Cargando...
Con la música conocieron la geografía del Paraguay. No había fiesta patronal en la que los Aftermad’s, Jockers, Tommys o Hobbies no estuvieran presentes. “Los contratos ya firmábamos con un año de anticipación porque así aseguraban nuestra presencia”, coinciden parte de los integrantes de las orquestas más famosas de Asunción, durante una amena charla en la sala del departamento del líder de los Tommys, Dany Durand.
Con una vista majestuosa de la costanera, charlamos también con Carlos Báez, voz de Los Aftermad’s; Kike Krona y Ricardo Candia. Ellos revolucionaron el ambiente musical paraguayo con ritmos alegres y románticas melodías. “Había una competencia sana, sobre todo con Los Aftermad’s”, dice Durand, al recordar aquellos años.
En este punto, todos aportan sus recuerdos. Ricardo Candia, de Los Aftermad’s, trae a la luz los momentos en que todos apuntaban a tener “lo mejor de lo mejor”, en cuanto a luces o vestuarios y hasta las selecciones de músicas. “En aquel entonces estaba el programa Los cuarenta principales —que era nuestra fuente de selección— y el que cazaba primero la música del momento tenía el éxito asegurado, porque no podíamos repetir. Ese respeto nos teníamos”, comenta Candia y resalta lo dicho por Durand. “Nos movíamos en un ambiente de sana competencia”.
A la memoria del líder de Los Tommys vienen las fiestas del colegio Goethe, las del Club Sajonia, junto con el grupo Mocedades o Julio Iglesias. “A Julio Iglesias le prestamos los equipos para su actuación”, revela Durand.
Recuerda que la comitiva del cantante español quedó sorprendida por los sonidos y pidieron utilizar los equipos, a los cuales accedieron sin problemas, obviamente. “No teníamos inconveniente para nada, pero imaginate el nivel de nuestra música”, resalta.
Otra anécdota interesante comenta Báez: “Cada nuevo equipo que comprábamos había que mantenerlo en secreto. Las máquinas de burbujas”, por ejemplo, dice entre risas. “Cada uno buscaba lo mejor para ofrecer al público, pero en un ambiente sano. Y cuando algo sucedía, surgían los murmullos: ‘Mirá un poco lo que trajeron y no sabíamos’”, dicen al unísono entre risas. “Nos manejábamos en top secret sobre los elemento que íbamos a estrenar en cada fiesta”, añade Báez.
Pasó también que las dos estrellas de Los Tommys Superstar, Valencia Garcete y Susy Viré, eran novias de los integrantes de Los Aftermand´s. “Creían que ellas pasaban los datos sobre las adquisiciones o cualquier otra situación y venían los reclamos ‘¡no puede ser que ustedes, nuestras estrellas, estén de novias con cantantes del otro lado!’, y había grandes reuniones para resolver el problema, pero, en realidad, no era así; eran leales a sus grupos”, recuerda Durand.
Valencia fue también cantante de Los Topos, Shamba Show y otros grupos. Realizó una gira por Europa actuando en Costa Azul, Marbella, Madrid, Barcelona, Mónaco, Düsseldorf, Roma y París, según consta en el sitio oficial del maestro Luis Szarán. Al regresar presentó su segundo LP Amándote. En 1984 representó al Paraguay en el Festival Internacional de la Canción (OTI) en México. Susy Viré fue Miss Paraguay y representó al pais en el certamen de Mis Universo en 1975.
Dany Durand menciona una anécdota con las estrellas de Los Tommys Superstar. “Teníamos una actuación en Coronel Oviedo, y ellas acordaron ir por su cuenta porque iban a demorar un poco más con los maquillajes, vestuario, etc. Ya estábamos al filo de la actuación y ellas no llegaban, había sido que la rueda de la kombi en la que iban llantó y tuvieron que hacer dedo. Llegaron en un transganado, y bueno, resultó increíble que las estrellas de los Tommys Superstar llegaran en un transporte como ese, con sus deslumbrantes vestuarios. El hecho quedó como una particularidad curiosa”.
