, a la vez de no representar peligro alguno para la salud ocular. Para el aficionado no cuesta tanto tomar fotografías de este fenómeno, puesto que se precisa contar con una cámara que permita fotografiar con tiempos de exposición prolongados (unos 30 segundos), apuntar al cielo y tomar imágenes hasta que alguna “estrella fugaz” se cruce en la toma.

“La ventaja de hacer astronomía amateur en Paraguay es que podés conocer gente muy interesante y tan apasionada por la astronomía que no sabías que existían en el país, hasta que te metés dentro de uno de los cinco grupos de astronomía que existen en todo el territorio nacional. La desventaja sería el poco o casi nulo interés que las autoridades del Estado dan a esta ciencia; estamos muy atrasados en comparación a los países vecinos”, señaló Ríos.

Por su parte, Óscar Galeano, astrofotógrafo del Centro de Difusión e Investigación Astronómica (Cedia), sostuvo que para hacer astrofotografías de meteoros se debe tener mucha paciencia. “Se pueden utilizar desde cámaras compactas hasta cámaras réflex digitales (DSLR). Inclusive, con algo de ingenio y accesorios adecuados, se pueden usar smartphones. Es cierto que armar un equipo para astrofotografías tiene un costo elevado; uno debe adaptar sus equipos para lograr tomas deseadas. Las más sencillas se logran con trípodes y unos cuantos segundos de exposición, o “modo noche” de algunas compactas”, indicó. Resaltó que, para hacer tomas de las lluvias de meteoros, lo más recomendable es ir a no menos de 70 o 100 km de la ciudad, donde no molesten las luces.

“Con la creación de la Agencia Nacional Espacial del Paraguay creo que el país debería dar un gran salto en este sector, ya que somos unos de los pocos países en no introducirse en el campo de la astronáutica. La astronomía en Paraguay está creciendo de a poco, pero creciendo al fin, y creo que cada día más personas están levantando la vista a observar nuestro hermoso cielo sur. Es una ciencia atractiva para cualquier persona”, señaló. Cedia es una de las asociaciones que realiza más actividades de divulgación en el país, cuenta con cursos de verano y de invierno, organiza concursos para niños y observaciones astronómicas. Además, participa de la Semana Mundial del Espacio, una actividad anual propiciada por las Naciones Unidas.

La lluvia de meteoros conocida como “Perseidas” tiene origen en el cometa Swift-Tuttle. Aunque el mismo no se encuentre cerca de nuestro planeta, su cola intersecta la órbita terrestre. Se pasa a través de ella cada año, en el mes de agosto. Pequeños fragmentos de polvo del cometa chocan entonces contra la atmósfera terrestre a 212.000 km/h, el más pequeño fragmento de polvo produce una estela muy luminosa a esta velocidad al desintegrarse el meteoro. Los restos del Swift-Tuttle, vistos desde la Tierra, claro, salen de la Constelación de Perseo, de allí su nombre de “Perseidas”.

Aun así, cada año hay aproximadamente unas 150 lluvias de meteoros, entre las cuales las más conocidas son las Cuadrántidas, Líridas, Eta Acuáridas, Delta Acuáridas, Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, Dracónidas, Oriónidas, Táuridas del Sur, Táuridas del Norte, Leónidas y Gemínidas.

Calendario para realizar observaciones de lluvias de meteoros

Octubre

Dracónidas: aproximadamente, el 7 de octubre será la mejor noche para observar este fenómeno que se visualiza en la constelación de Draco el Dragón y es mejor observarla en el hemisferio norte. El número de meteoros por hora es casi impredecible.

Oriónidas: se puede alcanzar a ver hasta 15 meteoros por hora, aproximadamente, hacia el amanecer del 21 de octubre, en la constelación de Orión, conocida en la región por su cinturón o “Las tres Marías”.

Noviembre

Las Taúridas del Sur: que se pueden ver apuntando hacia la constelación de Tauro, entre el 4 y 5 de noviembre.

Las Taúridas del Norte: en la misma constelación de Tauro. Esta lluvia es de larga duración, pero también bastante modesta. Se recomienda verlas entre el 11 y 12 de noviembre.

Leónidas: aunque justo habrá Luna llena, se espera que este grupo, que se puede ver en la constelación de Leo, vuelva a realizar un espectáculo astronómico. Se recomienda verlas entre 16 y 17 de noviembre, antes del amanecer.

Diciembre

Gemínidas: pueden verse más de 50 meteoros por hora, siendo una de las lluvias más prolíficas, al igual que las Perseidas. La peculiaridad de esta lluvia es que puede ser vista ya a partir de las 22:00 h. Se recomienda observarlas especialmente en la medianoche del 13 y amanecer del 14.

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