Parte de Los Tommys, Los Jockers y Los Aftermad’s volvieron a reunirse hace tres años, y dieron un show espectacular en la Plaza de la Democracia. “Reunimos a más de 6000 personas y nos dimos cuenta de la vigencia de los grupos, de los ritmos de los años 70 y 80”, dice Carlos Báez.
Recuperaron el poderoso sonido de las big bands de esos años, volvieron a irrumpir festivamente. Para diciembre organizarían otro encuentro. Están con muchas ganas de volver para ofrecer diversión. “Tocamos para que alguien baile”, expresa Báez, cuyo grupo y el de los demás llegó a grabar en el Brasil y los Estados Unidos, en estudios discográficos de grandes intérpretes, como Los Bee Gees.
Cada grupo tiene más de ocho discos en su haber, todos con arreglos de figuras importantes de aquel entonces. Actualmente son patrimonio de nuestra cultura musical, conocedores de primera fuente del proceso de llegada de las orquestas y sus ritmos; por lo tanto, protagonistas de los albores de esta época.
Todas estas orquestas tuvieron sus comienzos cuando sus integrantes todavía iban a la secundaria. “Nuestras baterías eran sillas y objetos en los que colocábamos monedas para sacarle sonidos y fuimos los primeros en cantar en inglés, nos decían que nadie nos iba a escuchar, ‘ustedes están locos’ era lo más suave que escuchábamos, pero insistimos. Nos estrenamos en el Club Sajonia con mucho éxito e instalamos un estilo”, cuenta Báez.
Kike Krona, otra figura de aquellos tiempos, surgió muy joven también. “Debuté con una canción de nombre Guadalupe”, expresa y tararea las letras. Con esa música ganó la competencia radial Certamen de los barrios y arrancó su carrera artística. “Hay una etapa que dejé el canto e incursioné en la batería. Era alumno de Sofía Mendoza y me había recomendado no cantar durante el periodo de cambio de voz, y como no podía estar sin esto que era mi mundo, me convertí en baterista”.
Con los años hizo un paréntesis. “Dejé la música, hasta me hicieron una despedida”, cuenta, y añade que iba a las fiestas y se decía ‘¡pero qué hice!, ¡qué boludo!’. Luego volvió para no bajar más del escenario. Krona llegó a representar al Paraguay en los festivales internacionales de Viña del Mar, Chile, en 1971, y hasta ahora sigue vigente, como invitado, con la Melody Band de Báez.
“No dejamos del todo el canto. Es nuestra pasión, nuestro modo de vida. Estar arriba de un escenario es lo nuestro, así que volví a armar un grupo que se llama Melody Band y actuamos en cumpleaños, bodas, fiestas de fin de año, en todo encuentro social que requiera nuestra presencia”, dice Báez.
Al evocar la memoria emotiva, festiva y musical de una generación que quedó relegada por las transformaciones tecnológicas y culturales, hacen un recuento y solo quedan buenos recuerdos. “Aparecieron los DJ y eso hizo que las orquestas fueran desapareciendo”, expresa Durand.
Pero los buenos momentos quedan y la amistad también. Fueron, precisamente, esas transformaciones las que los volvió a unir. “Cada conjunto tenía su grupo de WhatsApp, pero Dany creó otro en el que estamos todos, nos comunicamos permanentemente y organizamos encuentros en los que volvemos a armar las orquestas y disfrutamos enormemente”.
Y fue precisamente en uno de esos encuentros en el que se desarrolló el diálogo para el reportaje en los que evocan su “época extraordinaria”.“Años superstar”, dice Báez. Para Durand, la música le abrió caminos increíbles. “También estuve con Bruno Masi en el programa Hola música y durante ese tiempo también llegamos a conocer a artistas de renombre mundial. Capaz que en aquellos tiempos no dimensionábamos tanto el éxito, pero hoy, haciendo una mirada retrospectiva, podemos decir que fue una época dorada... y la cantidad de novias que teníamos”, lanza y hace que todos reaccionen. “¡Carlos tenía dos o tres luego!”, exclama uno. “Nadie quedaba atrás”, dice otro.
Los señores de las orquestas se divierten, ríen, recuerdan tiempos idos y anuncian otro encuentro para su público. Subieron a la historia de las orquestas que hicieron deleitar y esperan que vuelva ese sonido.
ndure@abc.com.py